El Universo .– La fecha prevista de inicio de las obras aún se desconoce, pero ya existe rechazo, incomodidad y preocupación en grupos de la población de estas provincias.
Dos cárceles con inhibición de señal celular y satelital, sistemas electrónicos con tecnología de punta, control de acceso digital y análogo, triple seguridad perimetral, autogeneración eléctrica, sistema de tratamiento de aguas, construcción blindada y guardias sin rostros, aspectos inéditos en las actuales prisiones del país, se edificarán en las provincias de Pastaza y Santa Elena, según ha ofrecido el presidente Daniel Noboa.
Tras la declaración del conflicto armado interno y la categorización de 22 bandas criminales del país como grupos terroristas y objetivos militares por ser neutralizados, Noboa presentó los diseños aprobados para la construcción de dos correccionales denominados “cárceles de alta seguridad”. Sin embargo, sus propuestas han generado incomodidad y preocupación en grupos de la población de estas provincias.
“Hoy estamos ejecutando el Plan Fénix en todo el país mediante las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Es el inicio de un urgente saneamiento del sistema penitenciario ecuatoriano, que ha estado durante décadas controlado por las mafias”, ha reiterado el mandatario en algunas ocasiones.
Hasta ahora, el Gobierno no ha precisado el nombre de la empresa que realizará la construcción de la infraestructura de estas dos cárceles ni tampoco el presupuesto y la fecha prevista de inicio de las obras. Pero el mandatario ha mencioando que contará con el mismo equipo israelí que participó en El Salvador junto con su homólogo Nayib Bukele y que se tomarán como referencia los centros de ese país, Tailandia, Singapur y hasta México.
La colocación de la primera piedra de la que se construirá en Pastaza se anunció para esta misma semana, pero dada la coyuntura parece haberse aplazado.
Según el contenido difundido por la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia, los centros penitenciarios tendrán la capacidad de custodiar a 736 privados de la libertad en tres módulos: de alta seguridad, de máxima seguridad y de supermáxima seguridad.
El de alta seguridad tendrá 160 celdas y en cada una de ellas habrá cuatro reos. El de máxima seguridad tendrá 32 celdas y dos privados de la libertad por cada casilla. Finalmente, en el de supermáxima seguridad se ubicará a 32 prisioneros con un alto nivel de peligrosidad, uno por celda.
Cada centro penitenciario contará con sistema de autogeneración eléctrica y sistema de tratamiento de aguas. Asimismo, tendrá las respectivas licencias y permisos ambientales para su funcionamiento.
En esas dos cárceles, Noboa pretende recluir a los líderes de las bandas criminales para así recuperar el control del resto de cárceles, muchas de ellas dominadas internamente por estos grupos delincuenciales.
Los planos de estas cárceles de alta seguridad muestran que el recinto tendrá cuatro torres de vigilancia que ofrecen visión panorámica del interior y exterior.
Dentro del perímetro hay dos complejos: uno con lo que parecen ser dos pabellones separados el uno del otro por una zona de registro, mientras que en el otro sector se visualizan cuatro pabellones y cuatro canchas deportivas con cerramientos fortificados. Este último complejo también cuenta con un cuarto de control.
Confeniae se opone en Pastaza
Aunque el anuncio de la colocación de la primera piedra para lo que será la cárcel de Pastaza no se ha concretado aún, este ya cuenta con el rechazo de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae).
“Reiteramos nuestro rechazo a la construcción de una megacárcel de máxima seguridad en la provincia de Pastaza, que solo incrementará los índices de criminalidad e inseguridad en nuestros territorios, como ya lo han advertido la Asamblea Nacional del Ecuador y la CIDH. Los megacomplejos carcelarios están directamente relacionados con los mayores hechos de violencia en Ecuador”, ha dicho su presidente, José Esach Puenchir.
La confederación critica que la salida a este problema “no se encuentra en el establecimiento de estados de excepción periódicos, ni la declaración de un conflicto armado interno o, peor aún, la creación de más cárceles, sin políticas reales de inclusión y rehabilitación social”.
Preocupación en sector turístico de Santa Elena
Mientras, en Santa Elena, informes de la Municipalidad de Salinas señalan que la ubicación para levantar la megacárcel sería la parroquia rural Simón Bolívar, conocida también como Julio Moreno.
El alcalde Dennis Córdova dijo que la decisión del Gobierno de Daniel Noboa de implementar cárceles en áreas rurales, fuera de la zona de influencia de grupos terroristas, es una medida adecuada que garantiza la seguridad y logística coordinada.
“Construir estas instalaciones en localizaciones alejadas de áreas potencialmente conflictivas puede contribuir a reducir los riesgos de altercados o influencias negativas externas, lo cual es fundamental para mantener el orden y la seguridad tanto dentro como alrededor de estas instalaciones penitenciarias”, aseguró.
“El hecho de que estas nuevas cárceles se ubiquen a solo treinta minutos de fuentes de abastecimiento es un aspecto positivo importante. Esta proximidad facilita el suministro constante y eficiente de bienes y servicios esenciales para el funcionamiento diario de las cárceles, como alimentos, suministros médicos y materiales de construcción y mantenimiento”, agrega Córdova.
En cambio, el empresario hotelero y miembro de la Cámara de Turismo de Santa Elena y coordinador de seguridad de Ballenita, Douglas Dillon, cuestiona que el Gobierno nacional piense en construir un complejo carcelario en “una zona muy rica en el tema agrícola”, como es la parroquia rural Simón Bolívar.
Menciona que es una ubicación privilegiada desde el punto de vista agrícola y cultural, pues Simón Bolívar está localizado “al pie” de la cordillera Chongón-Colonche, “lo cual lo hace muy fértil” porque es una zona donde hay plantaciones “tremendas” de todo tipo de uvas y banano.
“Imagínense el impacto de una cárcel de alta seguridad. ¿Por qué no colocarla o agrandar las que ya existen (en Guayaquil)? Porque, quieran o no, ya tiene una afectación en el entorno. Esta parte es de mucha tendencia de naturaleza, de cultura; de hecho, últimamente se estaba desarrollando bastante el concepto de turismo de cultura a lo largo de la Ruta de los Dioses Guancavilcas”, subraya el empresario. (I)