La ley económica urgente, aprobada este martes por la Asamblea Nacional, no será de gran ayuda para la reactivación del país.
Ese fue el pronunciamiento del ex vicepresidente de la República, Alberto Dahik, al ser consultado por los micrófonos de “Punto de Orden”.
Dahik insistió en que esta iniciativa, es simplemente un “reordenamiento” de los ingresos fiscales, pero sin crear nuevos de importancia.
En un escenario optimista, dijo, tal vez represente para el Estado 1.000 millones de dólares. Una cantidad que se irá solo en el cierre de los pozos petroleros del Parque Yasuní, establecido en la consulta popular. Es decir, no quedará nada de ese dinero.
Haciendo una analogía, el ex vicepresidente advirtió que, cuando existe una hemorragia brutal, la única forma es cortar de inmediato esa pérdida. Y en el caso económico, el mejor método para detener ese flujo es mediante la eliminación de los subsidios, que le cuestan al país 10.000 millones de dólares al año.
Para Dahik, resulta perverso que el Estado gaste tanto dinero para beneficio de una minoría. Por ejemplo, de quienes reciben pensiones del IESS, del ISSFA y del ISSPOL, por encima del grueso de los ecuatorianos.
Y qué decir de los subsidios a los combustibles, aunque en este caso sería necesario un mecanismo de compensación, ya que un incremento en los precios ocasionaría un alza en el transporte, con el consiguiente perjuicio para los más pobres.
Dahik recordó que cuando estaba en el poder, el gobierno de entonces eliminó parte de los subsidios. Lamentablemente, la clase política los restituyó.
En contra de “venta de oro”
Como parte de su análisis, el ex segundo mandatario se mostró en contra de la posible venta de oro de la reserva, como analiza el gobierno, para obtener liquidez.
Dahik precisó que no se ha establecido con claridad el eventual mecanismo de esta venta, y el destino del dinero.
Además, dijo estar en contra de cualquier medida que signifique tan solo un alivio temporal, cuando hay que acometer decisiones drásticas, con efectos a largo plazo.
A su criterio, no se puede mantener una tasa de interés que favorezca al consumo antes que a la inversión, que el país necesita para la generación de empleo.
Asimismo, es difícil planificar un recorte burocrático, cuando no existe ni siquiera liquidez que permita pagar las liquidaciones de ley.
2024 será muy difícil
Haciendo una proyección, Dahik aseguró que en el 2024 el deterioro económico seguirá, ya que la falta de recursos afectará los servicios que brinda el Estado.
Por ejemplo, de acuerdo a los cálculos del IESS, en marzo ya no tendrá dinero para derivar pacientes a clínicas y consultorios privados, y en el 2025 ni siquiera podrá cubrir las pensiones mensuales.
Si Ecuador no enfrenta los problemas con seriedad y esfuerzo nacional, deponiendo intereses personales, se vienen días muy duros. Tan duros como los de 1999, acotó.
En su opinión, además de eliminar los subsidios hay que realizar una reforma integral a las tasas de intereses, promover la minería, reducir el tamaño del Estado, volverlo más eficiente y promover reformas laborales que resulten atractivas para los inversionistas.
Asimismo, tal como ocurre en otros países, debe prohibirse que el gobierno de turno “meta la mano” en las reservas del Banco Central, algo que, en el caso de Ecuador, pone en grave riesgo el sistema de dolarización.
Como advertencia citó que, solo este año, la cantidad de dólares de nuestro mercado bajó, de más de 9.000 millones a solo 5.000 millones.
Para Dahik, las autoridades deben decirle al país la verdad, y efectuar la transformación que se requiere. No medidas “parche”, que son solo soluciones temporales.
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