Es caída y limpia. Al menos hasta ahora. ADN, el partido de gobierno, se llevó la Presidencia y la Primera Vicepresidencia de la Asamblea Nacional, que este miércoles inició oficialmente su nuevo periodo. LEER TAMBIÉN: Asamblea Nacional se alista para iniciar este miércoles su nuevo periodo LEER TAMBIÉN: Futura Asamblea decidiría sobre reforma que permitiría bases militares extranjeras La sesión inaugural de la nueva Asamblea no careció de roces, provocados por la bancada del correísmo. Los llamados Pero comenzó en tono tranquilo. La dirección estuvo a cargo de Anabella Azín, en su calidad de parlamentaria más votada. A su lado, Raúl Chávez, de la Revolución Ciudadana, y Alfredo Serrano, del Partido Social Cristiano. Las palabras de Azín fueron un llamado al trabajo conjunto. Prometió trabajo, firmeza, moderación y compromiso, sin amenazas, odios ni imposiciones. Prometió un trabajo conjunto con su hijo, el presidente Daniel Noboa, en beneficio del país. Sus palabras incluyeron un agradecimiento muy especial, a los miles de adultos mayores que votaron por su propuesta. Correísmo, marginado Hasta ahí duró la paz. Los problemas comenzaron al conformar la comisión ocasional, que revisó los documentos habilitantes de los nuevos legisladores. Los miembros de la RC5 no fueron tomados en cuenta, y no faltó más para que pongan el grito en el cielo. Pero el juego de los números no está a su favor esta vez. Luego de algunas disertaciones de bienvenida, muy pocas, y promesas de buen comportamiento, bastantes, el bloque de gobierno propuso a Niels Olsen como candidato a la Presidencia. Olsen fue ministro de Turismo, tanto en el gobierno de Noboa como en el de Guillermo Lasso. ADN y sus aliados sumaron 80 votos y se impusieron. Necesitaban 77. El correísmo, como es obvio, se opuso. Pero sus 65 votos no alcanzaron para más. Una vez posesionado, Olsen hizo un llamado a la concertación. Dijo que su objetivo es construir, tender puentes y dar lo mejor por el Ecuador. Su gratitud fue para el presidente Noboa, para su bloque y para los ecuatorianos que votaron por él. Los asambleístas del correísmo, 65 en total, hicieron cualquier cosa menos atender su intervención. Y no de forma disimulada, sino lo más abiertamente posible. Hay mañas que nunca se pierden. Ferdinand Álvarez, excorreísta y ahora parte de ADN, planteó a continuación a Mishel Mancheno como primera vicepresidenta. Mancheno fue parte del equipo jurídico de la Presidencia de la República. La mayoría funcionó de nuevo, y pese a la oposición de los 65 legisladores de la RC5, Mancheno fue electa con 79 votos, y posesionada como tal. Su intervención duró un suspiro. Sin acuerdo en Segunda Vicepresidencia En cambio, sí hubo inconvenientes para la elección del segundo vicepresidente. José Luis Nango, de las filas de Pachakutik, fue lanzado como aspirante, pero no recibió los votos necesarios. Después fue el turno de su coidearia Carmen Tiupul Urquizo, que tampoco lo consiguió. Esta traba provocó que Olsen suspenda la sesión. Siempre es necesario algún cabildeo en estos casos. Para el correísmo hay una carrera contra el tiempo, para conseguir puestos en las principales comisiones. Sin embargo, el panorama no es bueno para la tendencia. Todavía está fresco el recuerdo de las presiones y chantajes cometidos cuando era mayoría. Precisamente lo que el gobierno y sus aliados quieren evitar a toda costa. Segunda vicepresidencia Tras un receso dispuesto por Niels Olsen, en la tarde se reanudó la sesión, con miras a la elección de la Tercera Vicepresidencia. La ungida fue Carmen Tiupul Urquizo, legisladora del movimiento Pachakutik. Tiupul fue mocionada por Nathaly Farinango, de ADN. Al contrario de la primera votación, esta vez consiguió el apoyo necesario. Su nombre obtuvo 78 votos a favor, 64 en contra y 8 abstenciones.