El anunciado cierre del bloque petrolero ITT, debido al resultado de la Consulta Popular del 2023, causará enormes problemas económicos al Ecuador.
Consultado por “Punto de Orden”, el analista empresarial, Roberto Aspiazu, advirtió que mientras otros países buscan la forma de aumentar su producción de crudo, y con ello mejorar su situación económica, Ecuador se vería obligado a paralizar la extracción en ITT, lo que significa alrededor de 51.000 barriles diarios.
Cerrar este bloque, anotó Aspiazu, representaría un gasto aproximado de 1.300 millones de dólares, además de otros 400 millones por concepto de compensaciones sociales, y otra cantidad no determinada por las demandas de proveedores y empresas asociadas.
En este aspecto, no ayuda en nada la posición de la Corte Constitucional, con una línea “progresista” que afecta al país.
Adicionalmente, el analista advirtió que la inversión privada en el sector petrolero está frenada, debido a la lentitud con la cual se gestionan las licencias ambientales, y a la lentitud de la burocracia. Varias empresas quisieron invertir en la explotación del petróleo ecuatoriano, pero estas trabas las espantaron, apuntó.
Aspiazu expresó su aspiración de que la nueva ronda de licitaciones, que el gobierno lanzará pronto, tenga éxito a corto plazo. Hay que brindar a los interesados las facilidades legales, y saber “distribuir” la torta.
Déficit eléctrico
En materia eléctrica, señaló que Ecuador podría afrontar meses difíciles, debido al inminente estiaje. Un periodo que reduce la capacidad de generación de las centrales hidroeléctricas, por la falta de lluvias.
Aspiazu explicó que esta situación obligará a comprar energía a Colombia, y a poner en operación todo el equipo térmico disponible.
