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Ecuador: octubre 8, 2024

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Ecuador, octubre 08, 2024
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Trump recurre ante el Tribunal Supremo su exclusión de las primarias de Colorado

El País .- El expresidente sostiene que el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 “no fue una insurrección” Donald Trump es el asunto estrella del año en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Aunque ya hay varios casos que le afectan de forma directa o indirecta, el recurso presentado este miércoles por el expresidente definirá el futuro electoral de Estados Unidos. Trump ha recurrido ante los jueces su exclusión de las papeletas electorales en las primarias de Colorado, una decisión tomada también en Maine y que podría ser replicada por otros estados. Hay más de una treintena en los que su participación está impugnada. Los magistrados tendrán que decidir si debe dejarse a Trump al margen de las elecciones por haber participado en una insurrección, en referencia a sus intentos de alterar el resultado electoral de las elecciones de 2020, que perdió frente a Joe Biden, y que desembocaron en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. En su recurso, Trump sostiene que aquello no fue una insurrección. La presentación del recurso se daba por segura. El expresidente y ahora candidato tenía de plazo hasta este jueves 4 de enero para acudir al Supremo, que cuenta con una supermayoría conservadora de seis de los nueve jueces, tres de ellos nombrados por el propio Trump durante su presidencia. El recurso se suma a otro presentado por el Partido Republicano de Colorado la semana pasada. Llega además al día siguiente de otro presentado por Trump ante el Tribunal Superior de Maine contra su exclusión en las primarias de dicho estado. En ambos Estados las primarias se celebran el próximo 5 de marzo, el conocido como Supermartes, la fecha en que se eligen más de un tercio de los delegados que designarán al candidato presidencial republicano. El Tribunal Supremo de Colorado decidió por cuatro votos a tres que a Trump se le debía aplicar la sección tercera de la 14ª enmienda, declarándole inelegible para el cargo de presidente por haber participado en una insurrección. Por tanto, decidieron que su nombre no debería figurar en las papeletas de las elecciones primarias de cara a las presidenciales del 5 de noviembre de 2024. El recurso de 43 páginas elevado al Supremo comparte los argumentos del presentado ante el Tribunal Superior de Maine. Los recursos ante el Alto Tribunal se formulan como preguntas y en este caso la cuestión es directa: “¿Se equivocó el Tribunal Supremo de Colorado al ordenar excluir al presidente Trump de las presidenciales de 2024?”. “En nuestro sistema de ‘gobierno del pueblo, por el pueblo, [y] para el pueblo’, el fallo de Colorado no es ni puede ser correcto. Este Tribunal debe admitir el recurso para considerar esta cuestión de suma importancia, revocar sumariamente la sentencia del Tribunal Supremo de Colorado y devolver a los votantes el derecho a votar por el candidato de su elección”, dice el escrito. “La cuestión de la elegibilidad para servir como presidente de los Estados Unidos está debidamente reservada al Congreso, no a los tribunales estatales, para considerar y decidir. Al considerar la cuestión de la elegibilidad del presidente Trump y excluirlo de la votación, el Tribunal Supremo de Colorado se arrogó la autoridad del Congreso”, argumentan los abogados. Una “protesta política” El recurso dice que el tribunal de Colorado se equivocó en cómo describió el papel del presidente Trump en los acontecimientos del 6 de enero de 2021. “No fue una ‘insurrección’ y el presidente Trump de ninguna manera ‘participó’ en una ‘insurrección”, señala la introducción del escrito. Más adelante, en el cuerpo del recurso, los abogados de Trump insisten en que “los sucesos del 6 de enero de 2021 no fueron una ‘insurrección’ en el sentido en que se utiliza ese término en la sección tercera [de la 14ª Enmienda]”. “Insurrección’, tal como se entendía en el momento de la aprobación de la 14ª Enmienda, significaba tomar las armas y hacer la guerra a los Estados Unidos. Cuando se considera en el contexto de la época, esto tiene sentido. Estados Unidos había sufrido una horrible guerra civil en la que murieron más de 600.000 combatientes, y la propia supervivencia de la nación estaba en entredicho”, continúa el recurso. Es una enmienda aprobada en 1868, tres años después del final de la Guerra Civil, que pretendía impedir que los rebeldes confederados ocupasen posiciones de poder. El asalto al Capitolio, en cambio, según los argumentos de la defensa de Trump, no es propio de una insurrección, sino que se engarza en la “larga historia de protestas políticas que se han vuelto violentas” en Estados Unidos. “En el contexto de la historia de las violentas protestas políticas estadounidenses, el 6 de enero no fue una insurrección y, por tanto, no había justificación para invocar la sección tercera”, dice el recurso. El escrito sostiene que, en todo caso, incluso si se consideraran aquellos actos una insurrección, el entonces presidente no habría participado en ella: “El presidente Trump nunca dijo a sus seguidores que entraran en el Capitolio, ni en su discurso en la Elipse [desde donde partieron los asaltantes tras el mitin] ni en ninguna de sus declaraciones o comunicaciones antes o durante los actos en el Capitolio”, señalan, pese a la retórica incendiaria de Trump de aquel día. El texto de la norma Además, los abogados se detienen en el análisis del texto legal para concluir que no es aplicable al caso actual. La sección tercera de la 14ª enmienda señala: “No podrá ser senador o representante en el Congreso, ni elector para elegir presidente y vicepresidente, ni desempeñará cargo civil o militar alguno bajo la autoridad de Estados Unidos o de cualquier Estado, quien, habiendo jurado previamente apoyar la Constitución de Estados Unidos como miembro del Congreso, como funcionario de Estados Unidos o como miembro de la Asamblea Legislativa de cualquier Estado o como funcionario ejecutivo o judicial del mismo haya tomado parte en alguna insurrección o rebelión contra Estados Unidos o haya prestado ayuda o facilidades a los enemigos del país”. Añade que ese veto podrá ser levantado por el Congreso

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El Supremo de EE UU da una victoria a Trump y no decidirá de urgencia sobre su inmunidad

El País .- El fiscal especial, Jack Smith, había pedido una decisión rápida para mantener el calendario del juicio en Washington por el intento de expresidente alterar el resultado de las presidenciales de 2020. El fiscal especial Jack Smith había rogado a los jueces del Tribunal Supremo que se dieran prisa en decidir sobre si Donald Trump goza de inmunidad por sus intentos de subvertir el resultado electoral de las presidenciales de 2020 y por su participación en los hechos que llevaron al asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, cuando aún era presidente. Este viernes, el alto tribunal se ha negado a hacerlo, tal y como querían (y pidieron) esta semana los abogados de Trump. Cabe interpretar esa decisión como una victoria para la defensa del magnate. En un movimiento poco habitual, Smith aspiraba a que el proceso se saltara el paso del tribunal de apelaciones y fuera directamente al Supremo para poder cumplir así el plazo que se habían dado para el juicio que se sigue contra Trump en Washington por su papel después de perder ante las urnas de un modo legítimo ante Joe Biden. Tras las noticias de este viernes, es muy poco probable que se vaya a celebrar el 4 de marzo, como estaba previsto. Lo que es casi seguro es que el caso terminará en el Supremo de todas manera, aunque no inmediatamente, sino dentro de semanas o meses. El escrito de 81 páginas con el que el fiscal especial Smith pretendía pisar el acelerador decía: “Este caso presenta una cuestión fundamental en el corazón de nuestra democracia: si un expresidente tiene absoluta inmunidad contra un procesamiento federal por delitos cometidos mientras estaba en el cargo o si [por el contrario] está constitucionalmente protegido. (…) Estados Unidos [a quien Smith representa] reconoce que se trata de una solicitud extraordinaria. Pero este es un caso extraordinario”. Smith tiraba de memoria histórica en ese texto, al recordar que a otro presidente en apuros, Richard Nixon, sí se le apremió para que entregara las cintas con las escuchas ilegales en la Casa Blanca que provocaron su dimisión en 1974 por el caso Watergate. Trump había defendido sin éxito esa “inmunidad absoluta” ante la jueza federal que instruye su caso en Washington, Tanya S. Chutkan, que se negó tajantemente al archivo del caso. “El texto, la estructura y la historia de la Constitución no apoyan ese argumento. Ningún tribunal, ni ningún otro poder del Estado, lo ha aceptado nunca. Y este tribunal no lo hará. Cualesquiera que sean las inmunidades de que pueda disfrutar un presidente en ejercicio, Estados Unidos solo tiene un jefe del Ejecutivo a la vez, y ese cargo no confiere un salvoconducto de por vida para evitar la cárcel”, indicó Chutkan en su resolución. “Interés partidista” Cuando los abogados del expresidente se dirigieron al Supremo para convencer a sus nueve magistrados, seis conservadores y tres progresistas, tres de los cuales fueron nombrados en tiempos del magnate republicano en la Casa Blanca, acusaron a Smith de confundir el interés público con el “interés partidista de asegurar que Trump será sometido a un juicio penal de un mes de duración en plena campaña presidencial en la que es el principal candidato y el único opositor serio [a Biden]”. La fecha del 4 de marzo era especialmente simbólica en un año que todo indica que Trump pasará del mitin al juzgado. Al día siguiente, se celebra el supermartes, el día clave de las primarias en las que se eligen una mayor cantidad de delegados para la designación del candidato presidencial en la convención republicana. El magnate lidera con holgura todas las encuestas, frente a sus dos principales rivales: Nikki Haley y Ron DeSantis. Hay otro juicio previsto para marzo, que en realidad es el de su primera imputación, por las falsedades mercantiles en los pagos para ocultar escándalos que temía que arruinasen su campaña de las presidenciales de 2016. Entre ellos, a la actriz porno Stormy Daniels, para silenciar una supuesta aventura extramatrimonial que él niega. Este está programado ante un tribunal del Estado de Nueva York, durante cinco semanas a partir del 25 de marzo de 2024. Luego llegaría el caso por los papeles de Mar-a-Lago, en el que está acusado por delitos contra la ley de espionaje y obstrucción a la justicia por retener en su poder de manera ilícita material clasificado tras su marcha de la Casa Blanca. La jueza del Distrito Sur de Florida ha previsto sentarlo en el banquillo durante cinco semanas desde el 20 de mayo de 2024, aunque también es probable que se retrase. Por último, está pendiente de fecha el juicio en Atlanta (Georgia) Georgia por su intento de puchero electoral en ese Estado, que le valió a Biden gran parte de su presidencia. Más o menos una hora después de conocerse la decisión del alto tribunal de este viernes, la campaña de Trump actuó fiel a sí misma: aprovechando la ocasión para pedir dinero. En un correo electrónico titulado (en mayúsculas) LA VICTORIA DEL SUPREMO, se podía leer: “La Corte Suprema acaba de NEGAR la solicitud de emergencia del fiscal Biden de ROBARME mi derecho a la inmunidad presidencial. Pero la batalla NO ha terminado… Todavía tendré que luchar por mis derechos en el Tribunal de Apelaciones, ya que el fiscal especial de Biden hará todo lo que esté a su alcance para acelerar mi juicio falso y CONDENARme erróneamente antes de las elecciones de 2024. En este momento crucial, pido humildemente tu apoyo, Patriota”.

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Texas promulga una ley que permite a las autoridades locales deportar personas a México

El País .- La norma entrará en vigor en marzo de 2024 y es considerada una de las más duras contra la inmigración en Estados Unidos Sus críticos la han calificado como la más dura ley anti inmigrantes de Estados Unidos en los últimos 20 años. Desde este lunes es una realidad en Texas, el segundo Estado más poblado y compuesto por un 40% de hispanos. El gobernador Greg Abbott ha firmado esta tarde en Brownsville y promulgado tres normas que endurecen el trato a los inmigrantes y permiten a las autoridades locales preguntar por papeles en cualquier parte de la entidad. De no tenerlos, la persona puede ser detenida y se expone a ser deportada a México. Sea o no nacional de este país. La ley, conocida como la SB4, entrará en vigor en marzo del próximo año. “La deliberada falta de acción del Gobierno de Joe Biden ha hecho que Texas deba defenderse a sí mismo. Los autores de nuestra Constitución previeron una situación donde el Gobierno federal dejaba desatendido a los Estados si estos enfrentaban retos en sus fronteras”, ha asegurado Abbott frente al muro fronterizo entre México y Estados Unidos. El gobernador afirma que el estado actual de la frontera representa “un riesgo a la seguridad nacional” de Estados Unidos. Ha citado, como ejemplo, que el año pasado intentaron entrar por aquí, de manera ilegal, 24.000 ciudadanos de China. Según Abbott, la SB4 ayudará a frenar “la oleada” de inmigrantes irregulares que han llegado a Texas. Esta ley, aprobada en noviembre por la mayoría republicana del Congreso local, forma parte de un paquete de iniciativas destinadas a cortar el flujo que ha dejado cifras récord en la frontera este año. La ley convierte los cruces ilegales en un delito que puede ser penado por las autoridades estatales. Esto permite a policías y jueces locales dar luz verde a las deportaciones, algo que la legislación estadounidense solo contempla para autoridades federales. “Para los inmigrantes reincidentes crea una ofensa que puede castigar una nueva entrada ilegal con una potencial sentencia de prisión de hasta 20 años”, añadió el gobernador. El mandatario ha señalado que la ley crea un mecanismo que permite deportar a los inmigrantes al país desde donde hicieron el cruce irregular. Abbott no mencionó en su discurso a México, pero es este país con quien el estado comparte miles de kilómetros de frontera común. El Gobierno mexicano ha rechazado esta ley. La cancillería mexicana lanzó un mensaje en noviembre en el que advertía que la criminalización de los inmigrantes “resultará en la separación de familias, discriminación y perfilamiento racial”. México repudia también que la medida permita a autoridades estatales detener y retornar a nacionales o a extranjeros a territorio mexicano, indica el comunicado fechado en noviembre. Texas tiene 10 millones de habitantes de origen mexicano. Organizaciones de derechos humanos han amenazado con demandar al Gobierno de Texas para frenar la ley. “La ley 4 del Senado sustituye a la legislación federal, promueve el perfilamiento racial y el acoso y autoriza inconstitucionalmente a las autoridades locales a deportar a personas sin debido proceso, sin importar si los inmigrantes buscan asilo u otras protecciones humanitarias”, ha señalado Oni Blair, la directora de ACLU en Texas. Abbott ha promulgado las leyes dos días después de que Donald Trump prometiera en un mitin la mayor deportación de inmigrantes si vuelve a la Casa Blanca en 2025. El expresidente también aseguró en New Hampshire que los indocumentados “envenenan la sangre de Estados Unidos”. El mes pasado, el gobernador acompañó a Trump en una visita a la frontera. “Necesitamos que vuelva a la presidencia de Estados Unidos”, afirmó el gobernador. Este ha respaldado al candidato republicano en su camino a la Casa Blanca en 2024 porque podrá “devolver la ley y el orden a la frontera”. Trump, en cambio, aplaudió los métodos que Abbott ha utilizado en su Estado para frenar el flujo migratorio. Entre estas tácticas está el enviar autobuses de inmigrantes a ciudades demócratas o instalar boyas y alambre de púas en el río Bravo. Para ser aprobada, la SB4 provocó días de tensión en la Cámara de Representantes local. El sí definitivo llegó un jueves de finales de octubre a las cuatro de la madrugada. La mayoría republicana se impuso a los intentos de los políticos demócratas de descarrilar la propuesta del congresista David Spiller, que permite detener a cualquiera bajo sospecha de haber ingresado ilegalmente a Texas. El gobernador también ha firmado una ley para inyectar 1.500 millones de dólares a las autoridades locales para reforzar la vigilancia en la frontera. El gobernador continuará la construcción del muro migratorio e instalará otras barreras que puedan cortar el flujo de las personas que llegan. Sus medidas han sido consideradas inhumanas y han provocado muertes en un año donde han repuntado los fallecimientos de inmigrantes. Sus iniciativas también han provocado varias demandas en los tribunales. A principios de este mes, un juez federal ordenó a Texas mover las boyas que Abbott mandó a instalar en el río Bravo. Este muro flotante que también ha provocado disputas diplomáticas con México. La tercera ley endurece las penas para los traficantes de personas. Abbott aseguró que en 2017 se detuvo a unas 317 personas acusadas de tráfico de personas. Este año se han hecho más de 3.000, un incremento de más del 2.000%. La norma que signó eleva las penas a 10 años para la trata de personas y crea una de cinco años de cárcel para cualquiera que opere o ayude a la operación de una casa de seguridad en el Estado. Este tipo de residencias son utilizadas por los cárteles y las bandas dedicadas a cruzar personas por las fronteras como centros de distribución de los migrantes. Estos esperan en estas casas ilegales a que las familias de quienes emprendieron el viaje cubran sus adeudos. Después de esto, son liberados.

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DeSantis y Ramaswamy se lanzan contra Haley en el cuarto debate de las primarias republicanas

El País .– Los dos candidatos tratan de frenar el ascenso en las encuestas de la exembajadora en la ONU Nikki Haley se ha convertido este miércoles en el centro de atención del cuarto debate de los candidatos republicanos a las primarias para las elecciones presidenciales de 2024. El ascenso en las encuestas de la exembajadora estadounidense en la ONU la ha convertido en el objetivo de Ron DeSantis y Vivek Ramaswamy, que compiten con ella. Ambos se han lanzado a atacarla desde su intervención inicial, sin tiempo siquiera para entrar en calor. Haley ha bromeado: “Me encanta toda la atención, amigos. Gracias. y el cuarto candidato del debate, Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey, ha puesto el dedo en la llaga: “Estos tres están actuando como si la carrera fuera entre nosotros cuatro”, ha dicho, señalando que en realidad “el quinto tipo”, en referencia a Donald Trump, ausente una vez más, les lleva una ventaja enorme a todo el resto. No está claro si esos ataques hacen mella a Haley o la refuerzan como la alternativa a Trump. La mayor parte del tiempo ha estado tranquila y calmada, pero también apagada, y por momentos se la veía incómoda, sin tiempo de responder a todas las críticas. El emprendedor Ramaswamy, faltón y maleducado en ocasiones, se ha llevado unos cuantos abucheos del público con sus ataques personales a la candidata. DeSantis, gobernador de Florida, ha tenido más cuidado, pero también ha sido contundente. Ambos han presentado a la exgobernadora de Carolina del Sur, la única mujer candidata, como entregada a los intereses corporativos y no suficientemente conservadora. El cuarto debate se celebra en Tuscaloosa (Alabama) y por el momento no hay señalado un quinto debate. La carrera de las primarias empieza el 15 de enero con los caucus de Iowa. DeSantis no perdía ocasión de atacar a Haley a cuenta de casi cualquier asunto a debatir, lo cual llamaba especialmente la atención porque esa no había sido su estrategia en los anteriores debates. El gobernador de Florida ha ido cayendo sin parar en las encuestas y Haley le pisa los talones. La ha atacado en temas como las redes sociales, los transexuales y la inmigración, mostrándose con frecuencia algo tenso, gesticulante, como si fuera un ataque a la desesperada, pero por momentos puede haber resultado eficaz. DeSantis y Ramaswamy han criticado los contactos de Haley con firmas de inversión como BlackRock, que defiende principios de sostenibilidad. También la han atacado por haber formado parte del consejo de Boeing, del que dimitió tras oponerse a un rescate público. “En cuanto a los donantes que me apoyan, simplemente están celosos. Desearían que les apoyasen a ellos”, ha contestado. Ramaswamy ha dicho que Haley estaba “en bancarrota” cuando dejó de ser embajadora ante las Naciones Unidas y luego pasó a formar parte del consejo del gigante aeroespacial Boeing. “No estábamos en bancarrota cuando dejé la ONU: somos gente de servicio público. Mi marido es militar, y yo serví a nuestro país como embajadora de la ONU”, ha contestado primero. Y también ha defendido sus 10 meses en el consejo de Boeing, señalando que lo abandonó durante una disputa sobre los fondos de rescate por la covid. “Me encanta Boeing. Me opuse a los rescates de Wall Street cuando muchos republicanos los apoyaron. Yo les digo a los donantes lo que creo. Ellos no me lo dicen a mí”, ha indicado también. Ramaswamy la ha atacado por el hecho de que el destacado donante demócrata Reid Hoffman había dado 250.000 dólares a un comité de acción política que la apoya. Hoffman “es efectivamente George Soros Jr”, ha dicho. Y ha habido un momento algo infantil en Ramaswamy que se ha llevado abundantes abucheos: ha sacado un cartel escrito a mano que ponía “Nikki=Corrupta”. La moderadora le ha dicho a Haley: “¿Desea contestar?” Y ella ha noqueado a su rival: “No, no merece la pena gastar el tiempo en responderle”. Haley ya tuvo un momento destacado en el tercer debate cuando le dijo: “No eres más que escoria”. Los ataques han sido tan evidentes que Christie ha salido en algún momento en defensa de Haley, especialmente frente a Ramaswamy. “Este es el cuarto debate en el que usted sería votado en los primeros 20 minutos como el fanfarrón más odioso de Estados Unidos. Así que cállese un rato”, le ha dicho. Christie ha afeado a su rival que cuestionase la inteligencia de Haley. En su opinión, Ramaswamy “tiene un problema con las mujeres”, una forma de decir que es un machista. Christie es el único que ha atacado abiertamente a Trump. “A menudo es muy difícil ser la única persona en el escenario que dice la verdad”, ha dicho. Se ha referido a Trump como un “dictador” y un “matón” y, ante el silencio de sus compañeros de debate, también ha hablado de él como “Voldemort”, el personaje de la saga de Harry Potter que no debía ser nombrado. Y ha dicho que quizá sus rivales evitaban criticar a Trump porque tenían “aspiraciones futuras”. “Quizá esas aspiraciones futuras sean ahora o quizá sean dentro de cuatro años. Pero lo cierto es que hay que decir la verdad”, ha continuado. “[Trump] no es apto. Es un tipo que acaba de decir la semana pasada que quiere usar el Departamento de Justicia para perseguir a sus enemigos cuando llegue allí. Tal vez el hecho es que no es apto para ser presidente. Y no hay mayor problema en esta carrera que Donald Trump”, ha añadido. El exgobernador de Nueva Jersey se ha enzarzado con DeSantis porque este no se mojaba sobre si Trump es apto para el cargo. Se limitaba a decir que habría que elegir a alguien que no sea tan mayor y que tenga la posibilidad de cumplir dos mandatos. “Si tienes miedo de ofender a Donald Trump, ¿qué vas a hacer cuando te sientes frente al presidente Xi y frente al ayatolá y frente a Putin? Tienes que estar dispuesto a ofender con la verdad y responder a la pregunta:

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Biden dice que quizá no se habría presentado a la reelección de no ser por el peligro de Trump

El País .- “No podemos dejarle ganar”, afirma el presidente en un acto de recaudación de fondos en el que acusa al expresidente de usar el lenguaje de los nazis Joe Biden vuelve a plantearse como su misión en la vida cerrar el paso a Donald Trump. Impedir un segundo mandato del republicano, al que considera un peligro para la democracia, ya fue la motivación clave para entrar en la carrera hacia la Casa Blanca hace cuatro años. Biden venció a Trump, pero todo apunta a que la batalla se repetirá y la motivación, también. “Tenemos que conseguirlo, no por mí. Si Trump no se presentara, no estoy seguro de si yo me presentaría. Pero no podemos dejarle ganar por el bien del país”, ha dicho este martes en un acto de recaudación de fondos en Weston (Massachusetts), en la casa de Alan Solomont, un donante demócrata que fue embajador en España y preside la Cámara de Comercio Estados Unidos-España. En la campaña de las elecciones presidenciales de 2020, Biden se definió a sí mismo como “un candidato de transición”. Biden acaba de cumplir 81 años y acabaría un hipotético segundo mandato con 86. Por su edad, se dio una importancia mayor de la habitual a su elección para la vicepresidencia, que tras una larga espera recayó en Kamala Harris. Se especulaba con que quien ocupase ese cargo optaría a la presidencia en 2024, una vez hubiera desaparecido Trump de la escena política y la polarización política se hubiera atenuado. El expresidente, sin embargo, no solo se ha instalado en el bulo de que le robaron las elecciones, sino que ha convencido de ello a la gran mayoría de los votantes republicanos. Es el favorito en las primarias republicanas y encabeza también las encuestas para las presidenciales. Mientras, la figura de Kamala Harris no ha cuajado y Biden cree que quien tiene más posibilidades de derrotar a Trump es él mismo de nuevo. “Puede que no sea el único, pero le conozco bien. Y sé el peligro que representa para nuestra democracia. Y ya hemos pasado por esto antes”, dijo en abril en una rueda de prensa en la Casa Blanca. Desde el principio de la campaña por la reelección ha reiterado el mensaje, pero nunca hasta este martes había sugerido expresamente que quizá no se habría presentado para un segundo mandato de no ser por Trump. “Siempre vamos a defender, proteger y luchar por la democracia”, ha dicho este martes. “Por eso me presento”. Biden ha matizado luego que a estas alturas ya no retiraría su candidatura aunque lo hiciese su rival. “No creo que nadie dude de que la democracia corre más peligro en 2024 que en 2020. Y lo digo en serio. Porque esta vez nos enfrentamos a un negacionista electoral en jefe”, ha dicho Biden en casa de Solomont. “Seamos claros sobre lo que está en juego en 2024: Donald Trump y sus republicanos MAGA están decididos a destruir la democracia estadounidense. Y eso, de nuevo, no es una hipérbole. Es un hecho. El expresidente no tiene pelos en la lengua. No hace falta fiarse de mi palabra. Solo escuchen lo que dice”, ha continuado. “A sus partidarios, les dice: ‘2024 es la batalla final’. Continúa diciendo: ‘Yo soy la venganza’. Y habla de que somos parte de ‘una nación en decadencia’. ‘O ganan ellos o ganamos nosotros. Si ellos ganan, ya no tendremos un país’. ¿Cuándo se ha oído a un presidente de Estados Unidos decir alguna de esas cosas?“, ha añadido ante unas 50 personas allí congregadas. “Trump ya ni siquiera esconde la pelota”, ha dicho también Biden en otro acto, también en la zona de Boston. “Nos está diciendo lo que va a hacer. No tiene pelos en la lengua”, ha añadido, refiriéndose a su rival como el “expresidente derrotado”. Trump ha prometido abiertamente perseguir a sus rivales políticos si vuelve a la Casa Blanca, como venganza por sus propias imputaciones. “Sí. Si hacen esto, y ya lo han hecho, pero si siguen adelante con esto, sí, ciertamente podría suceder al revés”, dijo en una entrevista a Univisión en noviembre. “Lo que han hecho es soltar al genio de la botella”, continuó. “Han hecho algo que permite al próximo partido… si por casualidad soy presidente y veo a alguien que lo está haciendo bien y me está ganando, digo: ‘Ve y acúsalo”, añadió. El lenguaje nazi El expresidente ha abrazado una retórica cada vez más violenta y autoritaria. Se ha referido a sus rivales políticos como “alimañas” que hay que “erradicar” y también afirma que los inmigrantes indocumentados están “envenenando la sangre del país”, expresiones con ecos de la Alemania nazi o la Italia fascista, como han puesto de manifiesto los historiadores. Trump también ha atacado a jueces y fiscales, ha sugerido que el que fue su jefe de Estado mayor Mark Miley debe ser ejecutado y se ha mostrado partidario de disparar a quienes roben en las tiendas. En el discurso en casa de Solomont, a puerta cerrada, pero del que la Casa Blanca ha facilitado una transcripción, Biden ha acusado a su antecesor de usar el lenguaje de los nazis. “Ahora sus partidarios están diciendo que debería invocar la Ley de Insurrección para utilizar el ejército (…) a nivel nacional frente a los opositores políticos y en las ciudades estadounidenses. Si es reelegido, dijo que iba a perseguir a todos los que se le opongan, erradicar lo que llamó las “alimañas” en América. No es una palabra usada a menudo, excepto en la Alemania nazi, una frase específica con un significado específico. Y es un eco del lenguaje que se escuchaba en Alemania en los años 30″, ha dicho Biden. Trump contraataca Sabedor de que los ataques sobre el peligro que representa para la democracia le hacen daño, Trump intentó el pasado fin de semana darle la vuelta a la tortilla: “Biden no es el defensor de la democracia estadounidense. Biden es el destructor de la democracia”, dijo en un acto en Cedar Rapids (Iowa). “Ha instrumentalizado el Gobierno contra sus oponentes

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Los intentos de parar la candidatura de Trump naufragan en los juzgados

El País .- Magistrados de Minnesota, Míchigan y Colorado rechazan sendas demandas que recurrían a una cláusula de la Constitución que prohíbe a un insurrecto presentarse a la presidencia Tres jueces de tres Estados, Minnesota, Míchigan y Colorado, han echado por tierra las aspiraciones de quienes pretenden impedir que Donald Trump se presente el año que viene a las elecciones presidenciales basándose en su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y a partir de una previsión incluida en la decimocuarta enmienda de la Constitución estadounidense. La última en hacerlo fue este viernes por la noche la jueza Sarah Wallace, que se negó a eliminar el nombre del expresidente de las papeletas de las primarias republicanas en Colorado, a dos meses de que estas den comienzo en Iowa. La Constitución no prohíbe a un investigado por un delito federal ser presidente; tampoco aspirar a ello, aunque, como es el caso, se enfrente a 94 cargos en cuatro causas distintas, por su presunta implicación en el ataque al Capitolio, por delitos electorales y por su manejo de papeles clasificados. Ni siquiera existe esa salvedad en el texto fundamental si este acaba en la cárcel. Pero la decimocuarta enmienda sí aporta una excepción en su sección tercera, conocida como la “cláusula de descalificación”, que dice: “Ninguna persona podrá ser […] presidente […] si, habiendo prestado previamente juramento de apoyo a la Constitución de Estados Unidos, ha participado en una insurrección o rebelión contra la misma, o dado ayuda o consuelo a sus enemigos”. El texto también advierte que el Congreso puede levantar ese veto si reúne una mayoría de dos tercios. Aprobada en 1868, la enmienda sirvió para otorgar la ciudadanía a toda persona “nacida o naturalizada en Estados Unidos”, también las que habían sido esclavizadas, y garantizar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. La sección tercera estaba pensada para evitar la reincidencia de los sublevados de la Confederación, vencidos en la Guerra Civil (1861-1865). Se ha aplicado en muy contadas ocasiones, solo dos desde 1919. La jueza de Colorado justificó su decisión alegando que, según su interpretación, la decimocuarta enmienda no puede aplicarse a los presidentes. Su decisión sí concluye que “Trump participó en una insurrección el 6 de enero de 2021, que él mismo incitó”. Tampoco escatima en su reprimenda, al decir que sabía que “[Su] retórica incendiaria [de aquel día], viniendo de un orador que habitualmente abrazaba la violencia política y que había inflamado la ira de sus partidarios antes de la certificación [del triunfo legítimo de Biden], probablemente incitaría a la anarquía y el desorden inminentes”. La cláusula tercera habla de senadores y congresistas, pero no alude específicamente al cargo de presidente, opina Wallace. “Tras considerar los argumentos de ambas partes, este tribunal está convencido de que, por lo que sea, los redactores de ese texto no quisieron incluir a quien hubiera prestado juramento presidencial”, escribe en su argumentación. El del viernes fue el tercer jarro de agua fría en algo más de una semana para los defensores de una teoría legal defendida en un artículo científico de 126 páginas para la revista jurídica de la Universidad de Pensilvania. Titulado La extensión y la fuerza de la sección tercera, lo firman William Baude y Michael Stokes Paulsen, dos reputados académicos conservadores, que argumentan que la cláusula de descalificación está lejos de ser un anacronismo decimonónico y que no caben dudas de que los actos de Trump encajan en su descripción. El Supremo de Minnesota justificó que Trump pudiera aspirar a las primarias diciendo que es a los partidos políticos a quienes corresponde en exclusiva la decisión tienen la decisión de quién figura en sus papeletas. A los pocos días, un juez de Michigan se desentendió de la responsabilidad de decidir sobre el asunto, que considera que corresponde al Congreso. Posibilidad de recurso Los demandantes de Colorado podrán recurrir la decisión al Tribunal Supremo estatal, así como llevar el caso hasta el de Washington, que cuenta con una supermayoría conservadora de seis contra tres. Tres de sus miembros son nombramientos de los años de Trump en la Casa Blanca (2017-2021). La demanda la había presentado una organización de Washington llamada Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética (CREW son sus siglas en inglés), con experiencia en enfrentarse judicialmente a Trump. En una entrevista con EL PAÍS en septiembre pasado, Donald Sherman, su vicepresidente, declaró: “Hay evidencias abrumadoras de que la cláusula puede activarse en este caso. El concepto es sencillo de entender, aunque la litigación no lo vaya a ser”. CREW logró que se aplicara el año pasado la cláusula para impedir en Nuevo México el desempeño de un cargo público a Cuoy Griffin, fundador del grupo Cowboys for Trump. “Aplaudimos el fallo de hoy en Colorado, que es otro clavo en el ataúd de las impugnaciones electorales antiestadounidenses”, expresó este viernes un portavoz de Trump, Steven Cheung, en un comunicado. “El votante tiene el derecho constitucional de votar por el candidato de su elección”. El expresidente encabeza con un notable margen todas las encuestas de intención de voto para ser designado candidato por el Partido Republicano en la cita con las urnas de noviembre de 2024.

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Biden insiste en el riesgo que supone Trump para la democracia de EE UU

El País .- Estados Unidos vive una campaña electoral casi permanente. Con elecciones cada dos años (entre las presidenciales y las de mitad de mandato) y un largo proceso de primarias, la carrera por la Casa Blanca que culminará en la votación del 5 de noviembre de 2024 ya está lanzada. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que opta a la reelección, y su probable rival, Donald Trump, han entrado ya en el cuerpo a cuerpo ante la reedición de su duelo. Ambos han estado esta semana en Michigan, uno de los estados decisivos, compitiendo por el voto de los trabajadores industriales. Y este jueves, Biden ha acusado a Trump y a sus seguidores de ser un peligro para la democracia y la Constitución. “Algo peligroso está ocurriendo en Estados Unidos. Hay un movimiento extremista que no comparte las creencias básicas de nuestra democracia. El movimiento MAGA”, ha dicho Biden, en referencia a las siglas del Make America Great Again [Hacer Estados Unidos grande otra vez], el lema de Trump. “Las democracias pueden morir cuando la gente está en silencio”, ha advertido. “No todos los republicanos —ni siquiera la mayoría de los republicanos— se adhieren a la ideología extremista MAGA. Lo sé porque he podido trabajar con republicanos durante toda mi carrera. Pero no hay duda de que el Partido Republicano de hoy está impulsado e intimidado por los extremistas MAGA. Su agenda extremista, de llevarse a cabo, alteraría fundamentalmente las instituciones de la democracia estadounidense tal y como la conocemos”, ha insistido en un acto en Tempe (Arizona), en el que ha sido interrumpido en algún momento por uno de los asistentes. El presidente se ha presentado como un dique para defender “una democracia que está en riesgo”: “He hecho de la defensa, la protección y la preservación de la democracia americana la causa central de mi presidencia”, ha asegurado, con una enorme bandera de Estados Unidos detrás, flanqueada por otras dos más pequeñas. El mensaje no es nuevo. Biden lo planteó al tomar posesión y ha dado tres discursos el último año con argumentos similares. Esta vez, sin embargo, ha querido reiterar su advertencia en un acto de homenaje a su amigo el fallecido senador republicano John McCain, que se enfrentó a Trump, y que ejemplifica una forma de hacer política diametralmente opuesta a la del expresidente. Junto con anécdotas personales de su relación con McCain, Biden ha decidido poner el acento en el peligro para las instituciones del extremismo trumpista. Lo ha hecho, además, el mismo día en que en la Cámara de Representantes se celebraba la primera sesión de la investigación formal para un posible impeachment a Biden, un caso traído por los pelos por el presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, para contentar al ala dura del Partido Republicano. “Desde Gettysburg a mi discurso inaugural, al aniversario de la insurrección del 6 de enero, a [los discursos del] Independence Hall en Filadelfia y Union Station en Washington, he hablado del peligro del negacionismo electoral y de la violencia política y de la batalla por el alma de América”, recuerda Biden. “He venido a honrar al Instituto y la Biblioteca McCain porque son el hogar de un orgulloso republicano que puso al país en primer lugar. Nuestro compromiso no debería ser menor, porque la democracia debería unir a todos los estadounidenses, independientemente de su afiliación política”, ha señalado el presidente. “Como siempre he dejado claro, la democracia no es una cuestión partidista. Es una cuestión estadounidense”, ha añadido. Cerrar heridas “Ahora, hoy, en Phoenix, Arizona, en un instituto dedicado a la defensa de la democracia que lleva el nombre de un verdadero patriota, estoy aquí para hablar de otra amenaza a nuestra democracia que con demasiada frecuencia ignoramos: la amenaza a nuestras instituciones, a nuestra propia Constitución y al carácter mismo de nuestra nación”, había preparado antes el terreno. A diferencia de otras ocasiones, Biden ha citado abiertamente a Trump y a su “noción peligrosa de que el presidente está por encima de la ley, sin límites de poder”. “Trump dice que la Constitución le dio, cito, el derecho a hacer lo que quiera como presidente, fin de la cita. Nunca he oído a un presidente decir eso en broma. No se guía por la Constitución ni por el servicio común y la decencia hacia nuestros conciudadanos estadounidenses, sino por la venganza y la revancha”, ha dicho y ha descrito la actuación de Trump como la de una especie de dictador que pretende “tomar el poder, concentrar el poder, intentar abusar del poder, purgar y maniatar instituciones clave, vomitar teorías conspirativas, difundir mentiras con fines de lucro y poder para dividir a Estados Unidos en todos los sentidos, incitar a la violencia contra aquellos que arriesgan sus vidas para mantener a los estadounidenses a salvo, armarse contra el alma misma de lo que somos como estadounidenses”. Biden llegó a la Casa Blanca con el propósito de cicatrizar heridas y unir al país tras un periodo convulso marcado por la divisiva figura de Trump, pero la polarización no solo no ha cedido, sino que ha aumentado. Trump ha utilizado su imputación por 91 delitos en cuatro causas diferentes para presentarse como víctima de una persecución política y arremeter contra el Departamento de Justicia, el FBI, los jueces y los fiscales. En su partido muy pocos se han atrevido a llevarle la contraria y a alzar su voz contra él. Biden ha recordado este jueves las amenazas de venganza de Trump y los suyos si ganan las elecciones. Con su homenaje a McCain, Biden quiere poner de manifiesto que es posible cerrar las heridas. Trump no podría protagonizar un acto como similar con un demócrata de alto perfil. En ese clima de enfrentamiento, Trump acusa en sus discursos a Biden de ser una marioneta manejada por la “izquierda radical” y los “extremistas medioambientales”. El expresidente promueve en la distancia el impeachment de Biden y el cierre parcial del Gobierno por falta de financiación. Oposición a Trump Tras las elecciones legislativas y locales de noviembre de 2022, muchos vieron en el protagonismo de Trump durante la campaña —y

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Miami se blinda ante la posible reacción violenta a la comparecencia de Trump por los papeles de Mar-a-Lago

El País .- Las autoridades de la ciudad afirman se preparan para gestionar la presencia de hasta 50.000 simpatizantes del expresidente.   Donald Trump abordó este lunes al final de la mañana su avión privado en el aeropuerto de Newark (Nueva Jersey) rumbo al de Miami. Desde allí, se trasladó a su hotel con campo de golf en Doral, ciudad del condado de Miami Dade, para pasar la noche antes de su cita con la historia. Este martes lo espera un juez federal de la ciudad, John Goodman, para leerle los 37 cargos de los que se le acusa por llevarse de la Casa Blanca sin permiso en enero de 2021 un centenar de cajas con unos 13.000 documentos, 300 de ellos clasificados, a su residencia en Mar-a-Lago, en Palm Beach.   Se enfrenta a siete delitos federales que acarrean penas de hasta 400 años. Está previsto que se declare inocente de retener intencionadamente información sensible para la defensa nacional, de guardarse y ocultar papeles a los investigadores federales y de falsedad, así como de conspiración para obstruir a la justicia con uno de sus empleados, Walt Nauta.   El lunes por la noche aún no estaba claro si le tomarán las huellas o la típica fotografía que, de frente y de perfil, le hacen normalmente a los acusados en Estados Unidos. En abril, cuando se presentó ante un juez de Manhattan imputado por un supuesto pago para enterrar una relación extramatrimonial con la actriz porno Stormy Daniels, le ahorraron ambos tragos. Tras su comparecencia, tiene previsto regresar a Nueva Jersey, donde ha pasado los últimos días en otra de sus suntuosas residencias con campo de golf. A las 20.15 convertirá un acto privado que tenía programado con donantes en una comparecencia ante la prensa para reaccionar a las últimas noticias judiciales. El miércoles cumplirá 77 años. Cola este lunes por la tarde para entrar el martes a primera hora en el juzgado de Miami donde está prevista la comparecencia de Donald Trump.JOE RAEDLE (GETTY IMAGES VIA AFP) “Estamos preparados para la que se nos viene encima”, dijo este lunes en una comisaría de downtown el alcalde de Miami Dade, el republicano Francis Suárez, que coquetea con la idea de presentar, tal vez tan pronto como esta semana, su candidatura a la presidencia. En esa carrera se vería las caras con Trump, que ha anunciado que la nueva imputación no cambiará sus planes rumbo a la Casa Blanca. La ley estadounidense le permite hacerlo. También podría ser presidente aunque lo condenen.   El factor lluvia Suárez, carismático político del sur de Florida, fue bastante impreciso en lo que aguardan las autoridades de la ciudad: “Hemos visto cosas en las redes sociales”, dijo, “y calculamos que puede haber desde 1.200 manifestantes [pro Trump] hasta 50.000. Hay muchos factores que pueden influir, como, por ejemplo, si llueve o no”, añadió en referencia a la caprichosa meteorología local, que está amenizado la vida en la ciudad cada tarde desde hace una semana con una fenomenal tormenta. “Sea lo que sea, sabremos manejarlo, como demostramos durante las manifestaciones que siguieron a lo de George Floyd [afroamericano muerto en 2020 por asfixia bajo el peso de la rodilla de un policía blanco en Minneapolis]”.   Una portavoz de la policía explicó después a EL PAÍS que hay un perímetro en torno al palacio de justicia es terreno federal, así que la jurisdicción no le corresponde a las autoridades locales, “sino a los US Marshalls o al Servicio Secreto”. También aclaró que todos los cuerpos de seguridad implicados habían estado “motorizando redes sociales” y “sondeando a sus fuentes” para anticiparse a las posibles concentraciones que se estén preparando en apoyo a Trump.   En las inmediaciones del tribunal donde se espera la comparecencia del expresidente para las tres de la tarde, no había aún el lunes después de comer una presencia significativa de simpatizantes, tampoco de detractores, de Trump. Había, eso sí, un par de centenares de periodistas en una mezcla de gran carnaval mediático y radiografía de los equilibrios de poder del ecosistema de medios de Estados Unidos: los más poderosos, cadenas de televisión en la parte más alta de la cadena trófica, llevan instalando carpas para resguardarse del sol desde hace días. Algunas de ellas, tantos días como desde el jueves, cuando el magnate anunció que lo habían imputado.   El ambiente dentro del palacio de justicia era tranquilo, como el de la calma antes de la tormenta. Esos mismos grandes medios tenían ya gente apostada para pasar la noche en una fila como si mañana fuera a celebrarse un concierto de Taylor Swift. La entrada al juzgado se permitirá a partir de las 8.30. Unos 20 elegidos pasarán a la sala donde Trump se verá las caras con el juez. Otro espacio, con capacidad para 350 personas, servirá para acomodar al resto.

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Trump, imputado por los documentos clasificados de Mar-a-Lago

El País .- El expresidente está citado el martes en un juzgado de Miami para la presentación de cargos federales, algo sin precedentes.   El expresidente de Estados Unidos Donald Trump ha sido imputado por la presunta comisión de siete delitos federales por el manejo de los documentos clasificados que se llevó ilegalmente a Mar-a-Lago, su mansión en Palm Beach, Florida, y retuvo allí pese a los requerimientos para que los entregase. El fiscal especial Jack Smith, nombrado por el Departamento de Justicia, ha decidido dar el histórico paso tras culminar su investigación y la imputación ha sido aprobada por un gran jurado en Miami (Florida). El expresidente está citado a comparecer el martes ante el tribunal.   El propio Trump lo ha anunciado en su red social. “La corrupta Administración Biden ha informado a mis abogados de que he sido acusado, aparentemente por el bulo de las cajas, a pesar de que Joe Biden tiene 1.850 cajas en la Universidad de Delaware, cajas adicionales en Chinatown, D.C., con aún más cajas en la Universidad de Pensilvania, y documentos esparcidos por todo el suelo de su garaje donde aparca su Corvette, y que está ‘asegurado’ solo por una puerta de garaje que es de papel fino, y abierta la mayor parte del tiempo”.   El Departamento de Justicia no ha hecho públicas aún las acusaciones contra Trump. Los abogados de Trump han adelantado que se trata de siete cargos, entre otros por conspiración, obstrucción a la justicia, retención dolosa de documentos de seguridad nacional, falsedades y violaciones de la ley de espionaje. La conspiración implica que alguien más ha participado junto al expresidente. Jim Trusty, abogado de Trump, lo ha indicado en una entrevista con la CNN. Trusty ha precisado que lo que tiene no es la imputación como tal, sino una especie de sumario de cargos donde se citan algunos artículos del código penal estadounidense.   Trump ya hizo historia al ser imputado por 34 cargos de falsedad derivados de tres pagos para ocultar escándalos (uno de ellos una aventura extramatrimonial con la actriz porno Stormy Daniels) en la campaña de las presidenciales de 2016. Un juez de Nueva York ha fijado para el 25 de marzo de 2024 el juicio del caso.   Ahora es la primera vez, de nuevo, en que un presidente o expresidente es objeto de cargos federales. Además, están relacionados con el ejercicio de su cargo. Además, su imputación se produce cuando es el favorito a la nominación en las primarias republicanas para las elecciones presidenciales de 2024. De ese modo, el Departamento de Justicia de la Administración Biden persigue penalmente a quien se perfila como posible rival del actual presidente en las elecciones de noviembre del año próximo.   “He sido citado para comparecer en el Tribunal Federal de Miami el martes, a las 15.00 horas. Nunca creí posible que algo así pudiera ocurrirle a un expresidente de los Estados Unidos”, ha escrito Trump en otro mensaje. “¡SOY UN HOMBRE INOCENTE!”, ha añadido. “Este es realmente un DÍA OSCURO para los Estados Unidos de América. Somos un país en serio y rápido declive, ¡pero juntos haremos que América vuelva a ser grande!”, ha publicado en el tercer mensaje de la serie, que ha culminado con la publicación de un vídeo de algo más de cuatro minutos. En paralelo, la campaña de Trump ha empezado a enviar correos electrónicos para pedir donaciones con la imputación como excusa.   Trump ya estaba preparándose en los últimos días para una posible imputación. Los fiscales habían comunicado formalmente a sus abogados que era objetivo de la investigación y él mismo reaccionó el miércoles declarando que no había hecho nada malo, que las acusaciones eran una forma de “interferencia electoral” para que no volviese a la Casa Blanca y que todo se trataba de una “caza de brujas”.   El expresidente ha recibido la comunicación de su imputación en su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey), donde ha estado en los últimos días. Según su abogado, ha recibido la noticia con incredulidad y tristeza, pero consciente de que era un momento histórico. Tendrá que desplazarse a Florida para comparecer el martes ante el juzgado donde está citado, en lo que puede ser la reedición de la lectura de cargos que ya vivió en Nueva York a principios de abril. Aquella citación atrajo a cientos de periodistas y manifestantes a favor y en contra el expresidente, aunque no hubo nada de la “muerte y destrucción” que había vaticinado.   Algunos de sus aliados han reaccionado este jueves en Twitter a la nueva imputación calificando a Estados Unidos de “república bananera”. En cuanto a los rivales en las primarias republicanas, algunos han guardado silencio, mientras que los hay que han ofrecido apoyo a Trump y se han comprometido a indultarle llegado el caso, como el empresario Vivek Ramaswamy, y quienes le atacan abiertamente, como el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson, que ha pedido que el expresidente se retire de la carrera electoral.   La imputación del expresidente es un salto cualitativo en un caso que provocó el registro de su mansión de Mar-a-Lago en Palm Beach (Florida). El contenido de la orden de registro ya desveló entonces que el expresidente estaba siendo investigado por posibles delitos que pueden conllevar multas o penas de cárcel: obstrucción a la justicia, ocultación, remoción o mutilación dolosa de documentos público y violaciones de la ley de espionaje, aparentemente por la retención dolosa de documentos de seguridad nacional.   Imagen de las diligencias judiciales en que aparecen algunos de los documentos confidenciales hallados en el registro de Mar-A-Lago, la mansión de Trump en Palm Beach (Florida).AP Los agentes del FBI que registraron la mansión de Trump encontraron miles de documentos que el expresidente retenía allí indebidamente, entre ellos un centenar con marcas de clasificación con diferentes grados de confidencialidad. El registro se producía después de que el expresidente se hubiese llevado ilegalmente los documentos de la Casa Blanca y de que hubiera desatendido los requerimientos para entregarlos.   Trump se llevó los documentos al cesar

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El Senado de Estados Unidos aprueba la ley sobre el techo de deuda y evita que el país entre en impago

El País .- El presidente Biden podrá firmar la ley este mismo viernes, solo tres días antes de que el Gobierno se quede sin dinero   Desde que Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores, acordó en 1790 pagar los bonos de la Guerra de Independencia al 100%, aunque cotizaban muy por debajo de su valor, Estados Unidos se ha ganado la reputación de país fiable y nunca ha declarado el impago de su deuda, aunque alguna vez se haya asomado al borde del precipicio. Esta vez, el Senado ha aprobado suspender el techo de deuda con solo unos días de margen sobre la fecha prevista para que al Gobierno federal se le acabase el dinero, el 5 de junio. El presidente, Joe Biden, podrá firmar la ley este mismo viernes para evitar el impago.   “Estados Unidos es una nación que paga sus facturas y cumple sus obligaciones, y siempre lo será”, ha dicho Biden en un comunicado que ha enviado la Casa Blanca instantes después de la votación definitiva. En la nota destaca que senadores de ambos partidos han votado a favor de proteger el progreso económico e impedir el primer impago de la historia de Estados Unidos.   El Senado ha aprobado el mismo texto legal que salió de la Cámara de Representantes el miércoles, sin tocar una coma, pese al enfado de algunos senadores. Cualquier enmienda habría implicado que la ley tuviera que volver a ser votada por la Cámara baja, dilatando el proceso en un momento de máxima urgencia.   Los senadores han ido rechazando una a una todas las enmiendas en una sesión maratoniana hasta que cerca de las 23.00 horas de Washington (las 5.00 de la mañana del viernes en la España peninsular) el pleno ha votado definitivamente a favor de la norma. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ha dicho que la aprobación del proyecto significa que “Estados Unidos puede respirar aliviado”. “Estamos evitando el impago”, añadió.   La ley entrará en vigor al ser firmada por Biden. Suspende el límite de deuda (fijado hasta ahora en 31,38 billones de dólares) hasta enero de 2025, es decir, durante todo lo que queda de presidencia de Biden, a cambio de recortes en algunas partidas de gasto y otras medidas. Una vez firmada, el Tesoro tendrá vía libre para lanzar emisiones de letras para captar dinero con el que financiar los multimillonarios pagos por importe de 92.000 millones de dólares (unos 85.000 millones de euros) previstos para la semana próxima.   La votación definitiva ha sido de 63 votos a favor de la norma y 36 en contra. Los más radicales de ambos partidos rechazan la norma por razones opuestas. Los recortes son escasos, según el ala dura republicana, y excesivos, según algunos demócratas. El acuerdo ha sido forjado por Biden y por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy.   “Nadie consigue todo lo que quiere en una negociación, pero no se equivoquen: este acuerdo bipartidista es una gran victoria para nuestra economía y para el pueblo estadounidense”, ha dicho Biden en su comunicado de este jueves. “Nuestro trabajo está lejos de haber terminado, pero este acuerdo es un paso crítico hacia adelante, y un recordatorio de lo que es posible cuando actuamos en el mejor interés de nuestro país. Estoy deseando firmar este proyecto de ley lo antes posible y dirigirme directamente al pueblo estadounidense mañana”.   Discurso a la nación La Casa Blanca ha introducido en la agenda de Biden de este viernes una intervención desde el Despacho Oval de la Casa Blanca a las 19.00 de Washington. En la agenda no se especifica en qué momento va a firmar la ley. Lo que anuncia es que “se dirigirá a la nación” en horario de máxima audiencia sobre el acuerdo presupuestario y el haber evitado el impago. De alguna forma, está en marcha la batalla política por imponer el relato más favorable tras una solución intermedia.   La ley cambia algunas políticas, incluyendo la imposición de nuevos requisitos de trabajo para algunos estadounidenses que reciben ayuda alimentaria y la luz verde a un gasoducto en los Apalaches, al que muchos demócratas se oponen. La norma refuerza los fondos para defensa y veteranos, recorta nuevos fondos para la agencia tributaria e impone recortes automáticos del 1% si el Congreso no aprueba anualmente sus presupuestos. Lindsey Graham, senador republicano por Carolina del Sur, lideró a un grupo de representantes que se quejaron de que el aumento del gasto militar contemplado en el acuerdo no era suficiente para seguir el ritmo de la inflación, sobre todo teniendo en cuenta el gasto extra por la guerra de Ucrania. Los halcones de la defensa lograron arrancar al líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, una declaración según la cual el acuerdo no limita la capacidad del Senado de aprobar otros fondos suplementarios de emergencia para la seguridad nacional, incluida Ucrania, o para ayuda en caso de catástrofes y otros asuntos de importancia nacional.   La Oficina Presupuestaria del Congreso, un organismo independiente, señaló que las restricciones de gasto del paquete reducirían el déficit en 1,5 billones de dólares a lo largo de la década, uno de los principales objetivos de los republicanos que tratan de frenar la carga de la deuda.   Un impago habría tenido consecuencias catastróficas para la economía. El Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca publicó un informe según el cual la amenaza de bloqueo ya estaba teniendo efectos; un episodio de impago, por corto que fuera, habría dejado una costosa factura y un impago prolongado habría hecho caer el producto interior bruto un 1,5% en el tercer trimestre (a una tasa trimestral anualizada del 6,1%) y subir la tasa de paro cinco puntos, destruyendo 8,3 millones de puestos de trabajo.   “Un impago habría causado graves dificultades a las familias estadounidenses, pudiendo provocar la pérdida de millones de puestos de trabajo y billones en riqueza familiar, así como mayores costes de financiación para los

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Sam Altman (ChatGPT), en el Capitolio: “Si la inteligencia artificial sale mal, puede salir muy mal”

El País .- El cofundador de OpenAI comparece ante el Senado estadounidense para defender los beneficios y alertar de los riesgos de la tecnología revolucionaria Un ambiente de cordialidad reinó este martes por la mañana durante la primera audiencia sobre inteligencia artificial celebrada en el Capitolio. El tono fue muy distinto del de los agresivos interrogatorios celebrados en el pasado entre senadores estadounidenses y fundadores de redes sociales como Facebook o, más recientemente, el presidente ejecutivo de TikTok. Nadie parecía interesado en empezar con mal pie una relación que se promete larga y complicada. Ayudó que el invitado estrella, Sam Altman, cofundador de OpenAI, creadora de ChatGPT, la herramienta más poderosa creada por la humanidad en ese campo, se sentara ante los miembros de ambos partidos de la Comisión Judicial, de acuerdo por una vez, y les pidiera una actuación urgente: “Es esencial regular la inteligencia artificial, y que esas normas garanticen que el público acceda a los muchos beneficios de esta tecnología”, dijo en su parlamento inicial. ”Mi peor miedo es que esta tecnología salga mal. Y si sale mal, puede salir muy mal”. Altman añadió que comprendía que la “gente esté ansiosa por cómo [la IA] puede cambiar la forma en que vivimos”. “Pero creemos que podemos y debemos trabajar juntos para identificar y gestionar las posibles desventajas para que todos podamos disfrutar de las tremendas ventajas”, remató. Entre ellas, citó el modo en que la IA podría “ayudar a lograr nuevos descubrimientos y a abordar algunos de los mayores desafíos de la humanidad, como el cambio climático y la cura del cáncer”. También recordó que OpenAI, que ha registrado un meteórico ascenso empresarial en solo unos meses, es una “entidad sin ánimo de lucro” y que él no cobra “más dinero que el suficiente para cubrir la seguridad social”, ni tiene acciones en la compañía. “Es simplemente porque amo lo que hago”. Altman también discutió con aparente empatía los mayores desafíos que su revolucionaria herramienta traerá para el futuro del trabajo, en los modos en los que su uso irresponsable puede afectar en la difusión de desinformación, en los resultados de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos o en el trabajo de las industrias creativas. “Esta audiencia está siendo histórica”, dijo tras escuchar las primeras conciliadoras respuestas de Altman el veterano senador Dick Durbin (Illinois), presidente de la comisión. “Perdí la cuenta de la cantidad de personas y entidades del sector privado que se presentaron aquí para tratar de hacernos creer que la economía prosperaría si los legisladores nos quitábamos de en medio”. El ejemplo de las armas nucleares Altman fue un poco más allá a continuación: “Estados Unidos debe ser el primer país en hacer algo. Pero creo que, por muy quimérico que suene, también opino que esto debería ser también un esfuerzo de alcance global”. En ese sentido, abogó por crear una organización internacional que establezca estándares para la IA, al estilo de cómo se ha hecho en el pasado con “las armas nucleares”. A su lado, se sentaron la ejecutiva de IBM, Christina Montgomery, que pidió a los legisladores que fueran específicos en su regulación (”no es lo mismo que la tecnología se emplee en ayudar a elegir este o aquel restaurante o que se haga para tomar decisiones sobre empleo o vivienda”), y Gary Marcus, profesor emérito de la Universidad de Nueva York, que aportó los puntos de vista más críticos de la mañana y describió “una tormenta perfecta de irresponsabilidad corporativa, penetración extraordinaria y falta de regulación y de confianza”. “La humanidad está yendo por detrás esta vez”, sentenció. Los tres coincidieron con los legisladores en la importancia de no cometer “los mismos errores” que con las redes sociales. “Actuamos muy lentamente. Muchas decisiones desafortunadas tuvieron consecuencias duraderas”, dijo Marcus. “Las decisiones que tomemos ahora tendrán efectos durante décadas, tal vez incluso siglos”. A la petición del senador de Luisiana John Neely Kennedy de que aportaran medidas para diseñar esa regulación en la que todos parecían de acuerdo, Marcus sugirió crear una agencia, del tipo de la FDA (que controla el mercado de los medicamentos en Estados Unidos) para establecer un examen previo a las nuevas herramientas y otra que haga un seguimiento posterior una vez estén en el mercado, así como la creación de maneras de financiación para intervenir en la investigación para el futuro. La primera propuesta de Altman coincidió en la necesidad de crear una agencia que dé y quite licencias a las empresas de IA, y que garantice “el cumplimiento de las normas”. La segunda pasaría por crear “un conjunto de estándares de seguridad”. ¿La tercera? “Crear protocolos para descubrir cuándo un modelo es capaz de replicarse a sí mismo”. Ese temor, que parece tomado de una novela barata de ciencia ficción, es, según los expertos, uno de los mayores desafíos de la IA para el futuro de la humanidad. Algunos senadores subrayaron el hecho de que Chat GPT haya conseguido 100 millones de usuarios en dos meses. Algunos de esos usuarios se sentaron este martes del lado de las preguntas en el Capitolio. El demócrata Richard Blumenthal (Connecticut) reprodujo un audio que imitaba su voz, creado por la herramienta tecnológica de moda. Marsha Blackburn (Tennessee) explicó que durante el fin de semana había pedido a la máquina que inventara una canción del artista de country Garth Brooks, mientras que Amy Klobuchar (Minnesota) descubrió con gran “agrado” que a la pregunta de cuáles son los tres mejores músicos de la historia, obtuvo de ChatGPT una respuesta que incluía a dos nacidos en su Estado: Prince y Bob Dylan.

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Los demócratas cierran filas con Biden ante la falta de alternativas

El País .- El presidente recibe un apoyo cerrado de las personalidades de su partido, pese a que se le cuestionaba hace un año “¡Cuatro años más! ¡Cuatro años más!”. Joe Biden logró poner este martes en pie a los asistentes a un congreso sindical en un hotel de Washington. Era su primer acto público desde que anunciaba su decisión de presentarse a la reelección. El presidente de Estados Unidos se dispone a hacer campaña desde su cargo y sin necesidad de disputar la nominación a otras personalidades de su partido, que han cerrado filas con él, en parte por la falta de alternativas.   Numerosos dirigentes demócratas se planteaban hace un año la necesidad de buscar una alternativa a Joe Biden para las elecciones de 2024. No solo por su edad, casi 82 años cuando se vote. Además de eso, la popularidad del presidente estaba bajo mínimos y las encuestas anticipaban un desastre para los demócratas en las elecciones de mitad de su mandato.   Sin embargo, tras el éxito demócrata en las elecciones de noviembre, con el mejor resultado para el partido en el Gobierno de los últimos 20 años, se disiparon los planes de buscar un recambio. Tras esas elecciones, cumplió 80 años, y ya parecía dispuesto a seguir. Más adelante, en el discurso sobre el estado de la Unión fue preparando el terreno para el anuncio y ya habían desaparecido hasta las especulaciones. El anuncio de Biden se ha hecho esperar, pero el presidente había ido marcando el terreno dejando claro que su plan era volverse a presentar. El inquilino de la Casa Blanca tiene mucha ventaja en unas primarias y la historia reciente muestra que el intento de desbancarle nunca acaba bien. Como mucho, le debilita y acaba facilitando la victoria al candidato del partido rival.   Posibles alternativas, como los gobernadores de California, Gavin Newson; de Illinois, J. B. Pritzker, o de Michigan, Gretchen Whitmer fueron dejando claro que no competirían con Biden. Este martes los tres le han mostrado su apoyo. Pritzker ha actuado de telonero en el acto con sindicatos de Washington de este martes, pero también le ha expresado su apoyo en Twitter: Desde la derrota de una pandemia mortal hasta la defensa de nuestra democracia, Joe Biden ha sido el líder pragmático y reflexivo necesario para ayudar a nuestra nación a recuperarse de algunos de nuestros días más difíciles. Estoy orgulloso de apoyarle para la reelección y estoy preparado para la lucha que tenemos por delante”, ha escrito.   Newson se ha movilizado para recaudar fondos para la campaña: “Nuestra democracia está siendo atacada. Nuestra libertad está siendo despojada. Es hora de dar un paso al frente, y no hay nadie mejor para liderar esa lucha que el presidente Biden. Esperamos otros 4 años de su liderazgo. Hagámonos notar hoy. Cada dólar cuenta”, ha tuiteado.   Whitmer no ha sido menos “El presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris se han pasado su primer mandato luchando por nuestra libertad, democracia y más derechos, no menos. Pero en todo el país, peligrosos extremistas intentan hacernos retroceder. No podemos ser complacientes. Es hora de terminar el trabajo”, ha dicho, usando el lema del vídeo de inicio de campaña de Biden.   También han cerrado filas con mensajes claros de apoyo Barack Obama, Hillary Clinton, Hakeem Jeffries y otras personalidades del Partido Demócrata. El senador por Vermont Bernie Sanders, de 81 años, una de las figuras izquierdistas del partido y rival de Biden en las primarias de 2020, ha decidido renunciar a otra candidatura presidencial propia y hacer en su lugar “todo lo posible para que el presidente sea reelegido”. En declaraciones a AP ha apuntado que los demócratas deberían cerrar filas con Biden para evitar que “un Donald Trump o algún otro demagogo de derechas” se haga con la Casa Blanca. Durante gran parte del año, Sanders había dejado abierta la posibilidad de volver a presentarse. Ahora no solo dice que no se presenta, sino que desanima a cualquier otro candidato progresista de alto perfil a hacerlo.   Un puente generacional En el caso de Biden, cundió la idea de que podría ser un presidente de un solo mandato por voluntad propia, Él mismo se presentaba como un líder de transición: “Miren, yo me veo como un puente, no como otra cosa”, dijo en marzo de 2020, mientras hacía campaña en Michigan. “Hay toda una generación de líderes que habéis visto ponerse detrás de mí. Son el futuro de este país”, dijo acompañado entre otros por la vicepresidenta, Kamala Harris y la gobernadora, Gretchen Whitmer.   La opción de que fuera la vicepresidenta la que tomase el relevo estaba sobre el papel en 2020, pero su popularidad ha sido menor incluso que la de Biden. Para que ella hubiese dado el paso habría sido necesario que Biden renunciase a seguir.   Las encuestas dicen que más de dos tercios de los estadounidenses no quieren a Biden de nuevo como candidato, pero no hay ningún otro que suene como alternativa. La perspectiva de que el rival republicano vuelva a ser Donald Trump ha ayudado también a reforzar la confianza en Biden. Tras el anuncio de su candidatura, Trump ha salido en tromba contra el presidente, con su mensaje apocalíptico habitual y su bulo de que le robaron las elecciones de 2020.   A diferencia de 2020, el camino de las primarias está totalmente despejado para Biden. Por el momento solo han anunciado su candidatura rivales menores. Uno de ellos es el activista antivacunas Robert F. Kennedy Jr., de 69 años, hijo del senador por Nueva York, fiscal general de Estados Unidos y candidato presidencial Robert F. Kennedy, asesinado en 1968, y sobrino del presidente John F. Kennedy, asesinado cinco años antes. Otra es Marianne Williamson, escritora y activista cuya presencia es igualmente anecdótica.   Por si la falta de rivales de peso fuera poco, el Partido Demócrata ha organizado las primarias a medida de Biden. Comenzarán el 3 de febrero en Carolina del Sur, el primer Estado donde ganó en 2020, tras sus derrotas en

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Biden anuncia su candidatura a la reelección en 2024

El País .– El presidente de Estados Unidos confirma a través de un vídeo titulado ‘Acabemos el trabajo’ su candidatura para un segundo mandato que finalizaría con 86 años   Joe Biden quiere ser presidente de Estados Unidos hasta los 86 años. Ese secreto a voces es ya un anuncio oficial. Biden ha proclamado este martes a través de un vídeo de tres minutos, bajo el título Let’s Finish the Job (Acabemos el trabajo) que se presentará a la reelección el 5 de noviembre de 2024. El anuncio, en el que llama a defender la libertad y la democracia frente al intento de los extremistas de cercenarlas ―identifica a estos radicales con la corriente trumpista MAGA, Make America First Again (Hagamos que América vuelva a ser grande)― ha llegado el 25 de abril, el mismo día en que hace cuatro años entró en la carrera por la nominación del Partido Demócrata para desalojar a Donald Trump de la Casa Blanca. En la campaña de 2020 recitó su poema favorito del irlandés Seamus Heaney, en el que “la esperanza y la historia riman”. Ahora, la historia rima consigo misma y la hipótesis más probable es que Biden se enfrente de nuevo a Trump.   Con imágenes del asalto al Capitolio, Biden empieza su mensaje apelando a la “libertad”. “Ese ha sido el trabajo de mi primer mandato: luchar por nuestra democracia, proteger nuestros derechos, asegurarnos de que todo el mundo en este país recibe el mismo trato y de que todo el mundo tiene una oportunidad justa”, explica con imágenes de su actividad y de la vicepresidenta, Kamala Harris, que repite como pareja electoral, para pasar de nuevo al ataque.   “Por todo el país, los extremistas MAGA se están alineando para acabar con esas libertades fundamentales, recortando la Seguridad Social, que pagas durante toda tu vida, recortando los impuestos de los más ricos, dictando qué decisiones sanitarias pueden tomar las mujeres, prohibiendo libros y diciéndole a la gente a quién puede amar, todo ello mientras hacen más difícil que puedas votar”, proclama. En el vídeo vuelven las imágenes del asalto al Capitolio, las protestas en favor del aborto y las fotografías de algunos de los republicanos más extremistas: Donald Trump, Ron DeSantis y Marjorie Taylor Greene.   El presidente llevaba meses avisando de que su plan era presentarse a la reelección, pero sin dar el paso oficialmente. Con los presidentes en ejercicio se da prácticamente por descontado que concurrirán de nuevo, pero en el caso de Biden, que cumplirá 82 años poco después de las elecciones de 2024, la duda era razonable. La mayoría de los estadounidenses, e incluso de los votantes demócratas, creen que no debería optar a un segundo mandato, según las encuestas.   En los peores momentos de su presidencia, con la popularidad por los suelos por la inflación, la caótica retirada de Afganistán, la delincuencia y la presión migratoria, muchos demócratas pensaban que era mejor que se apartase. Sin embargo, Biden supo manejar la campaña de las elecciones de mitad de su mandato y los demócratas lograron el mejor resultado en 20 años para el partido del inquilino de la Casa Blanca. Las dudas se disiparon. En la rueda de prensa posterior a aquellas elecciones, le preguntaron si pensaba presentarse a la reelección. Señaló a la primera dama, Jill Biden, y contestó en plural: “Nuestra intención es presentarnos de nuevo”. Ya entonces le dijeron que dos tercios de los estadounidenses preferían que no se presentase y respondió que eso no era algo que fuese a pesar en su decisión. Y al ser preguntado sobre si querría enfrentarse a Trump o Ron DeSantis, bromeó: “Será divertido ver cómo se enfrentan entre sí”.   Más allá de anuncios oficiales, Biden siempre ha insistido en que su plan era optar a la reelección. Con eso disuadía a potenciales rivales de su partido a hacerlo. A diferencia de 2020, el camino de las primarias está expedito para el presidente. No hay rivales de peso y los demócratas han cerrado filas con él. Sí ha anunciado su candidatura el activista antivacunas Robert F. Kennedy Jr., de 69 años, cuyo principal activo es el apellido de su padre, senador por Nueva York, fiscal general de Estados Unidos y candidato presidencial Robert F. Kennedy, asesinado en 1968, y de su tío, el presidente John F. Kennedy, asesinado cinco años antes. También lo ha hecho Marianne Williamson, cuya presencia es igualmente anecdótica.   Por si la falta de rivales de peso fuera poco, el Partido Demócrata ha redibujado el calendario de primarias a medida de Biden. Comenzarán el 3 de febrero en Carolina del Sur, el primer Estado donde Biden ganó en 2020, tras sus derrotas en Iowa y New Hampshire. Seguirán New Hampshire y Nevada el 6 de febrero; Georgia, el 13 de febrero, y Michigan el 27 de febrero. La convención demócrata que debería proclamar su candidatura a las presidenciales está prevista para los días 19 a 22 de agosto de 2024 en Chicago.   La pareja electoral de Biden vuelve a ser Kamala Harris, la vicepresidenta. Es lo habitual repetir y aunque Harris no es muy popular, complementa al presidente. Ella aparece en numerosas escenas del vídeo de lanzamiento, que concluye con el logo: Biden Harris. La página web de la campaña de Biden lo dice expresamente: “Ya es oficial: Joe Biden y Kamala Harris se presentan a la reelección”.   Según han informado medios locales, Biden ha decidido poner al frente de su campaña a Julie Chavez Rodríguez, muy cercana a la vicepresidenta. Si Biden logra la nominación demócrata, la nieta del histórico líder sindicalista y de derechos civiles Cesar Chavez se convertiría en la primera latina en dirigir una campaña presidencial.   El presidente apeló en el último discurso sobre el estado de la Unión, en febrero, a la necesidad de “terminar el trabajo”, algo que se podía interpretar como una invitación al Congreso para aprovechar la segunda mitad de su mandato, pero también como un anuncio subliminal sobre su voluntad de volver a presentarse, como ahora ha confirmado el

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El ala dura republicana provoca un fracaso histórico en la elección del líder de la Cámara de Representantes de EE UU

Kevin McCarthy pierde las tres primeras votaciones para ser elegido ‘speaker’, algo que no había ocurrido en 100 años. Deberá haber nuevas rondas hasta que alguien logre una mayoría   Este martes debía ser un día de celebración para el Partido Republicano en la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Tras cuatro años de dominio demócrata, los conservadores recuperaron la mayoría en las elecciones de medio mandato de noviembre. Sin embargo, los que parecían de fiesta eran los demócratas, mientras los republicanos se cocían en su propia salsa. La nueva legislatura ha arrancado con la falta de acuerdo de los republicanos para nombrar un nuevo presidente de la Cámara baja. Kevin McCarthy, el candidato conservador, ha perdido las tres primeras votaciones por la rebelión del ala dura de su formación, que ha optado por nombres alternativos. Es la primera vez en un siglo que ocurre.   Un total de 19 representantes republicanos dieron la espalda a McCarthy en la primera y segunda votación y en la tercera aún se sumó uno más a los rebeldes. Hacia las 17.30 horas de Washington (23.30 en la España peninsular), la Cámara decidió levantar la sesión y continuar este miércoles. Pese a la humillación desde sus propias filas, el candidato se resiste a tirar la toalla y muchos de sus partidarios se niegan a buscar un sustituto. McCarthy se muestra dispuesto a que se vote una y otra vez, sabedor de que por ahora no hay una alternativa viable. La falta de elección del nuevo speaker impide que la Cámara pueda empezar a funcionar. La votación debe repetirse tantas veces como sea necesario para alcanzar una mayoría, sea por parte de McCarthy o por otro candidato. El récord es de 133 rondas en 1855, lo que supuso un bloqueo de dos meses en la actividad parlamentaria.   Si todos los representantes participan, McCarthy necesita obtener 218 votos para lograr su objetivo, pero solo llegó en las dos primeras rondas a 203 y en la tercera, aún perdió un voto. Parece lejos de su propósito, pero incluso si acabara siendo elegido, estaría en una posición de debilidad. La amenaza de que la mayoría republicana sea ingobernable se ha hecho patente ya con toda crudeza.   Los republicanos lograron en las elecciones del 8 de noviembre una mayoría estrecha, muy lejos de sus expectativas de una marea roja (el color de su partido) que había pronosticado el expresidente Donald Trump. Cuentan con 222 escaños, frente a los 212 demócratas (pues un representante de este partido falleció tras ser elegido). Para ser proclamado presidente de la Cámara de Representantes se necesita una mayoría absoluta de los que participen en la votación y desde muy pronto se ha visto que McCarthy no contaba con el apoyo de todos los suyos para convertirse en el sucesor de Nancy Pelosi, la anterior presidenta de la Cámara.   McCarthy, congresista por California de 57 años, ha intentado hacer concesiones al ala dura de la formación, pero eso no ha bastado para asegurarse el cargo. Aceptó incluso una regla procedimental que amenazaba con convertirle en rehén de los congresistas díscolos de su partido durante los dos años de su hipotético mandato: la que permite instar un voto de censura para destituirlo solo con que cinco representantes lo pidan. También hizo otras concesiones, pero no han sido suficientes para el ala derechista del partido (el Freedom Caucus, o Grupo de la Libertad).   La representante republicana por Nueva York Elise Stefanik, un perfil en alza en su grupo, ha presentado la candidatura de McCarthy asegurando que nadie como él ha trabajado tan duro para lograr la nueva mayoría republicana. Ha sido el líder de la minoría durante los últimos cuatro años y cuenta con el apoyo de los moderados de su partido. Su gran ambición política es lograr ese cargo que de momento se le escapa y que es la tercera mayor autoridad de Estados Unidos, solo por detrás del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris.   McCarthy, sin embargo, se ha ganado enemigos internos. Hay quienes le acusan de haber hecho demasiadas concesiones a los demócratas y también quienes le responsabilizan parcialmente de la decepción electoral del 8 de noviembre. Otros han aprovechado la posición de fuerza que les da la estrecha mayoría republicana para tratar de imponer sus condiciones en el funcionamiento de la Cámara.   Aunque McCarthy ha tenido algunos rifirrafes con Trump, el expresidente ha tratado de convencer a sus partidarios de que le apoyasen, pero sin éxito. También le ha mostrado su apoyo la muy radical Marjorie Taylor-Greene, que antes era opositora, pero tampoco ha sido capaz de convencer a los suyos.   Los demócratas han aprovechado la nominación de su propio candidato, Hakeem Jeffries, para subrayar la unidad de su partido en contraste con la bancada contraria. El legislador demócrata Pete Aguilar ha presentado a Jeffries en una intervención mucho más aplaudida y celebrada por los demócratas que la de Stefanik por los republicanos. “Los demócratas están unidos”, ha proclamado.   Caras de funeral De hecho, la división republicana y el cierre de filas demócrata ha provocado que Jeffries haya sido el más respaldado en la primera votación, con 212 votos. Por detrás ha quedado McCarthy, con 203, y en tercer lugar, Andy Biggs, un aspirante alternativo propuesto por parte de los díscolos, con 10. El cuarto ha sido otro republicano, Jim Jordan, que ni siquiera había presentado su candidatura, dentro de otros nueve votos dispersos en el partido, que dio un espectáculo de división que llevó a que entre los republicanos se extendieran las caras de funeral en un día que debía ser festivo.   En la segunda y tercera votación, los díscolos han concentrado sus votos en Jim Jordan, que ha recibido 19 y 20 apoyos en ellas. Lo curioso es que el propio Jordan ha votado por McCarthy, al que considera su candidato y para el que ha pedido el respaldo del resto de miembros de su partido.   El escenario que se abre es incierto. Es difícil que la

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El jefe de gabinete de Trump quemó documentos en la Casa Blanca antes del ataque al Capitolio, según una testigo

Cassidy Hutchinson declaró al comité que investiga el 6 de enero que Mark Meadows destruyó papeles oficiales en “una docena de ocasiones”   Al comité del Congreso que ha investigado el ataque al Capitolio aún le quedaban ases en la manga. Tras publicar el pasado jueves su monumental informe de 814 páginas, resultado de 18 meses de pesquisas sobre lo sucedido en Washington el 6 de enero de 2021, sus nueve miembros han ido compartiendo con la prensa transcripciones en bruto de las entrevistas con algunos de los testigos más importantes. Esos envíos incluyen revelaciones como la sepultada entre los centenares de páginas que ocupan las cuatro conversaciones mantenidas con la joven ayudante Cassidy Hutchinson. Esta dijo a Liz Cheney, vicepresidenta de la comisión, que había visto durante diciembre y la primera quincena de enero a su superior, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, quemar documentos “en una chimenea” de la residencia presidencial.   El intercambio llega en la página 41 del primero de los documentos facilitados el martes. Cheney está interrogando a Hutchinson, que protagonizó el pasado 28 de junio una de las audiencias televisadas más sonadas del comité, sobre los 187 minutos que pasaron entre la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, que había convocado a miles de sus seguidores a Washington a un mitin que acabó en un ataque violento al Congreso mientras se estaba certificando el triunfo electoral de Joe Biden, y el momento en el que el aún presidente republicano al fin pidió a la turba que se fuera a casa. Es entonces cuando la representante por Wyoming, republicana que se ha convertido en bestia negra del trumpismo y que en enero dejará de ser congresista, anuncia “un cambio de tema”. Cassidy Hutchinson declara el pasado 28 de junio ante el comité que investiga el 6 de enero en el Congreso de Estados Unidos.STEFANI REYNOLDS (AFP)  —”¿Vio en algún momento a Meadows echar documentos a la chimenea?”, pregunta a la testigo. —”Sí, señora”, dice esta. —”¿Con qué frecuencia?” —”Es difícil de decirlo, una o dos veces por semana. (…) En una docena de ocasiones, tal vez un poco más, en ese periodo entre diciembre y mediados de enero, que es cuando encendíamos la chimenea. (…) A él le gustaba alimentarla con troncos durante toda la jornada”. —”¿Le explicó por qué lo hacía?”. —”Nunca se lo pregunté”, respondió Hutchinson en la entrevista, la primera de una serie de cuatro, celebrada el 17 de mayo. La ayudante se declaró también incapaz de saber si esos documentos eran “originales o copias”.   Esas acusaciones, que trascendieron parcialmente antes de verano en sendas informaciones de Politico y The New York Times, aluden también al congresista republicano Scott Perry (Pensilvania). La exempleada de la Casa Blanca recuerda que la quema de papeles se produjo en varias ocasiones tras reuniones de Meadows con aquel, que se implicó con decisión en los esfuerzos de Trump de invalidar los resultados electorales que hicieron presidente a Biden. Pese a que los jueces han desestimado la teoría del fraude electoral en más de 60 ocasiones, Trump y los suyos insisten más de dos años después en ella.   La semana pasada también trascendió que Hutchinson denunció ante el comité que se sintió presionada por su exjefe y su entorno para que no testificara.   En el último paquete de transcripciones también se la ve relatar varias conversaciones en la Casa Blanca en las que se dio carta de naturaleza a las conspiraciones del difuso movimiento QAnon. Por ejemplo, una reunión de diciembre de 2020 con Meadows, el entonces presidente Trump y miembros republicanos del Congreso, incluida la representante del Partido Republicano de Georgia, Marjorie Taylor Greene, una de las más vociferantes propagadoras de los bulos de la extrema derecha estadounidense. “Recuerdo que mencionó a QAnon varias veces, en presencia del presidente, y en privado con Mark”, testificó Hutchinson. “Recuerdo que Mark también tuvo algunas conversaciones sobre cosas más específicas relativas a QAnon, así como sobre las teorías del fraude electoral”.   Con la llegada del nuevo Congreso, cuyos miembros toman posesión el próximo 3 de enero, la comisión del ataque al Capitolio tienen los días contados, pero en Washington se da por hecho que apurarán hasta el final para seguir difundiendo la información que se les quedó en el tintero en el informe hecho público la semana pasada. Entre tanto, media docena de editoriales corren contra reloj para publicar en formato de libro las 814 páginas que recogen el fruto de 18 meses de investigación, incluidas más de mil entrevistas, como las de Hutchinson, así como la revisión de cerca de un millón de documentos. Fuente: El País

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Biden promete a Zelenski que Estados Unidos ayudará a Ucrania “el tiempo que sea necesario”

Los presidentes de Estados Unidos y Ucrania, Joe Biden y Volodímir Zelenski, se comprometieron una y otra vez este miércoles en Washington a que sus destinos permanecerán unidos mientras dure la guerra. “Puede contar con todo el apoyo de este país por el tiempo que sea necesario. Los estadounidenses de todos los ámbitos, demócratas y republicanos por igual, entienden desde lo más hondo que la lucha de Ucrania es parte de algo mucho más grande”, dijo Biden a Zelenski por la tarde en una comparecencia conjunta en la Casa Blanca.   Después, el anfitrión puso números a ese apoyo en un salón del ala este, decorado para la Navidad y abarrotado por la prensa: un paquete de asistencia militar adicional a Kiev de 1.850 millones de dólares (1.743 millones de euros), al que sumó 374 millones de ayuda humanitaria. Más allá del dinero, el compromiso de mayor simbolismo es el envío de una batería de misiles Patriot de largo alcance, un arma con la que Estados Unidos se había resistido hasta ahora a contribuir a los esfuerzos defensivos de Ucrania ante la agresión del Kremlin, pese a que Zelenski la reclamaba con insistencia para hacer frente a los ataques rusos. Y lo seguirá haciendo, advirtió durante su visita a Washington, en su primer viaje al extranjero desde el inicio en febrero de la guerra. “Cuando tengamos esos Patriot instalados le haremos saber al presidente Biden que… necesitamos más Patriot”, agregó Zelenski, lo que provocó la risa nerviosa de los asistentes. “Estamos en guerra, lo siento mucho”, añadió Zelenski. “Nos ayudarán a crear un espacio aéreo seguro; serán la única manera de parar la agresión terrorista de Rusia. Necesitamos esa ayuda para sobrevivir a este invierno”.   A las preguntas de los periodistas escogidos previamente, dos estadounidenses y dos ucranios, Zelenski declaró: “Al pueblo estadounidense le diría que compartimos valores y que les deseo paz. Eso es lo principal, lo entiendes solo cuando la guerra llega a tu país, cuando los terroristas de Rusia vienen a tu casa. Y deseo que veas a tus hijos vivos y adultos, que los vean ir a la universidad”. También explicó lo que para él sería una “paz justa”: “Aquella que no suponga ningún compromiso en cuanto a la soberanía, la libertad y la integridad territorial de mi país, y que acarree el pago de todos los daños infligidos por la agresión rusa”.   Joe Biden, acompañado de la primera dama estadounidense, Jill Biden, había recibido a su homólogo ucranio pasadas las dos de la tarde, hora de la costa este, de un espléndido día de invierno. Ambos se saludaron con la fachada sur de La Casa Blanca de fondo: Zelenski, vestido con su uniforme verde batalla, y Biden, con traje. Los esperaban al aire libre decenas de periodistas, acreditados de urgencia, en medio de una enorme expectación. La visita, de la que se supo con menos de 24 horas de antelación, ha encendido la imaginación de los amantes de las analogías históricas, que han recordado el viaje, este mes hace 81 años, de otro “presidente en guerra”. Winston Churchill se empeñó en pasar aquí la Navidad con los Roosevelt tras el ataque japonés a Pearl Harbor.   El invierno, un arma para Putin Tras el breve saludo, ambos mandatarios pasaron al Despacho Oval, donde Biden le expresó a Zelenski que el pueblo ucranio “inspira al mundo”, le dijo que también lo consideraba “el hombre del año”, en referencia a la portada del número de resumen de 2022 que recientemente le dedicó la revista Time, y acusó al presidente ruso, Vladímir Putin, de “usar el invierno como arma”, en referencia a la última estrategia militar del Kremlin de emplear el frío como ariete. En la conferencia de prensa posterior al encuentro, el presidente estadounidense volvió sobre esa idea: “Está congelando a la gente, matándolos de hambre, aislándolos unos de otros. Es el último ejemplo de las escandalosas atrocidades que las fuerzas rusas están cometiendo contra civiles ucranios inocentes, contra niños y sus familias”. Zelenski (izquierda) y Joe Biden, durante su conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca, este miércoles en Washington.BRENDAN SMIALOWSKI (AFP) En la reunión bilateral previa, Zelenski, que se desplazó en tren hasta la frontera con Polonia para coger el avión a Washington, le contestó en inglés que era un “gran honor” estar en el Despacho Oval y le agradeció su ayuda y la de “los estadounidenses”. Quiso expresar también “todo el reconocimiento”. “Desde mi corazón y el de todos mis compatriotas”. Y le entregó una medalla al honor que un capitán le dio el martes en el frente de Bajmut, una ciudad en la región de Donetsk, en Donbás, donde se libran los combates más duros ahora mismo contra el Ejército ruso. “Es un héroe real”, dijo Zelenski, “y me pidió que le pasara este premio al presidente Biden. Dijo que usted lo entendería”. El destinatario del regalo respondió que era “inmerecido”.   Por la tarde, el mandatario ucranio tenía previsto acudir al Capitolio para dirigirse al Congreso en una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes. Los congresistas estudian estos días, antes de que los demócratas pierdan la mayoría de la Cámara alta, la aprobación de una ley ómnibus con decenas de provisiones presupuestarias, entre las que se encuentra una asistencia financiera a Ucrania de casi 45.000 millones de dólares (42.400 millones de euros).   “Los misiles Patriot serán un activo fundamental para defender al pueblo ucranio de los bárbaros ataques de Rusia contra la infraestructura crítica de Ucrania. Entrenaremos a las fuerzas ucranias sobre cómo usarlos. Esto llevará algún tiempo”, explicó el martes por la noche en una llamada con periodistas en Washington un alto funcionario de la Casa Blanca, que pidió hacerlo desde el anonimato. A diferencia de sistemas de defensa más pequeños, los Patriot requieren el concurso de decenas de operarios para hacerlos funcionar eficazmente. Una batería incluye un radar, ordenadores, generadores y una estación de control, además de ocho minilanzaderas con cuatro misiles. Zelenski entrega la medalla de un soldado a Biden en el

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