Los gobiernos de Colombia y Perú aceptaron recibir a sus ciudadanos detenidos en Ecuador, para que cumplan ahí el resto de sus sentencias.
Así lo anunció la canciller de la República, Gabriela Sommerfeld, en diálogo con “Punto de Orden”.
La ministra explicó que, por órdenes del presidente Daniel Noboa, inició contactos con autoridades de ambos países, a fin de coordinar la repatriación de los reclusos que están en suelo ecuatoriano.
El acercamiento trajo resultados positivos, y ambos países aceptaron, por ahora de forma verbal, la futura entrega de los presos.
El siguiente paso será enviar la lista detallada de cada detenido, con su historial, su proceso judicial y la respectiva condena.
Sommersfeld agregó que el traslado de prisioneros se realizará de forma coordinada. Un proceso que tardará algún tiempo, ya que son numerosos.
Hay corresponsabilidad
Esta decisión de Ecuador, de entregar reclusos extranjeros a sus países de origen, busca aliviar en algo la sobrepoblación de las prisiones, y también demostrar que el combate al crimen organizado transnacional, por su condición de tal, amerita corresponsabilidad.
La canciller anotó que, tratándose de delitos como narcotráfico y minería ilegal, por ejemplo, son tan responsables los países donde ocurren, como es el nuestro, como los que participan directa o indirectamente.
De ahí que agradeció el apoyo que empieza a llegar de otros estados, como Brasil, Argentina, Chile y Holanda, que se sienten partícipes de la situación, y quieren ayudar a Ecuador.
También hay iniciativas de las Naciones Unidas, ansiosa de promover programas que generen empleo para los jóvenes, y con ello se alejen de las organizaciones criminales.
No habrá salvoconducto para Jorge Glas
Por otra parte, la ministra reiteró que el gobierno no concederá el salvoconducto, para que el ex vicepresidente de la República, Jorge Glas, salga del país.
Glas se encuentra oculto en la Embajada de México, en Quito, desde que se le revocara el Habeas Corpus, con el cual salió de prisión antes de terminar su condena por el “Caso Sobornos”. Según Sommerfeld, de forma verbal le informaron que sigue ahí, tras fuertes rumores de que habría escapado.
El ex segundo mandatario planteó un pedido de prelibertad, que le fue negado por no cumplir todos los requisitos.
La canciller explicó que, al tener una sentencia en firme y una orden de captura, no se le puede aplicar la figura de “perseguido político”, y, por tanto, no reúne las condiciones para pedir salvoconducto.
Según los convenios internacionales, concederle ese beneficio violaría todas las normas, y así se lo señaló al gobierno mexicano.
Asimismo, la ministra prefirió bajar el tono de la polémica con la vicepresidenta Verónica Abad, a quien había conminado a no dar nuevas declaraciones.
Sommerfeld la invitó más bien a sumarse a la cruzada que lleva adelante el gobierno ecuatoriano, tanto para combatir la violencia como para rescatar las finanzas del país. En resumen, que sus declaraciones sumen, y no resten.
Finalmente, lamentó las expresiones amenazantes que lanzó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, contra su par de Ecuador, por el simple hecho de advertir que no reconocería elecciones que no sean libres.
La canciller recordó que la relación de países trasciende a los gobiernos y a los mandatarios, y se mostró segura de que este impasse será solucionado, con prudencia, sí, pero también con firmeza.