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Ecuador: julio 26, 2024

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Ecuador, julio 26, 2024
Ecuador Continental: 19:51
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La siembra sostenible de conchas abanico multiplica la ganancia de los pescadores en Perú

El país .- Una nueva forma de extraer este marisco que aminora el riesgo de la extracción y es más amigable con el medio ambiente ha aumentado en un 30% los beneficios de los productores Una nueva forma de extraer este marisco que aminora el riesgo de la extracción y es más amigable con el medio ambiente ha aumentado en un 30% los beneficios de los productores A pesar de que algunos tumbos sacuden el bote en el que flota a unas pocas millas de la costa, la señora Yanina Lisma Ramírez se da maña para comenzar a sacar del agua una suerte de bolsa blanca de forma cónica, llamada ‘red de plancton’ con una malla es de apenas 110 micras que lleva una muestra reveladora. “Temperatura 22,5 grados centígrados, profundidad 6,9 metros, oxígeno 6,7 miligramos por litro”, informa a la tripulación. Minutos antes, han devorado sobre cubierta un cebiche de conchas de abanico (Argopecten purpuratus) hecho raudamente con limones y sal, para aguantar la jornada, que se inicia hacia las seis de la mañana y termina cerca del atardecer. Los integrantes de la empresa Inversiones Hidrobiológicas Naylamp SAC (10 hombres y 10 mujeres) se hacen casi todos los días a la mar. Sobre todo, cuando es tiempo de cosecha de este precioso marisco que en Galicia llaman vieira. Una socia de Naylamp extrae agua de mar en busca de fitoplancton y larvas de concha de abanico.SEBASTIÁN CASTAÑEDA Movidas en el agua Las labores de hoy, que además de este monitoreo incluyen la captación de larvas de este bivalvo en una bolsa colectora y su posterior colocación en unas linternas cuna no son las mismas de hace unos pocos años. Antes, para contar con las deliciosas conchas de abanico, las embarcaciones artesanales viajaban 12 horas hasta la Isla Lobos de Tierra, ubicada frente a esta zona del litoral norte peruano. La aventura podía durar varios días y tenía grandes riesgos. El más severo: que los buzos que se lanzaban a buscarlas podían sufrir el síndrome de descompresión, un cuadro que puede hacer que el cuerpo se llene de burbujas de aire o incluso producir la muerte. A partir del año 2021, cuando la Escuela Campesina de Educación y Salud (Escaes) inició el proyecto que incorpora estas técnicas, la faena es distinta. Las conchas se siembran cerca de la costa, en lotes que pequeñas empresas como Naylamp han conseguido con autorización. Las larvas se recogen allí mismo, ya no vienen de lejos, y son cuidadas con devoción. Se extraen con la bolsa colectora, que está sumergida en la mar. Luego, se depuran las crías de otros mariscos y peces, y se colocan en las linternas cuna, una especie de tubo de mallas hecho con material sintético de elevada resistencia y calidad, que se adapta perfectamente al proceso de cultivo. Y que tiene varios compartimentos (pisos), donde las larvas van creciendo con seguridad, a salvo de depredadores como el pulpo. También se siembran algunas en el fondo marino, que acá no está tan hondo como en la isla, de modo que la cosecha sea todavía más productiva. Los pescadores de esta zona han acogido esta tecnología de origen japonés, proveída por Escaes con apoyo de la cooperación española y la Unión Europea, y han cambiado sustancialmente varias cosas. Primero, se ha aminorado el riesgo a la hora de extracción; de otro lado, las ganancias de los marisqueros han aumentado en un 30%; y, por añadidura, el impacto sobre el recurso es menor que en años pasados, lo que la convierte en una actividad ambientalmente amigable. Una concha de abanico que ya ha crecido hasta el tamaño adecuado para su comercialización.SEBASTIÁN CASTAÑEDA Cómo explica Héctor Fiestas Chanduví, biólogo de Escaes, “entre las conchas que crecen suspendidas (en la linterna cuna), hay una mortalidad de sólo 7%. En las que crecen en el fondo, eso es mayor, pero de todas maneras se controla su crecimiento mediante un buzo que va constatando cómo se encuentran”. Cuando se traían de la isla, la mortandad era del 40% o hasta 50%, porque debido al largo viaje podían llegar aletargadas, deshidratadas, o inclusive muertas. Equidad sobre las olas A eso se sumaba que, debido a esta alta tasa de pérdida, la extracción de conchas del fondo marino ya sea en la isla -donde abundan- o en las zonas más cercanas a la costa, era mucho mayor, al punto que ponía en riesgo la existencia del recurso. Con la tecnología puesta en marcha en estas aguas, se produce casi una situación en la que todos ganan: los ecosistemas y los pescadores. Mientras los tumbos siguen sacudiendo el bote y el viento del litoral galopa, Sarita Bellasmil Rodríguez, una de las socias de Naylamp, cuenta cómo fue su travesía para no ser sólo una espectadora. “Había resistencia de parte de algunos hombres a que las mujeres participen. No creían que nosotras podíamos hacer esto. No nos dejaban ir a las reuniones. Ahora han entendido”,dice. Desde el comienzo, el proyecto impulsado por Escaes promovió la equidad de género en los hechos. Las 15 micro y pequeñas empresas (Mypes) que participan tienen una estructura de paridad: la mitad de los socios son hombres y la mitad mujeres. Las mujeres monitorean el agua, seleccionan las conchas, ayudan con las bolsas colectoras. Una de ellas también bucea. Pescadores con bolsas de concha de abanico listas para ser vendidas.SEBASTIÁN CASTAÑEDA En Naylamp, por ejemplo, Rosa Caballero es la subgerenta; Maribel Quispe, otra de las socias, conoce con precisión casi quirúrgica las cifras, el proceso de extracción, la forma de comercialización. “En tiempo de cosecha- explica- se extraen unas 500, 800 mallas o hasta 1000 bolsas de conchas en un mes (cada una de ellas puede tener dos manojos, es decir 192 conchas). Se venden a plantas que las exportan y que destinan algunas al consumo local”. El precio, agrega, puede ir de entre 30 a más de 40 soles el kilo (de 7 a 10 euros aproximadamente). En un supermercado limeño, la docena puede costar hasta 35 soles (un poco más

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Hakhu Amazon Design, marca ecuatoriana que irá al Fashion Week New York 2024

Primicias .- Ecológica, hecha a mano, con propósito social, así se define la marca ecuatoriana Hakhu Amazon Design, que ofrece ropa única elaborada por mujeres kichwas. En la comunidad kichwa de Serena, a unos cuarenta minutos de Tena (Napo), catorce mujeres tejen, cosen, bordan, crean prendas que se lucirán en el Fashion Week New York de febrero del 2024. Ellas son parte de la marca ecuatoriana Hakhu Amazon Design, liderada por Leonardo Cerda, un indígena kichwa que dejó su trabajo en el exterior en organizaciones ambientales, para liderar un proyecto que proteja a su comunidad. Leo es un activista ambiental que pasó al diseño de modas por un propósito mayor: resaltar el trabajo de las mujeres de su comunidad y, con Hakhu Amazon Fundación, proteger su espacio en la selva amazónica de la expansión minera. No al ‘fast fashion’ La industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo. Los materiales sintéticos, los extravagantes colores, la mala calidad que hace inservible a una prenda tras pocos usos y el consumo desmedido son solo algunos factores fatales. La ropa de Hakhu Amazon Design está hecha a mano y de forma sostenible. Cortesía de Hakhu Amazon Design En resistencia al ‘fast fashion’, aparecen marcas como Hakhu Amazon Design, que trabajan con materiales reciclados, naturales y locales, que se hacen a mano, evitan el desperdicio de recursos naturales y su propósito está vinculado a la defensa de la naturaleza. Su oferta no solo consta de prendas de vestir, sino también de accesorios y joyería.   ‘Hakhu’ significa ‘Vamos’, en Kichwa. Y se usa para alentar a caminar juntos, a emprender acciones, y eso es lo que están haciendo a través de su arte. Nueva colección de Hakhu Amazon Design La más reciente colección de Hakhu Amazon Design se creó junto con la diseñadora chilena – ecuatoriana Mane Silva. En su taller y tienda ubicada en La Floresta, en Quito, ya tiene algunas de las piezas de la colección ‘Rumi Yura’ (Árbol de Piedra), que irá en febrero próximo al Fashion Week New York. “Se llama ‘Rumi Yura’ porque se inspira en las conexiones de varias influencias. Las raíces crecen, se conectan, se articulan, y llevaremos este pequeño paraíso de la amazonía ecuatoriana al mundo”. Mane Silva La colección presenta 14 ‘outfits’, para hombres y mujeres, incluso varias prendas son unisex. Hay camisas, pantalones, vestidos y capas. Hakhu Amazon Design ofrece ropa para hombre, mujer y unisex. Cortesía de Hakhu Amazon Design Manu corta las piezas, ilustra los diseños y los envía a la comunidad, donde las mujeres artesanas tejen, bordan y aplican los elementos que la prenda requiera. Entonces, las partes vuelven a Quito, se unen y prueban. El objetivo es tener entre 60 y 100 piezas para la venta, dentro y fuera del país. Hakhu Amazon Design también elabora joyas y accesorios. Prendas elaboradas a mano, que cuentan la historia de una comunidad y apoyan su lucha por la defensa ambiental.

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El dengue desangra Perú: la enfermedad, alimentada por el cambio climático, deja casi 300 muertos

El País .- El crecimiento exponencial de casos, más de 161.000 este año, está relacionado en parte con el aumento inusual de temperaturas en el país. Una mañana de finales de mayo, tras regresar de su chacra (terreno de cultivo) en Villa La Legua, en el departamento peruano de Piura, Carlos Arturo Zapata, de 93 años, se sintió mal. Era un hombre fuerte y vital, pero, de pronto, la fiebre, el dolor de cabeza y una suerte de sensación extraña en los ojos, como quemante, comenzaron a golpearlo. No quiso ir al médico. Sus familiares le dieron paracetamol y le hidrataron para tratar de aliviar sus síntomas y comenzó a mejorar. Hasta que, inesperadamente, cuatro días después, volvió a ponerse mal. Le volvieron los dolores, ya no quería comer y no le bajaba la fiebre. Lo llevaron de emergencia en un auto al hospital Jorge Reátegui, en la capital de ese departamento de la costa norte del Perú, pero en el camino falleció. Fumigación de viviendas en el distrito de Comas.SEBASTIÁN CASTAÑEDA Lo mató el dengue, una enfermedad común en esta región desde hace años, pero que hoy se ha expandido de manera casi incontrolable. Ralph Zapata, su nieto, cuenta aún dolido que en las últimas semanas en La Legua, una población de unos 5.000 habitantes, se han reportado 30 casos diarios de afectados por este patógeno de la familia de los flavivirus. La enfermedad, que suele provocar fiebre repentina, dolores musculares en las articulaciones y manchas por el cuerpo, no tiene tratamiento y, en sus vertientes más graves, como el dengue hemorrágico, puede provocar la muerte. Se trata de algo nunca antes visto ni allí ni en todo el distrito de Catacaos, al que pertenece La Legua, donde hasta mediados de junio se registraron 2.086 casos sobre una población de 75.000 habitantes, según el Ministerio de Salud (Minsa). En todo el departamento de Piura, el más afectado del país, hay 46.650 casos, entre confirmados y probables, y los muertos llegan a 96. A escala nacional, superan los 161.000 y los fallecidos son al menos 287. Frente al efecto letal de la pandemia de covid, que en este país provocó casi 200.000 muertos, esto parece poco. Pero el crecimiento ha sido exponencial: el año pasado se registraron 43.899 casos de dengue, y en 2021, 24.642. Reparto de agua por camión cisterna en el asentamiento humano Nadine Heredia en el distrito de San Juan de Miraflores en Lima.SEBASTIÁN CASTAÑEDA El alza de casos se produce, además, luego de que, en marzo, el ciclón ‘Yaku’, un sistema de baja presión tropical inusual en esta latitudes, provocara copiosas inundaciones y devastación en varias regiones de la costa peruana. Para el doctor Rául Urquizo, decano del Colegio Médico de Perú, en ese contexto era esperable que la epidemia sobreviniera por la acumulación de agua estancada, mezclada con el calor que hace que el Aedes aegypti, el insecto transmisor, prolifere raudamente. De acuerdo con el doctor César Cabezas, del Instituto Nacional de Salud, en condiciones habituales, el tiempo que el mosquito demora en pasar de huevo a insecto adulto es de unos nueve días. Pero cuando el calor aumenta, ese ciclo se hace más corto. El cambio climático El doctor Cabezas apunta, además, otro factor de alarma: se ha detectado la presencia del virus “en el aparato reproductor del insecto”, lo que se cree que anula una fase del proceso normal de contagio. Para que este se dé, es necesario que la hembra del Aedes aegypti pique a una persona ya infectada, ya que necesita sangre para asegurar su reproducción, y luego a una tercera. Pero este hallazgo hace todo más rápido: desde el desarrollo del mosquito en el ciclo huevo-larva-pupa-insecto, hasta el contagio y el aumento de casos. Una mujer es atendida en la Unidad de vigilancia Clínica, Uviclin en el distrito de Puente Piedra.SEBASTIÁN CASTAÑEDA A todos esos factores hay que añadirle la falta de reacción en conjunto del Estado y la pobreza. Es común que las comunidades con menos recursos, como los asentamientos humanos, donde no tienen acceso al agua potable, la almacenen en recipientes abiertos que sirven de criaderos para los mosquitos. Para la doctora Nancy Serpa, ex viceministra de Salud, “se trata de un problema no sólo sanitario, sino social”. Y hoy por hoy, fundamentalmente climático. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el dengue se está extendiendo a países donde antes era prácticamente desconocido, como Croacia. Un documento de la organización publicado este año señala que cada año se reportan 390 millones de infecciones. Estima, además, que hay 3.900 millones de personas que corren el riesgo de contraer la enfermedad. Para Raman Velayudhan, coordinador de la iniciativa de la OMS para el dengue y el arbovirus, “el cambio climático ha tenido un papel clave al facilitar la propagación del mosquito”. La advertencia no es nueva. El investigador peruano Paul Maquet ha recordado que ya en el 2007, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático sostuvo que el fenómeno provocaría “una alteración de los vectores de enfermedades infecciosas en ciertas áreas”. Llamando al mosquito El propio Ministerio del Ambiente (Minam) señalaba en su Plan de Adaptación al Cambio Climático presentado en julio de 2021 que uno de los peligros relacionados al calentamiento global es el aumento de las enfermedades metaxénicas (aquellas cuyos vectores son sensibles a las modificaciones del ambiente) como el dengue. Especialmente para quienes carecen de agua potable y desagüe. Laboratorio de investigación del dengue en el INS Instituto Nacional de Salud.SEBASTIÁN CASTAÑEDA En Puente Piedra, un distrito periférico de Lima Metropolitana, se puede comprobar que algo ha cambiado. Ya es invierno y la temperatura supera los 25 grados, hace calor y no hace falta ponerse abrigo. No es usual en Lima, donde a estas alturas del año suele estar nublado y con temperaturas en torno a los 20 grados o menos. Pero este año el calor no quiere irse. Milagros Sánchez tiene 33 años. Está internada en una cama de la Unidad de Vigilancia Clínica (Uviclin) instalada en esta zona por el Ministerio de Salud (Minsa) por un cuadro agudo de dengue. “Un día,

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Uno de los cafés más caros del mundo viene de los excrementos de un ave brasileña

El País .- El jacu, a priori visto como una plaga, revolucionó un cafetal en Brasil y dio una lección sobre agricultura sostenible. El kilo de este grano se vende en los exclusivos almacenes Harrods de Londres a 1.700 dólares   Un café hecho a base de los granos encontrados en los excrementos de un pájaro que en Europa se vende a precio de oro. Es el peculiar tesoro que una hacienda brasileña maneja desde hace años, gracias a la aparición sorpresa de un pájaro parecido a un faisán. Nadie lo podía intuir, pero el jacuaçu o pava oscura, con su discreto plumaje negro y sus potentes gritos, tiene un sistema digestivo que es una maravilla. Los granos de café que deja en sus heces son como pepitas de oro. El primer sorprendido fue el dueño de la Hacienda Camocim, Henrique Sloper, que regentaba un cafetal familiar cuando vio aparecer lo que en su momento definió como “una plaga”. No sabía que al poco tiempo el animal se convertiría en su mejor aliado, un socio preferente en el negocio.   “Daba mucho miedo. Es un pájaro grande, que hace ruido, rompe las ramas. Eran muchos, así que llamamos a los órganos de protección ambiental, pero no sabían qué hacer. Nos sugirieron que introdujésemos un depredador. ¿Qué íbamos a colocar? ¿Un jaguar? ¿Un águila? Al final me dejaron allí con los pájaros”, recuerda ahora divertido Sloper en una conversación por teléfono. Su propiedad está desparramada por una decena de valles de la verde sierra de Espírito Santo, en el sureste de Brasil, junto a un parque natural. Si este Estado fuera un país, sería el cuarto mayor productor de café del mundo. Pero entre los miles de cafetales, éste es diferente. Es el único que cuenta con un pájaro como elemento protagonista. Después del susto de la invasión alada, Sloper se acordó de un viaje a Indonesia, donde conoció el exclusivo café Kopi Luwak, que se elabora con los excrementos de la civeta, un pequeño mamífero de hábitos nocturnos. Decidió probar suerte y replicar el invento. Al principio, convencer a los trabajadores de la hacienda de que tenían que cosechar caquitas fue un reto, pero una vez vencidos los prejuicios y tras dos años de prueba-error, dieron con la fórmula.   Un jacu en un árbol en la Hacienda Camecim.FAZENDA CAMOCIM En el camino descubrieron varias cosas, como que el tránsito por el aparato digestivo del animal hace que esos granos de café no necesiten fermentación, o que el proceso elimina casi toda la cafeína. Los granos salen en las heces perfectamente enteros. También es decisivo el buen gusto del pájaro, que sólo come los granos de café cuando están maduros. Para que el café sea considerado especial en los certificados de venta el fruto tiene que cosecharse maduro, así que los hábitos alimentarios del ‘jacu’ son una garantía de que el café será de alta calidad. Tras la particular cosecha de excrementos, los granos se secan, se limpian y se congelan entre dos y tres meses, quedando listos para iniciar el proceso cuando haya un pedido. Se trata de un café tan especial que sólo se produce bajo demanda. El sabor es afrutado y más ácido que en otras variedades.   Productores recogen semillas de café en Brasil.FAZENDA CAMOCIM La producción del café de jacu empezó hace más de una década, y rápidamente se convirtió en uno de los más caros del mundo. Se vende en los exclusivos almacenes Harrods de Londres a 1.400 libras el kilo (1.700 dólares, 1.600 euros). Francia y Japón, mercados donde hay bastante interés por los productos exóticos, también están entre los países que más importan, comenta Sloper. El interés no sólo tiene que ver con la excentricidad de saborear un café que proviene de las heces de un pájaro, sino también con toda la filosofía que contempla esta hacienda.   Antes de que el jacu hiciera su aparición estelar, este cafetal ya apostó por la agricultura orgánica (adiós pesticidas) y por el sistema de agrofloresta, una alternativa sostenible para el manejo de los bosques tropicales que pregona la convivencia con la vegetación nativa. Aquí no hay infinitas plantaciones de monocultivo; las plantas del café se mezclan con otros árboles y arbustos. Se pueden encontrar plátanos, pitangas, jabuticabas y frutos rojos de todo tipo, con los que se hacen sabrosas mermeladas. La biodiversidad equilibrada del ambiente ayuda a prevenir la aparición de hongos y crea un sustrato de hojarasca que hace que el café crezca con más vigor. Si la media de producción de café por hectárea en Brasil ronda los 26-28 sacos, en este tipo de plantación llegan a cosecharse 35, asegura Sloper, convertido en ferviente defensor del sistema. “Antes eras ingeniero agrónomo y te enseñaban a colocar veneno en el suelo. Pero ya no hay vuelta atrás, ahora el mercado demanda otra cosa, la gente no quiere comer cosas con glisofato y todas esas cosas que colocamos durante tanto tiempo. Es una presión del propio consumidor”, resume.   Aunque en Brasil aún predominan los enormes latifundios de monocultivo dedicados a la exportación de commodities, las agroflorestas se abren paso poco a poco. La Alianza por la Restauración de la Amazonía, por ejemplo, identificó más de 1.600 iniciativas de este tipo únicamente en la región amazónica. El cultivo en sistema de agrofloresta también sirve de dique de contención ante los fenómenos climáticos extremos, cada vez más frecuentes. Sequías, inundaciones o heladas son más llevaderas con todo un conjunto de flora y fauna protegiéndose mutuamente. En este hábitat que hizo suyo, el jacu, además de cosechar el café, también tiene otras funciones, apunta el orgulloso propietario: “Reforesta la selva, porque es un gran diseminador de semillas. Hay café creciendo en medio del bosque”, dice, y remarca que la convivencia con el pájaro es muy respetuosa. Se mantiene siempre en libertad (al contrario de lo que ocurre con el café de civeta de Indonesia, cada vez más cuestionado por mantener los animales enjaulados) y se controla dónde se encuentran sus nidos para no dañarlos

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El Niño y el cambio climático afectan a la supervivencia de las ballenas en el Atlántico sur

El País .– El aumento de la temperatura incrementa la probabilidad de mortandad de las hembras, según un informe. Estos animales contribuyen a la mitigación del calentamiento global   El calentamiento de los océanos afecta la supervivencia de la ballena franca austral e impide la recuperación de sus poblaciones. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio liderado por investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Ocean Alliancey un grupo de colaboradores internacionales, que describe por primera vez el efecto que tiene el cambio climático sobre la supervivencia de las hembras, que se reproducen en la costa del Atlántico sudoccidental, desde Brasil hasta el sur de Argentina.   El trabajo —parte del doctorado de Macarena Agrelo, bióloga e investigadora principal en el área de ecología, poblaciones y dinámica poblacional del ICB— muestra que en los años posteriores al fenómeno de El Niño, en los que las aguas son más cálidas, la tasa de mortalidad es cuatro o cinco veces mayor que en los neutros o en los que se produce La Niña, caracterizado por aguas más frías.   El dato cobra relevancia porque actualmente la agencia de las Naciones Unidas encargada de las previsiones meteorológicas ha advertido que hay un 80% de probabilidades de que El Niño comience entre julio y septiembre próximos, lo que provocará un aumento de las temperaturas a nivel global, sequías y precipitaciones en distintas regiones del mundo.   Se estima que la población de ballenas francas australes es de aproximadamente 5.500 individuos y la probabilidad de que dicho número aumente cae en el actual contexto de calentamiento global. La investigación proyectó el crecimiento de la población hasta el año 2100, considerando los parámetros de fecundidad y reproducción en diferentes escenarios en base a las predicciones mundiales sobre la frecuencia de los eventos de El Niño. “Vimos que, si no consideramos el cambio climático, y la población crece a un 7%, alcanzaríamos a una población de 30 individuos en 2070″, dice Agrelo. Y si se observa el efecto que tuvo el calentamiento global en los últimos 50 años, la población no llegaría a alcanzar ese valor.   Una ballena austral y sus heces.NICOLÁS LEWIN (INSTITUTO DE CONSERVACIÓN DE BALLENAS) La proyección es a nivel teórico, sin sopesar otros efectos de mortalidad como la contaminación, la colisión con embarcaciones u otras amenazas. “Si consideramos que los eventos van a ser más frecuentes y más intensos, se desacelera cada vez más el crecimiento poblacional”, subraya Agrelo. En consecuencia, el efecto del cambio climático sobre la supervivencia de las ballenas será menor y la mortalidad, más grande.   En años posteriores a El Niño, los científicos observaron que un porcentaje mayor de la población no es avistada, en especial de hembras que no volvían a Península Valdés pese a que frecuentaban mucho el área. “Eso te hace pensar que esas ballenas murieron”, refiere la científica. Las hembras sufren más la disminución de comida porque tras la gestación y la lactancia requieren de grandes cantidades para recuperarse de la inversión energética realizada.   Para el estudio se analizaron cinco décadas de información recogida a través de la fotoidentificación de cada ballena de Península Valdés. Para calcular la supervivencia, se utilizó la historia de vida de 1.380 hembras de una base de datos de aproximadamente 4.100 ejemplares. Su conservación, explican desde ICB, es fundamental para mitigar el calentamiento global.   Se considera que las ballenas son las ingenieras de los ecosistemas porque ayudan a mantener saludable la vida en el océano. Tienen heces muy ricas en hierro y otros nutrientes que derivan del consumo de krill, un crustáceom en el Atlántico Sur y que lo transportan a grandes distancias y en varias direcciones, fertilizando y promoviendo la biodiversidad.   “Son los bosques de los océanos, capturan en sus grandes biomasas tanto carbono como miles de árboles”, detalla Agrelo. INSTITUTO DE CONSERVACIÓN DE BALLENAS Una por una Desde 1971, y de manera ininterrumpida (excepto el 2020 por la pandemia), el ICB y Ocean Alliance realizan un monitoreo anual de ballenas en las costas de Chubut, a través de relevamientos aéreos. La base de datos con las ballenas identificadas una por una es tan valiosa que permite saber cómo cambia la población a lo largo del tiempo y cómo le afectan los fenómenos climáticos. Estos mamíferos pueden reconocerse individualmente a través del patrón de callosidades en la cabeza, que es único igual que la huella dactilar de un ser humano.   En los comienzos, las fotos se sacaban con cámaras con rollo y la fotoidentificación se realizaba de forma manual a través de un catálogo físico; actualmente las imágenes son digitales y la técnica se realiza con la ayuda de un software. “Cumplimos 50 años de datos. Es un estudio pionero y el de más largo plazo de una especie de ballenas a nivel mundial”, afirma la investigadora. Además, es la primera vez que se analiza el efecto del cambio climático en la supervivencia de una especie de ballena.   Conocer una por una las que visitan Península Valdés permite armar árboles genealógicos de hasta cinco generaciones y conocer quién es la mamá, la abuela y la bisabuela de una cría. “La posibilidad de sacarle una foto a una ballena y saber si la vimos o no, nos permite a lo largo de los años armar lo que se llama ‘históricos de captura’ de cada individuo”, explica Agrelo.   Esto supone configurar un historial del ejemplar para ver qué años llegó a la península y cuáles no, cada cuánto va y si lo hace con un ballenato. “Si vemos un individuo con una cría y a los dos años lo vemos con otra cría, es una llamada de alerta”, dice la investigadora. Es un indicio de que hubo una falla en el éxito reproductivo ya que las ballenas francas tienen cría cada tres años después de un año de gestación, otro de lactancia y uno más de reposo y de recuperación.   Con la identificación también se conocen detalles de su ciclo de vida y de su biología: cada cuánto se

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Argentina aprueba una vacuna contra el dengue en medio de la epidemia más letal de su historia

El País .- El Gobierno espera, sin fecha confirmada, la importación del vial del laboratorio japonés Takeda ante un brote que ha dejado 39 muertos La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de Argentina ha aprobado este miércoles el uso de una vacuna contra el dengue mientras el país se enfrenta a la peor epidemia de su historia. El vial del laboratorio japonés Takeda, que ya había sido aprobado por la Unión Europea, Reino Unido y Brasil, está previsto para todas las personas mayores de cuatro años, hayan cursado o no la enfermedad, y se administra en dos dosis en un intervalo de tres meses. El Gobierno ha aprobado la importación de la vacuna tras confirmar 39 muertes por la infección hasta mediados de este mes. Sin una fecha anunciada para empezar a administrarla, y a la espera de determinar qué grupos de riesgo podrán recibirla, los expertos consultados por este periódico en las últimas semanas coinciden en que contribuirá a minimizar el impacto del próximo brote. El país ha registrado 56.324 casos de dengue hasta el pasado 16 de abril, cuando publicó su último reporte epidemiológico. Casi el 92% de los infectados son casos de circulación dentro del país, en 13 de las 23 provincias, incluida la capital. El brote ha sido el más virulento por dos motivos. El primero es que el serotipo infeccioso que domina este año se ha extendido en un área mayor que otros años, y afecta también a quienes lograron la inmunidad por contagio en el pasado y las consecuencias pueden ser más graves. A los expertos les preocupa que posiblemente varios de los fallecidos murieron de dengue tras una segunda infección. El segundo tiene que ver con el cambio climático: el aumento global de la temperatura favorece la propagación de enfermedades en Argentina que hasta ahora se asociaban a países tropicales, como el dengue, pero también el zika y la chikungunya. El país lleva un mes de otoño y, las temperaturas no han descendido como para afectar la supervivencia del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad. Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital Gutiérrez de Buenos Aires, afirmaba hace unos días que también influye la falta de previsión. Consideraba que desde el estallido de la pandemia de covid en 2020, el Gobierno disminuyó las campañas de fumigación y de prevención, lo que facilitó la proliferación del mosquito. La vacuna del laboratorio Takeda, TAK-003, también conocida como Qdenga, protege contra todos los serotipos del virus con una efectividad de hasta el 80%. Según los estudios que presentó el laboratorio en abril de 2021 para buscar la aprobación de ANMAT, la inmunidad que encontró “persistió durante 48 meses tras la vacunación y se observó que la vacuna era segura y bien tolerada en términos generales”. En los ensayos probaron sus viales en 20.000 niños y adolescentes sanos de entre 4 y 16 años de edad que viven en zonas donde el dengue es endémico. El Gobierno argentino no ha anunciado la fecha en la que planea recibir las vacunas, aunque sí ha confirmado que el laboratorio japonés ya ha iniciado los protocolos para producirlas y enviar un primer lote al país. “Cuando esto suceda, una vez concluido ese ciclo y siempre siguiendo estándares de calidad y trazabilidad, Argentina estará en condiciones de recibir ese envío para su posterior comercialización en territorio nacional”, han aclarado las autoridades en un comunicado. Aún quedará revisar qué grupos de riesgo, como los menores de cinco años, mayores de 65 años y mujeres embarazadas, podrán vacunarse.

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Las infecciones de VIH se multiplican entre las mexicanas, pero siguen sin acceso a diagnóstico y prevención

El País .- Las mujeres constituyen aproximadamente el 20% de las afectadas por el virus en el país, pero son el grupo que vive con la infección que más crece impulsado en parte por la violencia y la inequidad Cuando el resultado de la prueba dio positivo, Carmen pensó que era su sentencia de muerte. “Lo primero que le pregunté a la enfermera fue cuánto me quedaba de vida. Mi mayor miedo era que se lo hubiera transmitido a mis niñas”, recuerda esta mexicana de 23 años del día que supo que tenía VIH. “Jamás me imaginé que me podía pasar a mí. Pensaba que eso era más cosa de algunos señores”. En el mundo hay más mujeres con VIH que hombres, como recoge el último informe de ONUSIDA. Pero esa realidad se concentra en los países de África subsahariana, donde las adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años tienen tres veces más probabilidades de adquirir el VIH que los varones homólogos. “A excepción de la región caribeña, en América Latina, la prevalencia de la infección es mucho mayor en los colectivos focos: hombres que tienen sexo con hombres, trabajadoras sexuales, usuarios de drogas inyectables y mujeres transgénero”, señala Brenda Crabtree, infectóloga e investigadora de VIH del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán de Ciudad de México. “Sin embargo, las mujeres conforman el grupo que más se ha visto afectado por el incremento de infecciones”, añade. América Latina es una de las regiones que en la últimas décadas ha experimentado un aumento. De las 340.000 personas que se estima vivían con la patología en México en 2019, casi el 20% del total de casos reportados correspondían a mujeres y niñas, según datos del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (Censida). Gran parte de la población femenina que vive con el virus no lo sabe “porque las mujeres no forman parte de las políticas públicas de detección y control”, asegura Crabtree. Esta realidad ha sido documentada por la psicóloga especialista en Género, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, Ana Amuchastegui. Según la experta, “las mujeres no son parte de los sectores clave en las campañas de prevención y tratamiento, pero cuando se analiza a las que viven con VIH resaltan elementos como la violencia de género y la escasa información sobre salud sexual y reproductiva que hay disponible”. Como Carmen, que nunca pensó que el VIH le podía pasar a ella. “Un día empecé con síntomas de gripe muy fuertes. Acudí con mi pareja al hospital, entonces supimos que teníamos VIH, él me lo había transmitido y los dos estábamos ya en fase sida”. El estadio final y más grave de la infección. Cuando el virus ha destruido el sistema inmunitario y el cuerpo ya no puede luchar contra las infecciones oportunistas. Miembros de una organización explican cómo usar un condón durante un evento organizado por AIDS Healthcare Foundation, en Ciudad de México, el 13 de febrero de 2020.ANDRES MARTINEZ CASARES (REUTERS) Las víctimas de violencia machista tienen hasta 1,5 veces más probabilidades de adquirir VIH La falta de acceso a la educación, la inequidad de género y la violencia sexual son tres condicionantes que han hecho aumentar el número de mujeres con VIH en América Latina. “Que las niñas no vayan a la secundaria o que sufran maltrato en el hogar son factores de riesgo determinantes para contraer la infección”, afirma Crabtree. De acuerdo con Censida, en México, las víctimas de violencia machista tienen hasta 1,5 veces más probabilidades de adquirir VIH. El mayor número de casos de la infección en el país se concentra en aquellas entidades con los índices más altos de violencia ligada a la pobreza, como Guerrero, Veracruz, Oaxaca y Chiapas. “En este Estado, la incidencia por poblaciones del VIH se parece a la de países africanos”, matiza la investigadora. La situación epidemiológica en Chiapas refleja la relación entre las condiciones sociales de las mujeres y la vulnerabilidad a contraer el virus, como señaló una investigación realizada a finales de 2020 con el objetivo de describir la dinámica de las desigualdades de las mujeres afectadas. De las más de 200 chiapanecas de entre 18 y 44 años con VIH encuestadas, 4 de cada 10 habían sufrido algún tipo de violencia, también la asociada al diagnóstico de VIH en algunos servicios y en las comunidades. “Las mujeres no suelen ser diagnosticadas cuando acuden a atención médica por síntomas que sugieren una infección de este tipo”, expone Amuchástegui, autora de diversos estudios que así lo señalan. “El propio sistema de salud las excluye: si a un consultorio llega una mujer indígena con los mismos síntomas que un hombre gay, sólo al segundo le harán la prueba del VIH”, matiza Crabtree. “Más de la mitad de las mexicanas se dan cuenta de que son positivas una vez embarazadas”, explica Angélica Pedraza, pediatra e infectóloga en el Instituto Nacional de Perinatología, especializada en VIH. La norma oficial para la prevención y el control de la infección por virus establece hacer la prueba de forma obligatoria durante el embarazo. “Pero en nuestro país no hay una buena cobertura del escrutinio prenatal”, apunta la especialista, acostumbrada a recibir en consulta a futuras madres víctimas de violencia sexual que salen positivas a la prueba vírica. “Entre ellas, muchas adolescentes que sufren agresiones dentro de la familia cercana, del padre, de un tío”, explica. “También llegan otras derivadas de centros donde les hicieron la prueba rápida cuando estaban a punto de dar a luz y salieron positivas a la infección”. Pero, según advierte Crabtree, las que más se escapan a los controles son aquellas que ya no están en edad fértil. Por eso, dice que “falta mucha sensibilización”. Flegana Fliss, una niña que nació seropositiva y que estuvo internada en el Hospital Zanmi Lasante para portadores del VIH, en Haití.SHAUL SCHWARZ (GETTY IMAGES) La importancia de la paridad de género en los equipos que investigan el VIH La invisibilización que sufren las mujeres en torno al VIH se extrapola al ámbito científico. “Aunque

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Colombia prepara la primera ley sobre desplazamiento climático en América Latina

EL PAÍS .- Un proyecto de ley propone al Estado reconocer la existencia del desplazamiento forzado interno por causas asociadas al cambio climático y la degradación ambiental   En 2005, cuando la crisis climática aún no había ganado la importancia política que tiene hoy, el profesor británico Norman Myers, quien falleció en el 2019, hizo pública la conclusión de un estudio en el que llevaba tiempo trabajando: para 2050, el cambio climático desplazaría a alrededor de 200 millones de personas en el mundo. Se trató de una cifra que ganó críticos y adeptos. Que fue cuestionada y que, incluso, fue retada, proponiendo que, para ese entonces, los desplazados climáticos alcanzarían los mil millones de personas. Pero lo cierto es que la estimación puso en el radar un tema sobre el que hoy se empieza a hablar con más preocupación. Aunque históricamente la humanidad ha sido nómada y siempre ha migrado – o elegido quedarse en un lugar – por las condiciones climáticas que la rodean, el hecho de que la temperatura empiece a alcanzar niveles extremos empieza a intranquilizar a académicos y gobiernos.   Ahora, 18 años después de que Myers hiciera esa estimación, Colombia quiere convertirse en el primer país de Latinoamérica con una ley que abarca el desplazamiento climático, aunque el tema aún está gateando. A través de un proyecto de ley que fue apenas radicado para primer debate en el Congreso del país— y que tendría que lograr tres debates más para ser ley— los congresistas Julia Miranda (Nuevo Liberalismo), Duvalier Sánchez (Alianza Verde), y Daniel Carvalho (Independiente), proponen al Estado colombiano que “reconozca la existencia del desplazamiento forzado interno por causas asociadas al cambio climático y la degradación ambiental”.   Claros y oscuros Hablar de desplazamiento asociado al cambio climático y las presiones ambientales no es un tema fácil. No solo por las implicaciones que tiene, sino porque no es sencillo definir quién puede catalogarse como tal. El camino lógico es pensar en personas que se han visto forzadas a moverse por un huracán o por desastres relacionados con el clima. Pero como han señalado investigadores internacionales como Dominic Kniveton, esas migraciones, incluso las asociadas al cambio climático, pasan por un proceso de decisión de las personas en las que influyen varias cosas. Otros han argumentado que hay desplazamiento climático por razones aparentemente menos lógicas. Un estudio publicado en el Journal of Environmental Economics and Management, por ejemplo, encontró un fuerte vinculo entre las migraciones y la agricultura. Con sequías, no hay cultivos. Y sin cultivos, no hay ingresos, por lo que las personas eligen moverse de su lugar. Por esto, uno de los puntos más álgidos de este proyecto de ley gira entorno a la definición. El documento, tal cual como está propuesto, lo señala así: “Entiéndase por desplazamiento forzado interno por causas asociadas al cambio climático y a la degradación ambiental, la movilidad humana de carácter forzado de una persona, familias o grupos sociales quienes se ven obligados a desplazarse de su territorio, abandonando su lugar de residencia habitual, núcleo familiar y social, su actividad económica y/o modos de subsistencia como resultado o para evitar los efectos de catástrofes naturales o del cambio climático”. Pero para Clara De La Hoz Del Real, doctora en sociología y especialista en migraciones climáticas, investigadora en el proyecto ERC PREFER de la Universidad Paris-Saclay-UVSQ (CEARC), la categorización del desplazamiento climático debería pasar antes por una reflexión de fondo y un debate social que permita evitar la reproducción de lógicas de poder. “Construir categorías es un proceso social que en este caso implica asignar a las personas afectadas ciertos derechos, pero no debería restar otros. En Colombia, la categoría de desplazamiento, y la figura institucionalmente construida del desplazado, llevan cargas políticas y sociales de estigmatización, de victimización y de exclusiones que reflejan la dominación de los que formulan y asignan estas etiquetas sobre aquellos a quienes son asignadas. Por eso, esa construcción de una categoría debe hacerse no solo desde los actores estatales, sino desde un enfoque societal, inclusivo y horizontal, para evitar que la intención e intervención del Estado sean nocivas”, señala la experta, quien también sugiere que, en un tema como este, la política pública no debería olvidar la responsabilidad que tiene el Estado frente al cambio climático y sus fenómenos asociados, como por ejemplo los desastres.   Para Mauricio Madrigal, director de la Clínica Jurídica de Medio Ambiente y Salud Pública de la Universidad de los Andes, “aunque el proyecto de ley pone sobre la mesa un tema necesario y tiene una intención interesante”, debe también tener en cuenta el desplazamiento forzado, así sea por cambio climático, como “una figura jurídica que visibiliza cómo el cambio climático efectivamente vulnera los derechos humanos”. Además, la política pública que salga de allí, tendría que pensarse como una intersección que una la gestión del riesgo, el ambiente y el sector vivienda. “Es un tema muy complejo que no necesariamente debe verse como algo negativo cuando se hace la caracterización técnica como es”, agrega.   Su último punto, de hecho, es bastante importante, pues dentro de la academia – y dentro de las cosas que se le ha retado a la hipótesis de Myers, quien incluso dio pie para que se hable también de refugiados climáticos – es que migrar por el cambio climático, si se logra bien, puede ser visto como un proceso de adaptación de los humanos. Lo que se viene ahora para Colombia es una profunda discusión.

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Líder en energías renovables, Uruguay apuesta al hidrógeno verde

EL PAÍS .-El país sudamericano, que experimentó una radical transformación de su matriz eléctrica, se prepara para producir hidrógeno verde, una industria incipiente no exenta de interrogantes.   La última conferencia internacional de energías renovables, llevada a cabo en Madrid a finales de febrero, tuvo entre sus invitados especiales a Uruguay, el segundo país del mundo con mayor participación de energías renovables variables (como solar y eólica) en la generación de electricidad, según el informe REN21. “Europa está muy perdida con el tema energético y ven al caso uruguayo como un modelo muy fuerte a seguir”, dice a América Futura el físico Ramón Méndez, director nacional de energía de Uruguay entre 2008 y 2015, tras haber expuesto en Madrid las singularidades del proceso que logró descarbonizar la matriz eléctrica uruguaya por encima del 95% en menos de diez años.   Méndez recuerda que, sin recursos como gas, petróleo o carbón, Uruguay, un pequeño país de 3,4 millones de habitantes, vivía en 2008 una “tormenta perfecta”, provocada por los altos precios del combustible, el aumento de la demanda eléctrica y la limitada infraestructura local que derivaron en una crisis de abastecimiento energético. “El hecho de no tener recursos nos ayudó a buscar caminos diferentes”, explica.   Un acuerdo multipartidario alcanzado en 2010 adoptó como política de Estado la transición energética hacia las fuentes autóctonas y renovables, garantizando su ejecución y continuidad. Desde entonces, el país ha experimentado una transformación radical en la generación de electricidad, al reemplazar el uso de combustibles fósiles importados por una combinación de agua, sol y viento. Este último, sobre todo, cobró especial protagonismo: se instalaron 700 aerogeneradores, distribuidos en 41 parques eólicos, públicos y privados, con una capacidad total de generación de 1.500 megavatios que cubren más del 30% de la demanda eléctrica local.   “A nivel mundial, Uruguay está en segundo lugar después de Dinamarca en penetración de energía solar y eólica”, dice a América Futura Marcelo Mula, presidente de la Asociación Uruguaya de Energías Renovables. En un año de lluvias normales, el 97% de la demanda eléctrica nacional es cubierta por energías renovables, mediante una combinación de eólica (32%), combustión de biomasa (17%), solar (3%), además de la tradicional y veterana hidroeléctrica (45%), según explica. El porcentaje restante corresponde a la electricidad generada por las centrales térmicas con combustibles fósiles, cuyo uso se incrementa cuando el clima afecta el funcionamiento de las otras fuentes limpias, como ha ocurrido debido a la “excepcional” sequía que azota al país desde 2020.   Según la Agencia Internacional de la Energía, a escala global estos números son significativamente distintos: sólo el 24% de la electricidad consumida mundialmente se produce con fuentes renovables, mientras que más del 75% de la electricidad sigue dependiendo del carbón y otros combustibles fósiles. Un trabajador de Tecnogroup camina cerca de paneles fotovoltaicos en Constancia (Uruguay).MARIANA GREIF (BLOOMBERG) El modelo uruguayo: una asociación público-privada Méndez asegura que la rápida transformación de la matriz eléctrica uruguaya fue posible gracias al “rol fundamental” que jugó el Estado en el diseño y la dirección del proceso. En ese sentido, se estableció la asociación público-privada mediante contratos de compraventa de energía por un plazo de 20 años. Así, las empresas privadas que producen energía eléctrica están obligadas a vendérsela solamente a la eléctrica estatal UTE, que genera, transmite y distribuye la electricidad en Uruguay. Por su parte, la empresa pública se comprometió a comprar toda la energía eléctrica producida en el país, que destina al uso doméstico o a la exportación.   Según el exdirector de energía, con este modelo, el país pasó de un costo medio de generación de 1.100 millones de dólares anuales a 600 millones. “Estamos gastando 500 millones de dólares menos que antes”, remarca Méndez. Durante este proceso, agrega, se volcaron 2.000 millones de dólares a la economía, se crearon 50.000 puestos de trabajo y se llegó al 99,9% de la electrificación en el territorio. Uruguay, por ejemplo, fue el primer país en Iberoamérica con el 100% de las escuelas rurales con acceso a la red eléctrica.   Entre las obras concretadas durante la transición energética, Mula destaca la construcción de una planta de conversión energética en Melo (este del país), que permitió robustecer la interconexión con Brasil. “Desde 2018, Uruguay es un exportador neto de energía y (la eléctrica estatal) UTE es una de sus principales empresas exportadoras, superando a las ganaderas”, sostiene.   Sin embargo, matiza: “Desde ese año hasta ahora no se ha instalado más potencia renovable y eso es un gran problema, porque la economía ha crecido y la demanda de energía también”. “Tenemos que volver a incorporar energía renovable”, remarca.   La segunda transición: la apuesta por el hidrógeno verde En Uruguay, hay consenso en que el giro dado en el sector eléctrico ha contribuido significativamente a descarbonizar la economía, pero aún quedan muchas actividades que se alimentan de combustibles fósiles contaminantes. Raúl Viñas, del Movimiento por un Uruguay Sustentable, recuerda que el 40% de toda la energía que consume el país proviene del petróleo. Y explica que la mitad de las emisiones de CO2 tienen su origen en la quema de gasoil, utilizado en la industria y en la movilidad, como camiones de carga y autobuses. “La transición energética tiene un debe muy importante en el sistema de transporte”, dice Viñas.   Precisamente, hacia ese sector altamente contaminante apunta la segunda transformación energética que promueve el actual Gobierno, cuya hoja de ruta hacia 2040 propone la producción local de hidrógeno verde, un vector energético generado a partir de la electrólisis del agua mediante fuentes renovables, que se presenta como una alternativa no contaminante al uso de combustibles fósiles. Un hombre trabaja en la planta de biomasa en Tacuarembó.MARIANA GREIF ETCHEBEHERE (BLOOMBERG) “Uruguay está convencido de que tiene condiciones para formar parte de la economía del hidrógeno, con el objetivo de descarbonizar la producción de aquí a 2050″, señala a América Futura el ministro de Industria, Omar Paganini. Actualmente, indica, el Gobierno uruguayo está evaluando una serie de propuestas para desarrollar proyectos piloto de pequeña escala, orientados a las aplicaciones de hidrógeno verde y derivados, dirigidas al mercado

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