La vida de un policía es muy difícil. Y más aún cuando es asignado a zonas violentas y peligrosas.
La Policía identificó trastornos de personalidad en el personal del distrito Nueva Prosperina, situado en el norte de Guayaquil, y considerado el más violento del país.
De acuerdo a análisis sicológicos, este juego diario con el peligro provoca brotes de arrogancia, envidia o “autograndiosidad” del trastorno de personalidad. Como resultado, muchos gendarmes se creen invencibles.
En el caso de Nueva Prosperina, recientes evaluaciones llegaron a la conclusión, que algunos agentes desarrollaron algún grado de desorden narcisista de la personalidad, limítrofe, paranoide y antisocial. Se trata de desórdenes que son exacerbados y agravados por la exposición prolongada a condiciones laborales de estrés extremo y violencia.
Nueva Prosperina cuenta con 600 policías (480 operativos), y una población de 363.000 personas. Según el estándar de Naciones Unidas (2,8 agentes por cada 1.000 habitantes), el distrito debería contar con más de 1.000 uniformados.
El 25% de los uniformados afectados en Nueva Prosperina sufre trastorno limítrofe de la personalidad. Se trata de un perfil marcado por la agresividad y la ira (la violencia encarna más violencia), con riesgo de autoagresión y suicidio. Un 19% se clasificó como paranoide, un desorden marcado por la desconfianza injustificada, el celo y el rencor; alguien que se resiste además al cambio. Mientras que el restante 16% de los afectados se clasificó con desorden antisocial, que se refiere a rasgos de maldad, crueldad, deshonestidad o carencia de empatía. Se trata de un agente que podría incluso “pactar con las bandas delictivas”.