“Resulta que ahora soy loco. Soy loco por querer servir a mi país. Soy loco por impedir que continúe la corrupción en Ecuador”, declaró el presidente de la República, Daniel Noboa, en la provincia de Santa Elena, durante la colocación de la primera piedra de la futura nueva cárcel.
Sus expresiones fueron la respuesta a un posible plan, fraguado entre los bloques de oposición de la Asamblea, para declararlo “incapaz mental” y destituirlo del poder, como sucedió con Abdalá Bucaram en 1996.
“Soy loco porque quiero darle oportunidades a nuestros jóvenes que ahora están desempleados. Soy loco porque tengo planes ambiciosos, como construir cárceles de máxima seguridad”, acotó el mandatario en su intervención.
La jefa del bloque de ADN en el Parlamento, Valentina Centeno, había advertido sobre la aparente iniciativa de varios partidos, de formar una mayoría para deshacerse del presidente, utilizando la excusa de las declaraciones que ofreció a la revista estadounidense “The New Yorker”.
“Quieren declararlo loco. Quieren repetir las prácticas del viejo Congreso”, agregó la parlamentaria.
A pedido del correísta Blasco Luna, el Pleno aprobó una condena contra Noboa por sus expresiones en la publicación, y por su cuenta y riesgo resolvió extender disculpas públicas a los jefes de Estado mencionados en la entrevista, y pedirle al presidente que se abstenga de emitir criterios personales.
La nueva cárcel
Noboa dirigió el arranque de los trabajos de la futura nueva prisión.
La cárcel contará con tecnología de vanguardia, pabellones de máxima seguridad y capacidad para 800 reclusos. Se calcula que estará terminada en 300 días, es decir, poco menos de un año.
Entre las principales tecnologías incluirá: red de Datos y Cableado Estructurado; Data Center y Centro de Control; Bloqueadores de Señal Celular y WiFi; Sistema avanzado de vigilancia con cobertura integral y control remoto; Control de Acceso; Esclusa Vehicular; Detección Perimetral; Detección de Incendios; Detectores de metales, entre otros.
Esta cárcel de máxima seguridad de Santa Elena costará 52 millones de dólares.
“El sistema penitenciario estaba secuestrado y humillado por las organizaciones criminales, que habían convertido a las cárceles en sus centros de operaciones. Por eso, para que la gente no se olvide, el nombre de esta cárcel va a ser la Cárcel del Encuentro”, dijo el mandatario.
Noboa anotó que hoy existe orden en los centros penitenciarios.
“Aquí estarán corruptos, asesinos y narcotraficantes. Este será un símbolo de justicia para los ecuatorianos”, agregó el gobernante.
La futura prisión estará ubicada en el territorio de Juntas del Pacífico. Según el gobierno, será igual a las cárceles que construyó el presidente Nayib Bukele, en El Salvador.
