Gobierno se había comprometido a reformar el Decreto 151, que se refiere a la industria minera. Diálogo de momento se ha roto por actos violentos en Sucumbíos.
A pocas horas de que se conociera la intención del gobierno de Guillermo Lasso de acceder a reformar el Decreto Ejecutivo 151, que establece la política minera en el país, la Cámara de Minería reflexionó sobre la importancia de esta actividad económica para el país, rechazó los actos vandálicos ocurridos en los días de paralización y abogó por un diálogo por la paz, pero sin afectar una industria tan importante como la minera.
“Hacemos votos para que el diálogo permita retomar las actividades cotidianas, pero esa paz no se debe alcanzar a costa de una industria legítima, imprescindible y de gran proyección”, dijo el gremio en un comunicado oficial.
En este sentido, la Cámara indicó que “la minería bien hecha es una fuente de riqueza y progreso para el Ecuador y para los ecuatorianos. Esta actividad legal e imprescindible se traduce en impuestos, regalías, fuentes de empleo, oportunidad para el encadenamiento productivo y divisas que entran por concepto de exportaciones”.
Además insistió en que muchos ecuatorianos —sobre todo en las zonas de influencia de los proyectos y operaciones mineras— encuentran en este sector una alternativa digna de desarrollo. Además, la minería es una industria que provee los materiales indispensables para la adopción de energías limpias que permitirán mitigar el cambio climático, y para el resto de sectores, como la construcción, la salud, el transporte, la electrónica y la tecnología.
“Coartar el desarrollo de la minería responsable y legal es afectar al futuro del país e incentivar el avance de la minería ilegal, que tiene vínculos con el narcotráfico”, indicó. Han constatado cómo cada vez hay más zonas del territorio ecuatoriano donde se están desarrollando actividades ilícitas de extracción de minerales, lo que crea pasivos ambientales enormes que afectan al patrimonio natural del Ecuador.
Además —dijo— este delito está conexo con otros, como el tráfico de personas y de armas, así como el sicariato.