Con el 93,61 % de las actas procesadas hasta las 10:00, el correísta llega al Municipio con el 39,75 % de los votos, según el CNE.
El plan de trabajo que Aquiles Álvarez, virtual alcalde de Guayaquil, presentó en el Consejo Nacional Electoral (CNE) en el momento de inscribir su candidatura por el movimiento Revolución Ciudadana tiene cinco ejes: económico, seguridad, administración, infraestructura urbana y rural y, por último, ambiente, riesgo y cambio climático.
Con el 93,61 % de las actas procesadas hasta las 10:00, Álvarez llega al Municipio con el 39,75 % de los votos, con lo cual supera por más de nueve puntos a la actual alcaldesa, Cynthia Viteri, de las filas del socialcristianismo, que llegó al 30,31 %.
Con ello rompió la hegemonía política del PSC en el cantón, que ha gobernado desde 1992.
El punto de partida es una “reconfiguración” total del cantón “con una nueva estructura urbana y rural que permita resolver problemas heredados por una falta de planificación territorial, social, ambiental, económica y cultural; permitiendo incrementar las fuentes de empleo, seguridad urbana y mejorar la calidad ambiental, enmarcado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Álvarez ha propuesto una nueva división parroquial que “debe producir unas parroquias que sean de una extensión y población homogéneas” y que permita, también, “el acopio de información sobre la situación de cada nueva parroquia, a fin de elaborar unas políticas públicas basadas en la evidencia que sirvan para satisfacer las necesidades básicas no satisfechas de la población de Guayaquil”.
Y una vez que esto se concrete, señala que quiere implementar en la ciudad el concepto de las “centralidades urbanas de quince minutos”, fusionando dos ideas: las “centralidades urbanas”, que plantea el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), y la “ciudad de quince minutos”, que ha promovido la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y sus asesores urbanistas.
Una centralidad urbana es una zona de una ciudad que, debido a su historia, equipamientos, procesos económicos, densidad poblacional, accesos viales u otras variables urbanas, genera una gravedad mayor que otras áreas; mientras que una ciudad de quince minutos es aquella en la que los ciudadanos solo deben desplazarse durante un tiempo máximo de 15 minutos para satisfacer sus necesidades básicas.
En lo económico, prevé incentivar los comercios barriales y la creación de emprendimientos; hacer ferias municipales de productos orgánicos; controlar los precios de los alimentos en los mercados; formalizar a los comerciantes autónomos, y elaborar un plan de turismo sostenible.
En seguridad, propone la articulación de un Plan Integral de Convivencia Ciudadana y Política Criminal, con estrategias de “prevención situacional”, “prevención del desarrollo”, “prevención comunitaria” y “prevención sicosocial”. En ese sentido, habla de, por ejemplo, generar proyectos de capacitación para la prevención de violencia de género y acompañamiento a las mujeres que la han sufrido; reestructurar a la Policía Metropolitana; construir centros culturales con acceso a internet en zonas de mayor conflictividad social; becas para jóvenes que hayan completado tratamientos de acción a las drogas, y otros.
En cuanto a la administración, propone crear oficinas de atención a usuarios en los nuevos centros urbanos; mejorar la plataforma virtual del Municipio, y establecer nuevos mecanismos de participación ciudadana con énfasis en grupos prioritarios.
Respecto a la infraestructura, Álvarez habla de evaluar el plan de dotación de las redes de agua potable, alcantarillado y aguas lluvias y actualizarlo para llegar a más puntos de las zonas urbanas y rurales; realizar el Plan Maestro de Movilidad Urbana Multimodal Sostenible; llevar a la Metrovía a obtener certificaciones internacionales; reconvertir a la Aerovía con un enfoque de movilidad multimodal y turístico; incorporar a los tricimoteros en la planificación de la movilidad urbana, y desarrollar el transporte fluvial como alternativa para la movilidad de sectores populares.
En ambiente, señala que espera incrementar los metros cuadrados de áreas verdes por habitante en la zona urbana de Guayaquil; incentivar la implementación de terrazas verdes en la zona urbana; impulsar la reforestación arbórea en la periferia urbana y en áreas protegidas; incentivar la creación del Observatorio Ciudadano para monitorear y evaluar la política pública municipal sobre el cambio climático, y generar una política pública de incentivos para el reciclaje de desechos.
Fuente: El Universo