ABC.- Un estudio demuestra que encontrar formas de mantener un peso saludable y mantener bajo control el nivel de inflamación sistémica puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de sangre con la edad.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana que estudian la hematopoyesis clonal de potencial indeterminado (CHIP, por sus siglas en inglés), una afección sanguínea que puede aumentar el riesgo de cáncer de sangre, descubrieron que la obesidad estaba fuertemente asociada a esta afección. Sus hallazgos se han publicado en la revista «Journal of Clinical Investigation».
El CHIP es una enfermedad en la que las células sanguíneas acumulan mutaciones genéticas que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de sangre. Aunque el CHIP es frecuente en personas de edad avanzada, no se conocen bien los factores de riesgo que contribuyen a su aparición.
«Los resultados de nuestro estudio muestran que el sobrepeso o la obesidad pueden ser factores de riesgo de CHIP, ya que la obesidad provoca inflamación en el organismo y modifica la médula ósea, donde se producen las células sanguíneas. Esto aumenta el riesgo de cáncer de la sangre y enfermedades cardiovasculares», asegura el autor principal del estudio publicado Santhosh Pasupuleti, Ph.D., profesor de pediatría en el Centro Herman B Wells para la Investigación Pediátrica y un investigador en el IU Melvin y Bren Simon Comprehensive Cancer Center. «La importancia de nuestros hallazgos ofrece nuevas vías potenciales para el tratamiento en individuos con CHIP y obesidad».
Los investigadores analizaron los datos de más de 47.000 individuos con CHIP y encontraron que el 5,8 por ciento de la población estaba asociada con un aumento significativo en la relación cintura-cadera. Además, en los modelos de ratones con obesidad y CHIP utilizados en el estudio se observó que las células sanguíneas mutadas crecían con mayor rapidez.
«Nuestros estudios actuales y futuros se centran en la identificación de estrategias terapéuticas para mitigar la expansión y el rápido crecimiento de las células sanguíneas mutadas portadoras de CHIP», afirma Reuben Kapur, director del Centro Herman B Wells de Investigación Pediátrica, codirector del programa de Hematopoyesis y Tumores Hematológicos Malignos del Centro Oncológico Integral Melvin y Bren Simon de la UI y coautor del estudio. «Sorprendentemente, nuestros hallazgos iniciales sugieren que los medicamentos comunes utilizados para tratar la presión arterial y la diabetes pueden desempeñar un papel en la regulación del crecimiento de células sanguíneas mutadas. Otros estudios futuros se centrarán en examinar a las personas que toman este tipo de medicamentos y sus riesgos a largo plazo de desarrollar cáncer de sangre.»
Como parte de su estudio, los investigadores también probaron diferentes combinaciones de fármacos para atacar las células mutantes CHIP y encontrar posibles enfoques terapéuticos para la enfermedad. En general, la investigación sugiere que una mejor comprensión de la relación entre CHIP y la obesidad puede ayudar a identificar a los individuos en riesgo de desarrollar enfermedades como la leucemia y encontrar métodos para futuros tratamientos.