El Universo .– La producción de sustancias ilícitas tiene como epicentros a Tumaco, en Nariño, frente a Esmeraldas, y Putumayo, frente a Sucumbíos.
Tulcán
Recientes investigaciones y el intercambio de información de inteligencia policial entre Ecuador y Colombia dan cuenta de que la droga colombiana ya no viene desde el departamento (provincia) del Cauca sino desde varias poblaciones fronterizas.
Según las indagaciones, los alcaloides ahora son elaborados en laboratorios de Ipiales, es decir, están más cerca de la línea de frontera. Además, la producción tiene como epicentros a Tumaco, en Nariño, frente a Esmeraldas, y Putumayo, frente a Sucumbíos.
El objetivo es acortar tiempos, distancias y evitar los controles en el sector del suroccidente colombiano, acercando este producto prohibido a territorio ecuatoriano, que es el país de tránsito y desde donde se envía la droga a los mercados internacionales.
En esta actividad irregular estarían vinculadas las organizaciones delictivas de Los Lobos, Lagartos y Los Choneros, que tendrían cierta relación con contrabandistas que operan en la frontera colombo-ecuatoriana.
Una hipótesis que también toma fuerza en la frontera es que los cargamentos de cocaína o marihuana, una vez que superan la línea fronteriza, llegan a Julio Andrade, población ubicada a 20 km de Tulcán, donde son acopiados temporalmente para luego buscar el momento apropiado para trasladarlos a Quito, Guayaquil y zona costera.
El jueves 15 de junio se realizó a nivel nacional un operativo conjunto antidrogas dirigido por Pablo Ramírez, director nacional Antinarcóticos, que dio importantes resultados en Sucumbíos, Carchi e Imbabura. En menos de 24 horas se inmovilizó más de una tonelada de clorhidrato de cocaína.
Operativos en Napo, Carchi e Imbabura
Ese mismo día en el sector de Piquiucho, en el límite interprovincial de Carchi e Imbabura, fue interceptado un camión que circulaba con gavetas vacías.
El nerviosismo del conductor hizo que los agentes antinarcóticos detuvieran el automotor, en cuyo interior fueron detectados 100 kilos de cocaína de origen colombiano.
Nilo R., chofer del vehículo, fue aprehendido. No tiene antecedentes judiciales y la Policía Antinarcóticos ahora averigua a quién pertenecía el alcaloide.
Mientras, en la parroquia rural La Carolina, en Imbabura, la Operación Centinela aprehendió 271 kilos de cocaína que estaban encaletados detrás de la cabina del conductor, quien terminó en prisión.
En otro caso, en la estructura del cajón de madera de otro camión que circulaba por Pungarayacu, en la provincia del Napo, fue capturada una tonelada de clorhidrato de cocaína y detenido el conductor.
Pablo Ramírez informó que técnicas de perfilamiento en los ejes viales permitieron ejecutar estos operativos simultáneos.
En Carchi van más de 2 toneladas de drogas aprehendidas
En lo que va del 2023, en Carchi han sido aprehendidas 2 toneladas 433 kilos de sustancias sujetas a fiscalización y detenidas 200 personas (77 colombianos, 78 ecuatorianos y 46 venezolanos).
El clorhidrato de cocaína es la droga colombiana con mayor demanda en los carteles ecuatorianos, que utilizan 86 vías de primer, segundo y tercer orden para transportar los cargamentos.
En los últimos cinco meses 15 días, la Jefatura Antinarcóticos de Carchi ha inmovilizado 1 tonelada con 375 kilos de coca, 48 kilos de base de cocaína, 12 kilos de heroína, 996 kilos de marihuana y 584 de drogas sintéticas.
En el 2022, en cambio, fueron inmovilizadas 9 toneladas con 24 kilos de diferentes drogas, año en el que resultaron aprehendidas 368 personas (144 colombianos, 137 ecuatorianos, 82 venezolanos y 5 cubanos).
Fabricio Pozo, jefe subrogante de Antinarcóticos Carchi, refirió que cada vez son más ingeniosos los sistemas para burlar los controles, tanto en la línea de frontera como en los puestos fijos combinados (policías-militares), ubicados en la E35 entre Tulcán y Quito.
Los investigadores contaron que los dobles fondos o caletas en las carrocerías de camiones o volquetas son los sistemas más utilizados. Han sido, además, descubiertas cargas ilícitas en papas o vegetales.
Pozo sostuvo que estas organizaciones narcodelictivas utilizan nuevas rutas, especialmente caminos de tercer orden, alternos a la E35 o que son abiertos por estas bandas dedicadas a estas actividades ilegales.
Las estadísticas determinan que el número de venezolanos detenidos con droga, utilizados como “mulas”, decreció frente al 2020, año en el que la diáspora migratoria fue alta.
El oficial comentó que las carreteras de la zona nororiental carchense que conectan a varias comunidades colombianas con las parroquias de Julio Andrade y El Carmelo, conocidas como las del contrabando y narcotráfico, son las más utilizadas.
Serpenteadas, asfaltadas y distribuidas en una suerte de red, esa malla vial rural en la parroquia de Julio Andrade, a 20 km de Tulcán, permite burlar los operativos policiales y militares. Durante las persecuciones los conductores intercambian carreteras a grandes velocidades sin mediar peligro en el afán de huir.
Los infractores descienden por estas vías a 100 y 120 km/h, custodiados con dos o tres vehículos livianos llenos de hombres dispuestos a enfrentarse a la fuerza pública para evitar que sean detenidos y revisados, registrándose más de un uniformado o supuesto custodio heridos y más de 20 carros particulares que transitan por esas vías son golpeados, mientras huyen.
Los comuneros del sector contaron con cierta discreción que vecinos hacen de “campaneros” o informantes y son los encargados de avisar a través de celulares o radios de comunicación sobre la presencia de uniformados, colaborando con contrabandistas y narcotraficantes.
Frente a este auge del paso de drogas colombianas, la Policía Antinarcóticos ha redoblado las operaciones que se realizan durante las 24 horas del día, mencionó Pozo.