El País .- El economista, que propone el fin del Estado y se opone al aborto, obtiene un 30% de los votos, según los resultados definitivos. La derecha tradicional queda segunda, apenas un puntos por delante del peronismo gobernante. Argentina votó al candidato que mejor captó la bronca acumulada por años de deterioro socioeconómico: Javier Milei. El economista ultraliberal, que se declara “anarco-capitalista”, está en contra del aborto, considera al cambio climático “una farsa” de la izquierda, propone el fin del Estado y se identifica con la ultraderecha de Vox en España, fue la sorpresa de las elecciones primarias al convertirse en el postulante a presidente más votado. Con más del 96% escrutado, obtenía el 30,1% de los votos, seguido del peronista Sergio Massa, con 20,9% y Patricia Bullrich, con casi 17%. La coalición opositora Juntos por el Cambio no pudo cumplir con el objetivo de ser la fuerza política más votada. La suma de votos entre Bullrich y su rival en la interna, Horacio Rodríguez Larreta, alcanzó el 28,3%, a más de dos puntos de distancia de Milei. El peronismo, en sus peores elecciones primarias desde 2011, quedó en tercer lugar, con el 27,2%. Las primarias dibujaron este domingo un escenario de tercios, una novedad en un país dominado desde hace años por dos grandes coaliciones: una liderada por el peronismo y la otra por la derecha representada en el expresidente Mauricio Macri. La irrupción de Milei lo cambió todo. Desde la periferia y prometiendo el “fin de la casta” política, el economista obliga a la política tradicional a barajar de nuevo. El expresidente argentino Mauricio Macri, junto a la dirigente de centroderecha Patricia Bullrich, durante el mitin tras conocerse los primeros resultados tras las elecciones primarias, el domingo, en Buenos Aires.JUAN IGNACIO RONCORONI (EFE) A estas primarias estaban convocados más de 35 millones de argentinos, que están obligados a participar en esta elección conocida como PASO. Los vencedores se disputarán la presidencia el próximo 22 de octubre. De ser necesario, habrá una segunda vuelta el 19 de noviembre. Los resultados son un terremoto de consecuencias impredecibles para el país sudamericano. A partir de ahora comienza una dura campaña electoral hacia las generales de octubre, en la recta final de un Gobierno peronista que no ha sido capaz de domar la inflación, que se ha más que duplicado en cuatro años, hasta el 115,6%. La mala elección del oficialismo debilita aún más al Ejecutivo de Alberto Fernández y complica el doble trabajo de Sergio Massa como ministro de Economía y candidato a la presidencia. Las opciones están ahora abiertas con vistas al 22 de octubre, pero el ambiente de la noche electoral —tras una elección con una participación del 70%, una de las más bajas de la historia— lo decía todo: mientras cientos de simpatizantes de Milei festejaban al grito de “la casta tiene miedo”, los alrededores del búnker peronista eran un desierto y en el de Juntos por el Cambio el ambiente era de derrota. Los seguidores del libertario celebraron el triunfo en las primarias como si fuese la elección definitiva. “¡Presidente!, ¡Milei presidente!”, estalló el búnker de La Libertad Avanza cuando se dieron a conocer los primeros resultados, pasadas las 22.30 horas. Milei se hizo esperar durante una hora con las primarias en el bolsillo. El ganador saltó al escenario calmo, con la sonrisa de un chiquillo. Un niño de no más de 10 años gritó un “¡Milei, te amo!”, y el histriónico economista tomó la palabra. “¡Viva la libertad, carajo!”, gritó tres veces. “Somos la verdadera oposición”, aseguró. “Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre, con los que vienen fracasando desde siempre”, disparó contra sus rivales. “Somos una alternativa que no solo dará fin al kirchnerismo, sino también a toda la casta política parasitaria que ha arruinado este país”. Milei y los suyos se ilusionan con ganar en primera vuelta el 22 de octubre. Según las leyes electorales argentinas, para ello necesitan sumar el 45% de los votos o el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre su seguidor inmediato. En estas primarias, La Libertad Avanza obtuvo en torno al 30% de los votos. La alegría de su partido se adivinaba desde la tarde. Esperaban los resultados el Hotel Libertador, un tradicional cuatro estrellas en el centro de Buenos Aires. Solo se permitía el ingreso de sus invitados, pero cientos de personas empezaron a congregarse contra las vallas desde las seis de la tarde. Adentro, entre música tecno y algún rocanrol, su gente adelantaba bocas de urna que ya le daban ese 30%. “Es un momento histórico para todos nosotros, impensable”, celebró su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, famosa por reivindicar la última dictadura. Faltaba media hora para conocer los resultados, y Villaruel se animó contra el Gobierno. “Tienen unos números sumamente elevados para La Libertad Avanza. Queremos reclamarle que informe estas cifras y cumpla con la palabra prometida”. Afuera cientos coreaban “la casta tiene miedo”, el canto de guerra de Milei contra los políticos. Javier Milei, en la sede de su campaña tras el cierre de los colegios electorales en Buenos Aires.NATACHA PISARENKO (AP) Un giro brusco hacia la derecha Las candidaturas de Milei y Bullrich suponen un giro brusco de Argentina hacia la derecha. Significan también el fracaso de la estrategia de diálogo que impulsaba Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires y rival de Bullrich en la coalición opositora, frente a las políticas de mano dura y de recorte de gasto social que anticipan ellos dos. Milei quiere prohibir la legalización del aborto aprobada en 2020. Defiende también la libre portación de armas y cree que la venta de órganos puede ser “un mercado más”. Promueve el cierre de los ministerios de Educación y Desarrollo Social y “quemar” el banco central, paso previo a una dolarización de la economía para terminar con la inflación. Bullrich, exministra de Seguridad de Mauricio Macri (2015-2017), promete endurecer las leyes contra la delincuencia y poner fin a los cortes