La lectura del denominado “tercer producto”, del informe sobre el asesinato del ex comandante de la Fuerza Aérea, Jorge Gabela, estableció que otros dos generales, Rodrigo Bohórquez y Alonso Espinosa, serían los autores intelectuales del crimen.
Bohórquez también fue comandante de la FAE, mientras que Espinosa lideró el Ala de Combate 22 de la institución.
Para la periodista de investigación, María Belén Arroyo, el reporte del perito argentino Roberto Meza tiene dos conclusiones: la primera, la implicación de los citados oficiales en el homicidio; y la segunda, igual de importante, que las sospechas existían hace 10 años, cuando se elaboró el informe inicial.
Por tanto, consideró que desde entonces, en el 2013, se escondieron las pistas, a sabiendas que conducirían al mismo resultado de hoy. Un elemento que hace presumir responsabilidad política del gobierno de entonces.
Arroyo recordó que Gabela se volvió incómodo para altos oficiales, debido a su oposición a la compra de los 7 helicópteros hindúes DHRUV, por considerarlos de mala calidad. Incluso el 1 de abril del 2008 se reunió con el entonces presidente Rafael Correa, como consta en la bitácora del Palacio de Gobierno, para entregarle información sobre las deficiencias de las naves. Esos documentos nunca aparecieron.
Lo que sí hubo, recordó, fue un permanente acoso contra Gabela, quien fue seguido por agentes de inteligencia militar, e incluso amenazado por el propio general Bohórquez, uno de los dos señalados.
Arroyo lamentó que, a pesar de los percances sufridos por 4 de los helicópteros, y que causaron la muerte de 3 tripulantes, el dictamen judicial sobreseyó a los 18 participantes en la compra, al considerar que “no hubo perjuicio para el Estado”, toda vez que el seguro pagó el valor de las naves siniestradas.
La periodista considera que, con este “tercer producto”, considerado “noticia del delito”, la Fiscalía puede actuar de oficio e iniciar una nueva investigación, incluyendo la posibilidad de “crimen de Estado”, pues quedó totalmente descartado que la muerte de Gabela fuera causada por “delincuencia común”.
Arroyo recalcó que, al margen del crimen, hay indicios de otros delitos también graves, como falsedad procesal, adulteración de documentos públicos, etc.