El Universo .- La cinta dirigida por James Mangold puede disfrutarse en cines de Ecuador desde este jueves 29 de junio.
“¿No hay otra historia?”. El actor Harrison Ford, hoy de 81 años, nunca dejó de preguntar sobre la posibilidad de volver a la pantalla grande en una nueva hazaña como Indiana Jones. Y finalmente, desde este jueves 29 de junio, sus fanáticos ecuatorianos pueden ver ese sueño hecho realidad tras el estreno de Indiana Jones y el dial del destino, dirigida ahora por James Mangold (Logan).
Nominado dos veces al Óscar, Mangold tiene una amplia experiencia en contar historias emocionalmente gratificantes sobre figuras históricas como Johnny Cash (Walk the line, 2005), y era igualmente experto en historias dramáticas sobre figuras foráneas. Sus películas, a menudo centradas en protagonistas fascinantes y conflictuados, invitan a la reflexión en medio del entretenimiento.
Esa experiencia lo convirtió en el elegido para tomar las riendas, dejadas por Spielberg, de la última aventura de Indiana Jones. “Es un director que tiene la misma sensibilidad que yo en cuanto al montaje, el ritmo, el desarrollo de los personajes y el equilibrio de las escenas. Pensé, si no hago otra película de Indiana Jones, la tiene que hacer James Mangold”, expresó el director de Jurassic Park.
Para Mangold, la experiencia de mirar Los cazadores del arca perdida cuando tenía 17 años en el Orange County Mall el día del estreno, en junio de 1981, fue inolvidable. Le fascinó el espíritu alegre de la clásica aventura, que tomó prestados estilos y técnicas de las décadas anteriores de la forma de arte cinematográfica. Era una combinación de persecuciones, suspenso, trompadas, romance y humor ingenioso, con una sensibilidad moderna única.
“Indiana Jones es un personaje que siempre nos sorprende. Puede ser egoísta y puede ser empático, puede ser valiente y puede ser un cobarde. Y Harrison es capaz de sostener todos estos elementos contradictorios. Indiana Jones no es un héroe griego del monte Olimpo, es un personaje muy humano. Creo que todas sus excentricidades, ansiedades, neurosis y manías forman parte de su atractivo. Pero tiene un superpoder y es que tiene muchísima suerte”, comentó Mangold.
Aunque los realizadores buscaron honrar el personaje, también consideraron que era importante reconocer la edad del protagonista, ya que Ford iba a tener 79 años durante la filmación. En consecuencia, ambientaron la película a fines de la década de 1960, una época en la que un héroe aventurero de la “generación grandiosa”, inspirado en las clásicas series de películas de los años treinta y cuarenta, ya parecería una reliquia.
“No esquivamos el hecho de que Indy envejeció 40 años desde que estamos contando la historia sino que lo aprovechamos”, comentó Harrison Ford. “Nos enfrentamos a los desafíos que él se enfrentó y le dimos verdadera humanidad y calidez a la historia. Es un trabajo admirable de imaginación el que se hizo para concebir el contexto dentro del cual se desarrolla la historia. Es muy audaz. Muy emocionante. Y muy valiente”.
Mangold explica: “Quería comenzar con el personaje de Harrison lo más lejos posible de Indy, de modo que el público sintiera la euforia de verlo cuando las circunstancias lo obligan a ponerse ese sombrero nuevamente. En 1969 ya nadie cree realmente en héroes como Indiana Jones. En muchos sentidos, la aventura que ideamos es una especie de rendición de cuentas entre un héroe de la vieja escuela y un mundo moderno ambivalente y aún más cínico”.