El ejército ruso lanzó la noche de este jueves un feroz ataque sobre Ucrania, y en especial sobre Kiev, la capital.
Casi 90 misiles y más de 60 drones Shahid fueron dirigidos contra centrales y líneas de transmisión eléctrica, contra una central hidroeléctrica y contra edificios residenciales.
El gobierno ucraniano reconoció problemas para protegerse de estas ofensivas, debido a la escasez de sistemas de defensa aérea occidentales.
Además, hizo un llamado al Consejo Europeo, para que le brinde nuevos equipos.
El ataque ruso cortó el suministro de electricidad en Járkov y Sumi (noreste), Zaporiyia (sureste), Odesa (sur), Poltava y Dnipropetrovsk (centro) y Jmelnitski, Vínitsia e Ivano Frankivsk (oeste).
No se ha reportado a cuánto asciende el número de fallecidos y heridos por el ataque.
Ucrania denunció que los objetivos de los terroristas rusos son claros: centrales eléctricas y líneas de suministro de energía, una planta hidroeléctrica, edificios residenciales ordinarios, e incluso un trolebús.
El ataque masivo se produce un día después, que Rusia atacara la capital ucraniana con más de treinta misiles, que fueron derribados en su totalidad por las defensas aéreas del Ejército ucraniano. La mayor parte del resto del país está peor protegido que la capital, y es vulnerable al arsenal de misiles rusos.
En tanto, y por primera vez desde el inicio de la invasión, hace más de un año, Rusia reconoce que está en guerra con Ucrania.
El Kremlin considera que Rusia está “en estado de guerra” debido a la implicación occidental en Ucrania.
