Se llama John Tinniswood, y es oficialmente el hombre más viejo del mundo. Tan viejo como para haber soplado 112 velas en su más reciente cumpleaños, recién el lunes pasado.
Nació el 26 de agosto de 1912 en la ciudad de Liverpool, en el noroeste de Inglaterra. Ahora vive en una residencia de ancianos en Southport, cerca de su ciudad natal.
El título oficial de “la persona más anciana del mundo” lo obtuvo en abril pasado, cuando falleció el venezolano Juan Vicente Pérez Mora, a los 114 años. En su habitación consta el documento oficial, que todos sus compañeros ven a diario cuando lo visitan.
Tinniswood tenía apenas 2 años cuando estalló la Primera Guerra Mundial, y acababa de cumplir 27 cuando comenzó la Segunda. Sirvió en un puesto administrativo del Ejército, localizando soldados varados y organizando suministros de alimentos. Gracias a esa época, es el veterano sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, de mayor edad del mundo. Y eso que quedan muy pocos.
Estuvo casado 44 años con Blowden, la madre de su hija Susan. Ella falleció en 1986, pero siempre la recuerda. Algo muy fuerte, pues han pasado 38 años desde entonces.
Tras el final de la guerra, Tinniswood trabajó como contador para una empresa, hasta que se jubiló en 1972.
Siempre dice que de joven fue muy activo, pero no tiene ningún otro argumento que justifique su longevidad. Ni siquiera en su alimentación, pues acostumbra todavía comer un plato tradicional de su región, que consiste en pescado y papas fritas.
Lo único que se le ocurre es que las personas como él, muy activas, estén protegidas contra enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y los problemas cardíacos.
