El alto costo que significa cerrar los campos petroleros situados en el bloque ITT, en el Parque Yasuní, genera dolores de cabeza en el gobierno nacional.
La consulta popular realizada el pasado mes de agosto, de forma paralela a la primera vuelta electoral, arrojó el triunfo del “Sí” para el cierre de dichos pozos, a fin de precautelar el ecosistema del parque.
Sin embargo, para el régimen de Daniel Noboa, el costo es demasiado alto como para absorberlo en un solo año.
Daniel Falconí, viceministro de Finanzas, advirtió que la actividad en el ITT es muy grande para ser reemplazada automáticamente por otra.
El funcionario explicó que no solo ocasiona menos ingresos para el Estado, sino que representa un enorme gasto, pues obliga a desmontar la infraestructura y realizar trabajos ambientales.
Si bien aclaró que se debe respetar los resultados de la consulta, consideró fundamental contar con más tiempo.
La situación es simple: el Estado no cuenta en este momento con los recursos, para realizar el cierre del bloque petrolero ITT. Además, necesita los ingresos que esa actividad genera.
Sin esta producción de crudo, dijo, “seremos un país que crece menos, que produce menos, tiene menos bienes disponibles para sus ciudadanos y eso significa menos bienestar”.
El colectivo Yasunidos, que promovió la consulta, advirtió que se mantendrá vigilante para que se respete el resultado.