Infobae .- La organización mencionó que cientos de estos explosivos estaban ocultos en el suelo y tras el desbordamiento del embalse quedaron tendidos en toda la superficie.
En medio de las dramáticas inundaciones que enfrenta la región ucraniana de Kherson tras el colapso de la represa de Kajovka, la Cruz Roja advirtió sobre un nuevo aspecto que podría poner en peligro la vida de cientos de personas.
Se trata de las tantas minas terrestres plantadas en el suelo por las tropas en conflicto que, con el paso del agua, fueron arrastradas y dispersadas por todo el territorio, desconociéndose su nuevo paradero y pudiendo detonarse en cualquier momento.
Se cree que podrían estar desparramadas en los vastos campos de la región, en el barro de los ríos, en carreteras o, inclusive, seguir en los sitios en los que fueron implantados originalmente.
“Dependiendo de su forma y de su material, las minas pueden flotar kilómetros río abajo y, en particular, las minas de plástico pueden flotar durante más tiempo”, explicó al respecto Erik Tollefsen, jefe de la Unidad de Contaminación por Armas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Inclusive, podrían hallarse minas instaladas en la década de 1940, que aún funcionan, y permanecían bajo el mar.
Esta situación supone un grave peligro para la población civil durante las próximas décadas y, lejos de solucionarse cuando el agua retroceda, el panorama sólo se complicará.
“El riesgo empeorará cuando el agua retroceda porque los escombros potencialmente cubrirán las minas. Así que no se podrán ver. Por eso estamos muy preocupados por la situación”, continuó.
El uso de minas y artefactos explosivos en la guerra en Ucrania tuvo un fuerte protagonismo, razón por la cual activistas de todo el mundo se unieron en sus advertencias sobre los riesgos de estas prácticas.
Según se pudo constatar en base a hallazgos en el campo de batalla, tanto el bando de Moscú como el de Kiev se valió de minas antitanque, antipersona y proyectiles de artillería aunque no está claro el número exacto de ellos. “Sólo sabemos que es enorme”, agregó Tollefsen.
Sin embargo, el Jefe de Unidad explicó que el problema no recae tanto en su número nominal sino, casualmente, en los sitios en los que pudieron haber sido colocados, considerando la geografía agrícola ucraniana.
La situación en Kherson es realmente dramática. Desde el desbordamiento de la represa, más de 600 kilómetros cuadrados de tierra han quedado bajo el agua y sólo los tejados de algunas casas han quedado por encima de la superficie.
Esto obligó a la evacuación de miles de personas, entre ellos niños y ancianos, que debieron ser asistidos una vez llevados a zonas seguras.
También, este jueves las autoridades locales dieron cuenta de los primeros muertos por la repentina subida del agua y sumaron que hay más de 40 personas hospitalizadas.
El presidente Volodimir Zelensky viajó a primera hora del día a Kherson para coordinar las tareas de rescate y visitar a los civiles.
“Nuestra tarea es proteger vidas y ayudar a la gente todo lo que se pueda. ¡Agradezco a los rescatistas y los voluntarios!”, dijo tras la reunión con los encargados de las operaciones.