Ecuador es el primer exportador mundial de camarón. Sin embargo, paradójicamente, el sector sufre una grave crisis, causada por la caída del precio internacional. Así lo explicó Oswin Crespo, vicepresidente de la Federación Ecuatoriana de Acuicultores, en diálogo con “Punto de Orden”. El problema comenzó, dijo, en el año 2020, con la pandemia del Covid. El precio del camarón cayó drásticamente, y aunque en algo repuntó en los años 2021 y 2022, en el 2023 sufrió un nuevo desplome, de 2,85 dólares a 2,34 por libra. Cabe explicar que el llamado “precio finca”, es decir, el valor en que compran los exportadores, el año pasado fue de 1,57 dólares, la cifra real que recibe el productor por cada libra. Más producción, menos dinero De acuerdo a reportes oficiales, Ecuador produce la tercera parte de todo el camarón que se consume en el mundo. Sus exportaciones el año pasado alcanzaron 6.288 millones de dólares. Suena bien, pero a causa del desplome del precio, los productores sufrieron una pérdida de entre 1.300 y 1.500 millones. De hecho, nuestro país ha desplazado a poderosos productores como India, Indonesia y Tailandia. Además, aumentó su producción en un 560% en los últimos 10 años, hasta superar los 2.000 millones de libras. Sin embargo, la paga ya no es buena, y hay varias causas para esta situación, anota Crespo: sobreproducción, debilitamiento de la economía mundial por el Covid, y la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otras. Como resultado, muchos exportadores optan por bajar sus precios con tal de vender, lo cual, a su vez, afecta a los productores, pues les ofrecen menos dinero. Otro problema que afrontan es la falta de titularización de las concesiones. O sea, no contar con los debidos títulos de las propiedades, algo que dificulta acceder a créditos en la banca. Si la situación sigue así, subrayó el dirigente gremial, dentro de pocos años todas las camaroneras quedarán en manos de un puñado de familias, que serán las únicas capaces de sostener la actividad.