Habitantes de la Isla Santa Cruz, de las Galápagos, denunciaron la pésima calidad del agua potable que consumen.
De acuerdo a análisis de laboratorio, el 60% de la población de la isla recibe agua contaminada con heces fecales.
En el año 2013, durante la gestión del entonces alcalde de Puerto Ayora, Felipe Bucheli, se contrató un proyecto integral de agua potable y alcantarillado, que tenía como objetivo mejorar la calidad del líquido. Sin embargo, la obra aumentó de precio ostensiblemente, de 18 a 29 millones de dólares, y no se terminó dentro de los plazos establecidos (540 días), sino en 10 años.
En vista de los atrasos, la actual administración terminó unilateralmente el contrato con la constructora Condraiarsa.
Dicha empresa pretende ahora, mediante una Acción de Protección, que la Alcaldía de Puerto Ayora reciba el proyecto, que no está en funcionamiento.
El Municipio advirtió que no aceptará la obra, en vista del sobreprecio y el atraso, y buscará la forma de encontrar otra solución.