Las llamadas “vacunas”, que bandas criminales cobran a negocios y viviendas de todo tipo, está pasando una alta factura a la industria camaronera, una de las más importantes del país.
De acuerdo a cifras del propio sector, los productores y exportadores gastan cerca de 80 millones de dólares al año para proteger su labor.
La protección, consistente en guardias de seguridad, cámaras y armas, es más acentuada en las camaroneras situadas en el Golfo de Guayaquil, donde prácticamente todos los días sufren ataques de hampones.
Ecuador exporta por año más de 1.000 millones de toneladas de camarón. Este movimiento atrae el interés de los delincuentes, que chantajean a las empresas tanto grandes como pequeñas.
Ni siquiera los pescadores artesanales, que a duras penas ganancias diarias de unos pocos dólares, se salvan de los criminales.
Un análisis señala que, durante el 2023, el sector camaronero sufrió 77 incidentes delictivos, que dejaron 4 muertos y 58 heridos.
Productores y exportadores aspiran que el nuevo Estado de Excepción, permita eliminar para siempre el chantaje de los “vacunadores”.