Sin visos de una nueva tregua en los próximos días, tras la pausa humanitaria de noviembre, Navidad se perfila como ‘día de duelo’ en esta ciudad de Cisjordania donde según la tradición cristiana, nació Jesucristo.
Las autoridades religiosas renunciaron a cualquier celebración «inútilmente festiva» en solidaridad con los palestinos que sufren en Gaza.
La iglesia de la Natividad, inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco, atrae normalmente a cientos de miles de turistas cada año.
Ahora los coches están aparcados en la plaza donde debían estar los peregrinos y los hoteles están vacíos.