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Ecuador: enero 15, 2025

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Ecuador, enero 15, 2025
Ecuador Continental: 20:48
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Ecuador, enero 15, 2025

‘El opositor que más respeté era Nebot… No es mediocre’, dice en su pódcast Rafael Correa

El economista de profesión y expresidente entrevista a Aquiles Álvarez, quien dijo no recordar a Nebot en un caso de corrupción. El pasado 19 de noviembre, el expresidente del Ecuador Rafael Correa estrenó un pódcast que se ve en YouTube. El primer invitado fue Aquiles Álvarez, el candidato a la Alcaldía de Guayaquil que cuenta con el apoyo del correísmo. Además de hablar de los proyectos del postulante, el exmandatario le anunció una exclusiva: “El opositor que más respeté era (Jaime) Nebot, tal vez el único que respeté”. “Era auténtico. No es tonto. Sabíamos dónde estaba”, señaló al expresar que otros políticos se disfrazan de cualquier cosa y no sostienen su palabra. E insistió: “Nebot sostiene su palabra, (no) como por ejemplo (Guillermo) Lasso. Lasso es un tipo mediocre. Nebot no es mediocre; no estoy de acuerdo con su modelo de desarrollo para Guayaquil: isla Mocolí (Samborondón) para los ricos, isla Trinitaria para los pobres”. El mandatario Guillermo Lasso ha tenido críticas tanto para Nebot, quien lo respaldó en las últimas elecciones presidenciales, como para Correa. En mayo pasado responsabilizó a los dos líderes de la inseguridad que se vive en Ecuador. Y antes, en abril, los señaló: “El señor (Rafael) Correa y el señor (Jaime) Nebot, juntitos estos mellizos, desde el primer día de mi gobierno están viendo cómo desestabilizan la democracia ecuatoriana. Eso es lo que está sucediendo en la Asamblea Nacional. No es un problema de una institución, sino de dos señores que no soportan que Guillermo Lasso esté en la Presidencia del Ecuador”. En la entrevista con Correa, el 19 de noviembre de 2022, Álvarez dijo, por su parte, no recordar un tema de corrupción que involucre a Jaime Nebot, pero que le llama la atención que apoye el continuismo de la administración actual; a lo que Correa respondió con gestos de duda, y recalcó que “con las fundaciones camuflaban muchas cosas”. Y recomendó revisar el sueldo de los funcionarios de las fundaciones creadas por el Municipio de Guayaquil. Fuente: El Universo

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Biden, el primer presidente octogenario de Estados Unidos

La edad del mandatario es su punto más débil para presentarse a la reelección en 2024. Kansas City, 21 de octubre de 1984. El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, se enfrenta al candidato demócrata, Walter Mondale, de 56 años, en el segundo debate de la campaña de las presidenciales. La prensa ha publicado que Reagan, con 73 años entonces, se ha sentido cansado tras el primer debate. Henry Trewhitt, corresponsal diplomático del Baltimore Sun, uno de los periodistas que participan, se atreve con la espinosa cuestión: ¿Tiene alguna duda de que podrá desempeñar el cargo a pleno rendimiento en caso de una crisis internacional? “En absoluto, señor Trewhitt, y quiero que sepa que tampoco voy a utilizar la cuestión de la edad en esta campaña. No voy a explotar, con fines políticos, la juventud e inexperiencia de mi oponente”. Risas y aplausos, recoge la transcripción. Reagan dejó el cargo en enero de 1989, a menos de un mes de cumplir los 78 años. Era el presidente de mayor edad de la historia de Estados Unidos hasta el día en que Joe Biden tomó posesión, el 20 de enero de 2021, con 78 años y dos meses. Este domingo, Biden se convierte en el primer presidente octogenario de Estados Unidos. El cumpleaños de Biden aviva el debate sobre su edad. El presidente no ha tomado aún la decisión definitiva, pero ha dicho una y otra vez que tiene la intención de presentarse a la reelección en 2024. Las elecciones serán cuando tenga casi 82 años y acabaría un hipotético segundo mandato con 86. Tras la muerte de Isabel II, solo tres jefes de Estado de todo el mundo superan esa edad: el presidente de Camerún, Paul Biya, de 89; el de Palestina, Mahmud Abbas, de 87, y el de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz Al Saud, de 86. El papa Francisco los cumple en diciembre. Durante la campaña de 2020, la edad ya fue una cuestión a considerar. Cuando como candidato le preguntaron si pensaba ser un presidente de un solo mandato, evitó comprometerse a ello: “Es legítimo que la gente pregunte sobre mi edad. Es la misma pregunta que me hicieron cuando tenía 29 años [fue elegido senador con esa edad], si tenía la edad suficiente para el puesto. Espero poder demostrar que con la edad viene la sabiduría y la experiencia que permite hacer las cosas mucho mejor”, contestó. Sin embargo, el propio Biden se definió a sí mismo en campaña como “un candidato de transición”. Por su edad, se dio una importancia mayor de la habitual a su elección para la vicepresidencia, que tras una larga espera recayó en Kamala Harris. Se especulaba con que quien ocupase ese cargo optaría a la presidencia en 2024, una vez que Biden hubiese reparado el daño hecho por Donald Trump a las instituciones y atenuado —esa era su intención— la polarización política que vivía el país. La polarización, sin embargo, ha ido en aumento. Trump no solo no ha desaparecido de la escena, sino que ha lanzado ya su campaña para volver a la Casa Blanca. La figura de Kamala Harris, por su parte, no ha cuajado y su popularidad no solo es menor que la del propio Biden, sino que es la más baja de todos los que han ocupado ese mismo cargo como mínimo en los últimos 30 años.  Biden, 50 años ganando elecciones Biden lleva 50 años ganando elecciones. Salió elegido senador por Delaware en noviembre de 1972, poco antes de cumplir 30 años, tras remontar una ventaja de 30 puntos e imponerse por poco más de 3.000 votos a James Caleb Boggs, el republicano que buscaba la reelección. Estuvo a punto de dejar la política al mes siguiente para cuidar a sus hijos Beau y Hunter después de que su primera mujer y su hija de un año muriesen en un accidente de tráfico. En lugar de eso, se acostumbró a vivir a caballo entre Washington y Wilmington, Delaware, adonde se sigue escapando siempre que puede, incluso ahora como presidente. Fue reelegido senador seis veces, por mandatos de seis años. En 2008 y 2012 acompañó a Barack Obama como candidato a la vicepresidencia en sendos triunfos. En 2020 se lanzó a competir por la nominación demócrata. Se entrevistó con el consejo editorial del New York Times, que no terminaba de ver clara su candidatura: “Todos me declaran muerto y adivina qué: ¡No estoy muerto y no voy a morir!”, les dijo. El periódico recomendó a dos candidatas como mejores opciones para la presidencia: Elizabeth Warren y Amy Klobuchar. Como respuesta, Biden tuiteó un vídeo que se hizo viral con la guardia de seguridad que le había acompañado en el ascensor en su visita a la redacción: “Honrado de haber logrado el apoyo de Jacquelyn”. Exactamente un año después de ese tuit, Biden juraba el cargo de presidente de Estados Unidos tras derrotar a sus rivales demócratas, primero, y a Donald Trump, después. Que Trump haya entrado en la carrera presidencial de 2024 aumenta las posibilidades de que Biden también lo haga. El presidente presenta a su antecesor como una amenaza para la democracia. Ya le derrotó y se ve con posibilidades de volver a hacerlo. Además, en ese caso, la diferencia de edad no es tanta. Trump llegaría a las elecciones con más de 78 años y, de hecho, si resultase elegido, superaría a Biden como el presidente de mayor edad en caso de completar su mandato. Tras las recientes elecciones legislativas, saboreando aún el buen resultado demócrata, a Biden le preguntaron sobre cómo influía ese éxito en sus planes de buscar la reelección. Biden señaló a su mujer, Jill, presente a su lado en la rueda de prensa, algo inusual, y dijo en plural: “Nuestra intención es volver a presentarnos. Esa ha sido nuestra intención, independientemente del resultado de estas elecciones”. Y añadió: “Pero soy un gran respetuoso del destino. Y esto es, en última instancia, una decisión familiar. Creo que todo el mundo quiere que me presente, pero vamos a tener discusiones al respecto. Y no siento ninguna prisa

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La ultraderecha reunida en México carga contra el comunismo, el feminismo y la comunidad LGTB

Los líderes del conservadurismo extremo hacen chanza del cambio climático y critican a los políticos de la derecha clásica. Los líderes y activistas de extrema derecha reunidos en México han dado conferencias durante dos días metidos en el mismo bucle: la libertad religiosa, el anticomunismo y antisocialismo, tomados por igual, las críticas y exabruptos contra el feminismo, la comunidad LGTB y los medios de comunicación globales. Si el primer día fue Eduardo Bolsonaro la gran estrella, el segundo lo ha sido el argentino Javier Milei. Altisonante, como acostumbra, con tendencia a la comicidad, fue el único que se metió de lleno en la economía, con una larga charla de última hora, cuando ya los asistentes estaban agotados tras decenas de ponencias ininterrumpidas. Las anteriores intervenciones se pasaron a velocidad de rayo, porque ya iban con retraso, por eso se cortó abruptamente el discurso del líder de Vox, el español Santiago Abascal, que lo precedía. Milei se metió en un galimatías económico con todo lujo de voces impostadas, pero ya la audiencia daba signos de cansancio y no fue fácil arrancarle unas risas. Milei trató de explicar las diferentes políticas que sobre la economía tienen los capitalistas y “esa basura llamada socialismo”. “Dicen que el capitalismo genera desigualdad y entienden que deben manosear el sistema aunque caiga la productividad, porque así se gana en igualdad. Como no soportan la desigualdad hacen política para evitarla”. Aturdido quizá por esta última idea se metió en un berenjenal económico indescifrable, que por momentos parecía un gag cómico, y esta vez sin pretenderlo. Zanjó el asunto diciendo que el programa económico de la izquierda “es inmoral, pero con él ganan las elecciones si no se le sabe desmantelar”. Milei es economista y ha escrito libros, pero las dotes de divulgación y convencimiento empleadas este sábado no parecían suficientes para contrarrestar “la infección comunista” que recorre Latinoamérica, como dijo alguno, el “narcoterrorismo”, como lo calificó minutos antes Rafael López Aliaga, alcalde electo de Lima. “Hay que sacar a cada maldito rojo de Latinoamérica, extirpar la mafia del Foro de Sao Paulo”, dijo el empresario y político en un mensaje grabado. La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) ha manifestado estos dos días la intención de formar y animar a líderes de ultraderecha, sin complejos con sus valores e ideología, para alcanzar los gobiernos, sin embargo, cada poco, la política se llevaba un revolcón. “Desde que me metí en este nido de ratas que es la política…”, decía por ejemplo Milei en su discurso. Los insultos han sido feroces y aplaudidos en algunas de las ponencias. Especialmente ruda resultó la mesa que compartieron en la tarde del sábado algunos intervinientes mexicanos, que cargaron contra el presidente López Obrador y contra el ministro que preside la Corte Suprema, Arturo Zaldívar, sin paliativos, muy lejos de las bondades del catolicismo que han preconizado por encima de todas las cosas. “Sean evangelizadores, guerreros felices de la libertad”, les había recomendado a todos el exembajador de Estados Unidos en México Ted Cruz. Pero no parecían muy felices, sino más bien muy alterados. El presidente de la CPAC, Eduardo Verástegui.MÓNICA GONZÁLEZ ISLAS Los golpes no han sido solo para la izquierda. Repetidamente, la derecha clásica, por así decir, democrática, se ha llevado más de dos mandobles. “Derechita cobarde”, “no nos representa”, “políticos sin valor para defender a México”, “que roban votos a los conservadores para traicionar su ideología”. Se oyeron muchas cosas. También la necesidad de crear un partido político propio en México, que propuso el anfitrión de estas jornadas, Eduardo Verástegui. Le recibieron en ocasiones a gritos de “presidente, presidente”. Pero no parece México un terreno muy abonado aún para estas ideologías. También se dio por ganador Milei: “Voy a ser el próximo presidente de Argentina y voy a poner el país en pie”. Tendrá que esperar a la próxima ocasión, porque en la última no pudo ser. Los conferenciantes repitieron lo desafortunado que les parece que Latinoamérica sea hoy en día una región teñida de rojo. Países como Argentina, Chile, México o, recientemente, Colombia y Brasil, han supuesto un enorme disgusto para la extrema derecha. Esa es quizá la razón de tanto desasosiego e inquietud como han manifestado en este congreso. Y la reiteración de que no darán su brazo a torcer: “Sus días están contados, estamos listos para la pelea”, dijo la mexicana Elsa Méndez. Para todos ellos, los gobiernos de izquierda no traen más “que hambre, muerte y corrupción”. Por eso es importante, dijo Santiago Abascal, en un mensaje de 30 segundos interrumpido tecnológicamente, es decir, apagado antes de tiempo, que todos estén juntos “frente a la agresión del socialismo y del comunismo, que están terminando con la democracia a ambos lados del Atlántico”. Es hora de los valores y de conquistar otras políticas que no sea solo la económica, dijeron algunos, como el cine, la cultura. Milei se detuvo en la economía para hacer una chanza sobre las quejas de las mujeres “y su techo de cristal, que si son perjudicadas… si fuera verdad que cobran menos que los hombres, las empresas estarían llenas de mujeres”, bromeó. Y también hizo chistes del cambio climático: “Dicen que los seres humanos dañamos al planeta, si lo seguimos llevando a esos extremos vamos a morir todos y se va a quedar solo el planeta”. Mensaje del presidente de VOX España Santiago Abascal.MÓNICA GONZÁLEZ ISLAS Fuente: El País

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Obra pública es la mayor deuda del Gobierno

El presupuesto para la obra pública del Gobierno en 2023 contempla menos recursos. Su impacto no solo puede analizarse en lo económico sino en lo político.  ¿Cuál es la obra emblemática que dejará este Gobierno?, plantea el analista político Daniel Crespo. La obra pública no es un tema que se reduce a algo simple. Tiene que ver con lo que la gente y los electores pueden ver y palpar respecto del trabajo de su Gobierno. ¿Por qué es importante? Crespo dice que cuando un Gobierno no da importancia a este tema, su capital político se desgasta. Eso al menos en un proceso electoral como la consulta popular, que está en curso, puede ser determinante. Para este año, el Ejecutivo presupuestó USD 450,1 millones. Para 2023, la proforma entregada a la Asamblea Nacional establece USD 398,8 millones, es decir, una reducción de USD 51 millones. Una de las razones para sacrificar el gasto en obra pública es reducir el déficit fiscal. Es decir, en el país los ingresos son menores a los gastos. Para nivelar eso, el Ejecutivo ha optado por esta merma, aunque ha aumentado presupuesto para la seguridad ciudadana. El miércoles 16 de noviembre de 2022, en Radio City, el ministro de Economía, Pablo Arosemena, dijo que están aumentando la inversión social a la par de bajar el déficit. Mencionó que lo que ha pasado en gobiernos anteriores es que, a costo de lo social, se ha disparado el déficit; o al privilegiar bajar el déficit, se descuida lo social. Leonardo Gómez, coordinador del Observatorio del Gasto Público, señala que no se trata necesariamente de aumentar presupuesto a esa área. Dice que es importante la ejecución del mismo. Por ejemplo, el presupuesto inicial para obra pública en 2022 se estimó en USD 450 millones. Al cierre del primer semestre de este año eso creció y se asignaron USD 53,3 millones adicionales. De eso se usó un 15% durante los primeros seis meses de este año. Pero el tema no queda ahí. Gómez puntualiza que, al cierre de octubre pasado, el presupuesto bajó de nuevo a USD 478,6 millones. De eso se devengaron USD 209 millones; es decir, un 43,6%, faltando dos meses para terminar el año. Entonces, según el coordinador del Observatorio del Gasto Público, la reducción que propone el Gobierno responde a eso: es prudente considerando el bajo nivel de ejecución de 2022. “Debo ser enfático en que exigir una mayor cantidad de recursos o asignaciones presupuestarias, no garantiza que veamos obra”. Añade que la obra pública es uno de los mayores pendientes de este Gobierno. El actual régimen lleva en funciones un año y cinco meses. En lo que tiene que ver con infraestructura y obra pública, todavía no hay un gran hito que atribuirle. Por eso, Crespo insiste sobre qué quiere dejar el Gobierno al Ecuador. Considera que el dejar cuentas saneadas parece ser el objetivo del Ejecutivo durante su periodo. Sin embargo, eso implicaría desa­tender las necesidades más cotidianas de la gente y fortalecer la idea de la desconexión que tiene el Gobierno con la ciudadanía. Rubros considerados Para el Plan Anual de Inversiones de 2023 se contemplan USD 1 871,4 millones. Hay 321 proyectos. Entre estos están la reestructuración integral de infraestructura educativa, un proyecto para la creación de vivienda y la reconstrucción por el terremoto de 2016. Como ya lo ha publicado EL COMERCIO, en este rubro también constan los recursos para la Estrategia Nacional Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil. Hay que recordar que este es uno de sus programas emblemáticos. El 12 de noviembre pasado, el Legislativo empezó el tratamiento de la Proforma. En esa oportunidad, los legisladores cuestionaron que el Ministerio de Finanzas haya comparado el presupuesto codificado 2022 con el inicial de 2023. La Mesa Legislativa tiene un plazo de 10 días para presentar un informe. Fuente: El Comercio

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