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Ecuador: julio 26, 2024

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Ecuador, julio 26, 2024
Ecuador Continental: 22:57
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FDA alerta de posible contaminación con plomo en puré de frutas WanaBana

Primicias .- La agencia de regulación de alimentos de Estados Unidos (FDA) pidió a padres no comprar tres productos para niños, por posible contaminación con plomo. Uno de ellos es fabricado en Ecuador. En una alerta emitida inicialmente el 3 de noviembre, la agencia de regulación de alimentos y medicamentos de Estados Unidos (FDA) urgió a los padres no comprar ni alimentar a los niños con el puré de frutas WanaBana, una marca hecha en Ecuador. La advertencia surge por una posible contaminación con plomo, que podría enfermar a los infantes, y solo está vigente para Estados Unidos y no otros países. “La mayoría de niños no tiene síntomas inmediatos. Pero si existe una posibilidad de que el menor haya estado expuesto al plomo, los padres deben hablar con el médico y someter al niño a una prueba de sangre”, recomienda la FDA. Según la FDA, el pasado 3 de noviembre se recibieron informes de siete casos de intoxicación en cinco estados posiblemente relacionados con puré contaminado. La agencia luego extendió la alerta hacia otras dos marcas de purés de frutas: Schunnck Markets y Weis Markets. Tras recibir la advertencia, la agencia de noticias AP y otros medios estadounidenses han indicado que la empresa WanaBana de Coral Gables, Florida, “retiró previamente todos los lotes de su puré de manzana y canela”. WanaBana es una marca fabricada originalmente en Ecuador y en su portal web emitió un comunicado indicando los lotes de los productos que retiró del mercado, para que los padres o compradores tengan conocimiento de los empaques contaminados. Además, informó que el retiro de los lotes fue voluntario y que “está trabajando directamente con la FDA para hallar la fuente de la contaminación“, en los productos.

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El ‘impuesto saludable’ más ambicioso de Latinoamérica se estrena en Colombia

El País .- La medida de salud pública impone una tasa progresiva inicial del 10% a una serie de alimentos y preparaciones ultraprocesadas como las bebidas azucaradas, los dulces o algunos embutidos Para diversos expertos en salud pública de Chile y México caben pocas dudas. Los impuestos a una serie de alimentos y preparaciones ultraprocesadas que entran hoy en vigencia en Colombia constituyen la batería de medidas en salud pública más ambiciosa de la región. En otros países ha habido avances, por ejemplo, en la regulación de la publicidad en horarios familiares y el etiquetado frontal con los valores nutricionales de los productos. O en la implementación de políticas fiscales enfocadas, sobre todo, en gravar a las bebidas azucaradas. Pero la llamada “ley de comida chatarra” colombiana, impulsada por colectivos de la sociedad civil e incluida dentro de la reforma tributaria del presidente Gustavo Petro, engloba la visión más completa hasta el momento, según los observadores. Por ejemplo, Guillermo Paraje, reconocido economista de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, afirma: “En Chile no hay impuestos por ingredientes en alimentos. El caso colombiano es bastante novedoso y yo diría que es el más avanzado a nivel regional e inclusive entre los más adelantados a nivel mundial, porque no conozco otros casos de países que hayan puesto impuestos a los alimentos ultraprocesados de manera tan comprensiva”. Se trata de una medida muy resistida por las grandes corporaciones desde hace años. El pulso legislativo en Colombia, al igual que otros países, ha estado marcado por la mano dura del lobby empresarial y los debates en torno a la efectividad de estas medidas sobre la salud pública. De acuerdo con la nueva reglamentación, el gravamen para las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados será gradual. Durante lo que resta de este año recibirán un aumento del 10%, luego un 15% en 2024, hasta llegar al 20% en 2025. En el caso de las bebidas, el impuesto se ajustará desde los 18 pesos según la concentración de azúcar por cada 100 mililitros. La postura de la industria ha sido de total escepticismo. Uno de los argumentos más repetidos es que los mayores afectados serán los pequeños tenderos y productores con poco margen de maniobra para adaptar la composición de sus productos a niveles saludables. También millones de colombianos aquejados por las dificultades económicas y la escalada en el precio de los alimentos, con una inflación que se disparó entre 2021 y 2022 y se viene reduciendo lentamente. La última carta de los industriales fue una serie de demandas que la Corte Constitucional desestimó el pasado 25 de octubre. Una postura que la activista Paulina Magaña, de la oenegé mexicana Poder del consumidor, pone en contexto: “En México fue igual. En los primeros años hubo estudios científicos patrocinados por la industria para sugerir que el impuesto a las bebidas azucaradas, que se introdujo en 2014, no funcionó”. Trabajos de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana han evidenciado que entre los riesgos asociados a la mortalidad en Colombia se hallan al alza las cifras de hipertensión o pre hipertensión. Algo más del 40% de la población, tanto adulta como infantil, padece de alguna de estas dos condiciones. Y los trabajos académicos revelan que uno de los mayores problemas es el alto nivel de consumo de sal. Por eso, desde diversas organizaciones médicas y civiles se han adelantado campañas cada vez más incisivas para atenuar el consumo de alimentos altos en sodio, azúcares añadidos o grasas saturadas. Las cifras de obesidad y sobrepeso también han ido aumento. Y para 2021 el ministerio de Salud calculaba que un 56,4% de los colombianos tenían exceso de peso. Una suma de realidades que rivalizan con las aprehensiones económicas del sector comercial, desde donde pocas fórmulas para desalentar el consumo de la comida etiquetada como chatarra se ajustan a sus expectativas. “Un salchichón de tienda, por ejemplo, que tiene menos carne que aditivos, quedó exento del gravamen”, se queja en una columna del diario El Tiempo el empresario Thierry Ways. A su juicio los parámetros utilizados por el Ejecutivo para categorizar los productos ha sido una “chambonada”. En cambio, añade, “un jamón serrano, que tiene dos ingredientes naturales -carne y sal-, quedó gravado”. Ways subraya que no todo “procesamiento” es negativo y que la política debió enfocarse en mejorar la calidad de los alimentos. La experiencia con las políticas saludables en los casos mexicanos y chilenos parece haber arrojado, sin embargo, otras perspectivas. De acuerdo con el economista Guillermo Paraje, el “consumo de algunas categorías que antes se vislumbraban saludables, pero no lo eran tanto como se pensaba, cayó”. Habla de algunos cereales, yogures o postres. “Esto obligó a la industria a disminuir los niveles críticos de sus compuestos”. De igual forma, cita dos estudios publicados en revistas especializadas estadounidenses donde participó. Los investigadores concluyeron en 2022 que el etiquetado frontal en Chile no “cambió los costos de producción de las empresas ni se traspasó a los consumidores en los precios finales”. La pediatra chilena Lorena Rodríguez, que fue jefa de nutrición en el ministerio de Salud de su país refuerza lo anterior y explica que en el proceso la industria se suele adaptar al contexto. Las empresas se ven abocadas a reducir los niveles de azúcares, calorías o sodio y el público se abstiene de comprar productos más costosos y que además tienen efectos perjudiciales sobre la salud.

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Obesidad infantil, el lado oculto de la malnutrición en Ecuador

Primicias .- El sobrepeso y la obesidad atacan al 5,5% de los niños menores de cinco años. La mayor prevalencia se concentra en las familias con más ingresos económicos. La Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil (ENDI), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), revela que la alimentación de cientos de niños en el país se basa en productos ultraprocesados y altos en azúcar. Esto ha provocado que el 5,5% de niños menores de cinco años sufra de sobrepeso u obesidad.   A pesar de esta preocupante cifra, las autoridades se refieren poco al tema porque han concentrado sus esfuerzos en la lucha contra la desnutrición crónica infantil.   No obstante, la ENDI muestra que el sobrepeso y la obesidad afectan de manera similar a los niños que viven en las ciudades y en las zonas rurales.   Los datos de la investigación detallan que el 5,4% de los niños menores de cinco años que viven en la ruralidad sufren de alguna de estas dos condiciones. Este porcentaje crece hasta el 5,6% en los niños de la misma edad que viven en las ciudades, aunque hay algunos cantones que superan ese porcentaje. En Cuenca, por ejemplo, llega al 5,8% y en Guayaquil, al 7%. Mientras que, en Quito, este indicador es del 4,7%. Con relación a la prevalencia del sobrepeso y obesidad en los quintiles poblacionales, la ENDI señala que los niños que viven en los hogares con mayores ingresos económicos son quienes más sufren de estos problemas de salud.   En ese sector de la población, el porcentaje de niños menores de cinco años que tienen una de las dos condiciones alcanza el 7,2%, llegando al 5,4% en el quintil 4, y al 4,7% en el quintil 3. Mientras que, en los quintiles 1 y 2, el sobrepeso y la obesidad están presentes en el 5,1% y 5% de los niños del mismo rango etario. A Flourish chart Bebés con sobrepeso y obesidad Durante el levantamiento de información para la ENDI, los técnicos del INEC identificaron a bebés que también tienen sobrepeso u obesidad. Cifras de la investigación aseguran que el 5,5% de bebés de entre cero y cinco meses padecen alguna de estas dos condiciones. Aunque la mayor prevalencia se presenta en los niños de 6 y 11 meses, pues el 7,3% de ellos fue diagnosticado con uno de estos problemas de salud. Mientras que en el otro lado se encuentran los bebés de entre 24 y 35 meses, con un 4,7% de su población con sobrepeso o desnutrición. Uno de los datos más llamativos del estudio muestra que los niños blancos son los que tienen más sobrepeso u obesidad, con el 6,8%. En las otras etnias, estos son los porcentajes: Mestizos: 5,7% Montuvio: 5,5% Afroecuatorianos: 5,1% Indígenas: 47% Provincias con más sobrepeso y obesidad Imbabura, con el 9,88%; El Oro, con el 8,55%, y Zamora Chinchipe, con el 7,42%, son las provincias con la mayor cantidad de niños menores de cinco años con sobrepeso y obesidad. Mientras que Napo, Pastaza, y Cotopaxi, con una prevalencia menor al 4%, registran los mejores indicadores. El titular de la Secretaría Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, Erwin Ronquillo, sostiene que los próximos gobiernos deben implementar campañas de educación para que las familias opten por dietas nutritivas que impulsen el desarrollo integral de los niños. Sobrepeso y obesidad en niños menores a 5 años en Ecuador

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La OMS declara el edulcorante aspartamo como “posiblemente cancerígeno” para los humanos

El País .- La agencia del cáncer admite que la evidencia científica es “limitada” y el comité de expertos mantiene el umbral de ingesta admisible en 40 miligramos por kilo de peso al día.   La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el edulcorante aspartamo, presente en refrescos bajos en calorías, chucherías e incluso medicamentos, es “posiblemente cancerígeno” para los humanos. La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), el órgano de la OMS que se encarga de identificar el potencial cancerígeno de las sustancias, ha concluido, tras estudiar la evidencia científica disponible, que este endulzante puede tener capacidad para causar cáncer en la población. Lo cataloga, eso sí, dentro del nivel 2B, que es el penúltimo escalón dentro de su pirámide de identificación de peligros: esto significa que la evidencia es muy limitada y, si bien la seguridad no es preocupante en las dosis que se usan habitualmente, sí se han descrito potenciales efectos dañinos. Con todo, el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), que se encarga de aterrizar estos riesgos sobre la población y establecer una dosis de ingesta diaria admisible, también ha evaluado la evidencia disponible y ha decidido mantener la recomendación de ingesta diaria admisible que ya tenía: 40 miligramos por kilo de peso al día.   El aspartamo, que es hasta 200 veces más dulce que el azúcar, está en miles de productos. Se usa como endulzante de mesa o para edulcorar bebidas refrescantes bajas en calorías, chicles, gelatinas, cereales para el desayuno, yogures, helados, pasta de dientes o en algunos fármacos. La JECFA avaluó la seguridad de esta sustancia en 1981 y estableció el consumo máximo recomendable en 40 miligramos por kilo de peso al día: por debajo de esa cantidad, el consumo de esta sustancia era seguro. Ahora, sin embargo, y “dada la disponibilidad de nuevos resultados de investigación”, explicó la IARC, un comité de 25 expertos independientes ha evaluado por primera vez el potencial del aspartamo para causar cáncer. La JECFA, por su parte, también ha hecho un reanálisis de los estudios para evaluar los riesgos y afinar, si acaso, la ingesta recomendada en la calle. Una parte de estas revisiones se ha publicado este viernes en la revista The Lancet Oncology.   Los resultados de la nueva revisión científica de la IARC concluyen que el aspartamo es “posiblemente cancerígeno” para los humanos. Esto es, un nivel 2B en la escala de clasificación de la agencia. Según el baremo de la IARC, esto significa que hay evidencia limitada, pero no contundente, de cáncer en humanos o evidencia convincente de cáncer en animales de experimentación, pero no ambas. O también puede ser que solo sean robustas las evidencias sobre los mecanismos de acción de este agente para provocar cáncer. En este caso, la IARC encontró que las pruebas eran limitadas en las tres corrientes de estudio (humanos, animales de experimentación y evidencia mecanicista), pero sí vio indicios que invitan a poner una bandera de alerta.   “Esta clasificación refleja la solidez de la evidencia científica sobre si un agente puede causar cáncer en los seres humanos, pero no refleja el riesgo de desarrollar cáncer ante una exposición determinada”, matizó Mary Schubauer-Berigan, jefa del Programa de Monográficos de la IARC, durante la rueda de prensa. El aspartamo no es, de hecho, el único aditivo alimentario analizado por la IARC: ya ha estudiado más de 70, entre ellos, la sacarina o el ciclamato, ambos catalogados en el nivel 3, el último de la clasificación y que indica que no hay evidencia de que sean cancerígenos.   El aspartamo está en el mismo nivel que el plomo o el escape de un motor de gasolina. Es decir, la evidencia científica sobre su potencial para causar cáncer es similar, pero eso no implica que el riesgo sea el mismo. Como esta clasificación no indica el grado de riesgo de desarrollar cáncer ante una exposición determinado, “el riesgo de cáncer (a niveles de exposición típicos) asociado con dos agentes clasificados en el mismo Grupo IARC puede ser muy diferente”, advierte el órgano de la OMS. Así, el tabaco y la carne procesada, por ejemplo, están en el nivel más alto del baremo —son “cancerígenos”—, pero el riesgo real ante su exposición habitual no es el mismo.   Schubauer-Berigan concretó que, en el análisis sobre el aspartamo, se detectó una asociación entre el consumo de bebidas con endulzantes artificiales y un tipo de cáncer de hígado en tres estudios con cohortes de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, puntualizó, “a pesar de los resultados positivos consistentes en estos tres estudios, el grupo de trabajo llegó a la conclusión de que el azar, el sesgo y la confusión no podían descartarse con una confianza razonable y, por lo tanto, concluyó que las pruebas eran limitadas”. En tres estudios con animales de experimentación, los expertos constataron que había una mayor incidencia de tumores en ratones y ratas, pero acabaron por considerar también que había evidencia “limitada” por dudas sobre el diseño de los estudios y la interpretación de los datos. La IARC también consideró que la evidencia mecanicista (si el agente presentaba características claves de los carcinógenos) era limitada, aunque había algunas pruebas que apuntaban a que el aspartamo induce el estrés oxidativo o la inflamación crónica.   Más investigación La jefa de Programas Monográficos de la IARC matizó que, más que una afirmación directa de que el aspartamo conlleva riesgos conocidos de cáncer, esta revisión científica y la clasificación de esta sustancia como posible carcinógeno puede servir de “llamamiento a la comunidad investigadora para que trate de aclarar y comprender mejor el peligro carcinogénico que puede o no representar el consumo de aspartamo”.   Precisamente, la poca contundencia de la evidencia científica en la relación entre el aspartamo y el cáncer ha llevado a la JECFA a mantener sin cambios sus recomendaciones, indicó Francesco Branca, director del Departamento de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la OMS: “La principal conclusión fue que no había pruebas convincentes a

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Un informe de la ONU revela que un total de 735 millones de personas padecen hambre en el mundo

Infobae .- El estudio muestra que en lugares del mundo como Asia occidental, el Caribe y todas las subregiones de África se enfrentan a crisis alimentarias cada vez más graves     Un total de 735 millones de personas padecen hambre en el mundo este 2023, un dato que supone 122 millones más de personas que en 2019, según datos de la última edición del informe ‘El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo’ (SOFI), publicado este miércoles 12 de julio por cinco organismos especializados de las Naciones Unidas. En concreto, en el informe han participado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Ante estas cifras, las organizaciones advirtieron que si las tendencias continúan como están, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de poner fin al hambre para 2030 “no se podrá alcanzar”. En este sentido, los representantes de los cinco organismos de las Naciones Unidas han señalado que cumplir “la meta de los ODS de alcanzar el Hambre cero de aquí a 2030 supone un reto abrumador”. De hecho, han indicado que se prevé que casi 600 millones de personas seguirán padeciendo hambre en 2030. Asimismo, destaca que los principales factores de inseguridad alimentaria y malnutrición son la “nueva normalidad”. “No tenemos otra opción más que redoblar nuestros esfuerzos para transformar los sistemas agroalimentarios y aprovecharlos para alcanzar las metas del ODS 2″, añade. Según el informe, las cifras mundiales del hambre se mantuvieron relativamente estables entre 2021 y 2022. Además, en 2022 se observaron progresos en la reducción del hambre en Asia y América Latina. ARCHIVO – Una mujer etíope recoge porciones de guisantes amarillos para entregarlas a familias que esperan. Los alimentos fueron distribuidos por la Sociedad de Auxilios de Tigray en Agula, en el norte de Etiopía, 8 de julio de 2021. (AP Foto/Ben Curtis, File) Sin embargo, el estudio muestra que en lugares del mundo como Asia occidental, el Caribe y todas las subregiones de África se enfrentan a crisis alimentarias cada vez más graves. Así, África sigue siendo la región más afectada, ya que una de cada cinco personas se enfrenta al hambre, más del doble de la media mundial. “Hay rayos de esperanza, algunas regiones están en vías de cumplir ciertas metas nutricionales para 2030. No obstante, en general, necesitamos un intenso esfuerzo mundial inmediato para rescatar a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Debemos fomentar la resiliencia frente a las crisis y perturbaciones que causan inseguridad alimentaria, desde los conflictos hasta el clima”, señaló el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres. El aumento de la urbanización Según el informe, el aumento de la urbanización se analiza como una “megatendencia” que incide en los alimentos que consumen las personas y el modo en que lo hacen, ya que se prevé que en 2050 casi siete de cada diez personas vivirán en ciudades, por lo que los gobiernos y otros agentes que trabajan para combatir el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición “deben intentar comprender estas tendencias de la urbanización y tenerlas en cuenta al formular sus políticas”, según las organizaciones. En este sentido, han explicado que el concepto de división entre el medio urbano y el medio rural “ya no es suficiente para comprender de qué manera la urbanización está configurando los sistemas agroalimentarios”. “Se necesita una perspectiva más compleja de todo el continuo rural-urbano que tenga en cuenta tanto el grado de conectividad que tienen las personas como los tipos de conexiones que existen entre las zonas urbanas y rurales”, afirma. Aun así, indica que por primera vez, esta evolución se documenta de forma sistemática en once países. Por otro lado, el informe muestra que las compras de alimentos son “significativas” no solo entre los hogares rurales, sino también a lo largo del continuo rural-urbano, incluidos los que residen lejos de los centros urbanos. Asimismo, los datos indican que el consumo de alimentos altamente procesados también está aumentando en las zonas periurbanas y rurales de algunos países. En este sentido, la inseguridad alimentaria afecta más a las personas que viven en las zonas rurales (33%) que a las que viven en zonas urbanas (26%). También la prevalencia del retraso del crecimiento en niños es mayor en las zonas rurales (35,8%) que en las zonas urbanas (22,4%). Asimismo, la emaciación es mayor en las zonas rurales (10,5%)que en las urbanas (7,7%), mientras que el sobrepeso es ligeramente superior en las zonas urbanas (5,4%) en comparación con las zonas rurales (3,5%). Por ello, en el informe se recomienda que, para promover eficazmente la seguridad alimentaria y la nutrición, las intervenciones en materia de políticas, las medidas y las inversiones “deben guiarse por una mayor comprensión de la compleja y cambiante relación que existe entre todo el continuo rural-urbano y los sistemas agroalimentarios”.

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Una revisión de estudios desde hace 40 años confirma que las dietas vegetariana y vegana reducen las grasas en sangre

El País .- Los resultados apuntan a un posible beneficio cardiaco de las dietas vegetales sanas que ya se había observado con anterioridad   Las dietas veganas o vegetarianas están asociadas a una menor concentración de lípidos en sangre como el colesterol. Como algunos de estos lípidos producen ateroesclerosis al acumularse en las paredes de las arterias, seguir este tipo de alimentación puede reducir el riesgo de sufrir algunas enfermedades cardiovasculares. Esta es la conclusión de un análisis de una treintena de ensayos clínicos realizados durante los últimos 40 años que se acaba de publicar en la revista European Heart Journal. Los investigadores, liderados por Ruth Frikke-Schmidt, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), enmarcan la relevancia de sus resultados en la agenda de desarrollo sostenible de Naciones Unidas, que plantea reducir en un tercio la mortalidad prematura provocada por enfermedades no transmisibles, como el cáncer o las dolencias cardiacas.   El trabajo apunta como posible explicación de los efectos de las dietas sin carne a un mayor consumo de grasas poliinsaturadas y fibra y a una menor ingesta de grasas saturadas y de la cantidad total de grasa. Sin embargo, no descartan que los efectos de la pérdida de peso asociada a estas dietas pudiese explicar también los resultados. También recuerdan que una parte muy importante del modo en que se acumulan lípidos en las arterias depende, más que de la dieta, de una cuestión genética. Por ese motivo, muchas personas, pese a seguir las recomendaciones de estilo de vida de los organismos sanitarios, necesitan estatinas para mantener los niveles de colesterol en los márgenes considerados saludables. En el estudio, los autores señalan que “combinar las estatinas con una dieta a base de plantas tendrá, probablemente, un efecto sinérgico” y que la dieta vegetariana puede permitir una reducción del consumo de estos fármacos y de sus efectos secundarios.   Pablo Alonso Coello, investigador del Centro Cochrane Iberoamericano (IIB Sant Pau), en Barcelona, dice que “esta revisión confirma más o menos lo que sé sabia [sobre estas dietas], que mejoran el perfil lipídico”, pero cuestiona el salto que dan los autores al hablar de efectos sobre la salud. “No hay datos de desenlaces cardiovasculares”, advierte. “No hay ensayos clínicos que informen sobre desenlaces cardiovasculares relevantes como infartos, mortalidad cardiovascular o ictus, solo hay estudios observacionales”. Alonso cita otro análisis de 40 estudios con más de 35.000 participantes publicado recientemente en la revista BMJ en el que se observó que la dieta mediterránea, que no es exclusivamente vegetariana, y la baja en grasas, son las que tienen una evidencia más sólida en cuanto a la reducción de problemas cardiovasculares. “En el mismo análisis, dos dietas consideradas vegetarianas no salieron tan bien paradas”, añade el investigador, que afirma que las dietas vegetarianas o veganas estrictas pueden ser problemáticas para poblaciones de riesgo, como embarazadas o niños, porque requieren una buena planificación y suplementos que suponen un coste.   En declaraciones recogidas por el Science Media Center, Tom Sanders, catedrático emérito de Nutrición y Dietética del King’s College de Londres, recuerda que “los grandes ensayos con medicación reductora del colesterol muestran que una reducción de 1 milimol en el colesterol LDL [el conocido como colesterol malo] se asocia con una reducción del 10% en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y una reducción del 20% en los episodios de estas enfermedades”. Para este especialista, con los resultados de la revisión, se esperaría que, frente a dietas omnívoras, las dietas basadas en plantas disminuyesen el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular en un 3% y el impacto de estas dolencias en un 6%. “Estos resultados son coherentes con los estudios observacionales que constatan que los vegetarianos/veganos tienen una menor incidencia de cardiopatía isquémica, pero no de ictus”, concluye.   Otro de los aspectos importantes de la interpretación de los resultados es el tipo de dieta vegetariana que se sigue. Las frutas y verduras y los cereales integrales pueden ser beneficiosos, pero eso no sucede con las que incluyen harinas refinadas, como las de algunos tipos de pan o pasta, o tienen mucha grasa y sal, como en el caso de algunos ultraprocesados vegetarianos. En esos casos, como en de todos los tipos de alimentos ultraprocesados, un consumo frecuente es nocivo para la salud.   Los resultados publicados por el European Heart Journal apuntan a un posible beneficio para la salud cardiaca de las dietas vegetarianas y veganas sanas que ya se había observado con anterioridad. En una guía de la Asociación Estadounidense del Corazón, este tipo de dietas quedaron en cuarto lugar en la clasificación cardiosaludable por detrás de la dieta DASH (baja en sal y alta en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas magras, pensada para controlar la tensión), la mediterránea, la pescetariana, en la que la proteína solo procede de pescados y mariscos, y la vegetariana (incluyendo la que admite huevos, lácteos o ambos). Todas estas dietas sanas tienen en común la abundancia de frutas y verduras y cereales integrales, aunque no sean estrictamente vegetarianas. Además de señalar el potencial de las dietas a base de vegetales para reducir el riesgo de algunas dolencias cardiovasculares, los autores del estudio, en sus conclusiones, apuntan al beneficio medioambiental de un cambio poblacional a una alimentación de este tipo.  

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Acusan a pareja de pertenecer a una secta, porque dejaron morir de hambre a su bebé al someterlo a una ‘dieta solar’

El Universo .- Se sospecha que el pequeño sufría de neumonía y delgadez excesiva a causa de la inanición. Creen que el papá dirige una secta. El caso impacta desde Rusia “Inanición prolongada”. Esa es la causa de muerte de un bebé y el deceso es comentado en redes sociales por cuanto da dolor saber que el nené falleció de ¡hambre! El infante solo vivió un mes y por el impactante caso están siendo procesados sus padres. La noticia se ha viralizado las últimas horas, pese a que la noticia se dio a conocer hace un mes. Los progenitores son de Rusia. Oxana Mironova, de 33 años, está bajo investigación por causar la muerte por negligencia, mientras que su pareja, Maxim Lyutyi, de 43 años, fue arrestado por resistirse a la policía, divulga Clarín. Mironova permanece estará bajo arresto domiciliario durante dos meses, por decisión de un juez. Dieta solar como reemplazo de la comida y el agua Maxim Lyutyi se presenta como una persona de hábitos alimentarios sanos. La prensa dice que “aconsejaba alimentarse de la energía del sol como reemplazo de la comida y el agua”. El bloguero rechaza los alimentos y el agua convencionales por la energía y los nutrientes que emite el sol, explican medios. La pareja intentó que el bebé comiera prana, una dieta en la que las personas se quedan sin comida ni agua durante mucho tiempo y se ‘alimentan del sol Daily Star cita a Caution News El Daily Star publica sobre los papás del nené: El dúo ha sido descrito como aquellos que creían que podían “alimentarse de la luz del sol” y se reveló que su bebé de un mes murió de “inanición prolongada”. Al hombre lo tildan de crudiveganista radical. Junto con Mironova había fundado The Living Man, un club centrado en mejorar la salud de sus miembros. Daily Star Lyutyi intentó implementar su “sistema de nutrición” en el bebé, informa The Sun, citado en el nombrado medio argentino. Ese sujeto es conocido como “un propagandista de los alimentos crudo” y un entrenador de estilo de vida, dijo Mash Media. Es autor de métodos de “limpieza del cuerpo”, agrega Infobae. ¿Se trata de una secta? El niño, que vino al mundo cerca de la ciudad de Sochi, una ciudad turística del Mar Negro, “puede haber muerto después de ser puesto bajo una estricta ‘dieta solar”. El doloroso caso tiene amplia difusión mediática. En Zvezda News amplían que “la investigación preliminar sobre la muerte del bebé mostró que había muerto de agotamiento severo”. Infobae publica al respecto que se sospecha que el pequeño sufría de neumonía y emaciación (delgadez excesiva) a causa de la inanición. Los doctores, complementan, confirmaron que el bebé murió trágicamente debido a una “hambruna prolongada”. El hombre se describe como un maestro del trabajo con el cuerpo y la conciencia y ofrece curación a sus clientes. Publica Daily Mail, dice Infobae En medio de esta polémica muerte, una dura versión se suma al tema. Para la familia de Mironova, ella era una “esclava” de Lyutyi, y que el influencer del estilo de vida dirigía una “secta”, reseña Infobae. Citan a la abuela del niño fallecido, de nombre Galina, quien anota que Lyutyi “prohibió” a Mironova amamantar a su bebé, pero aclara que la madre lo hizo en secreto de todos modos. “Estaba en contra de que mi hija estuviera en esta secta. Le dije que Maxim estaba loco, pero ella no me escuchó”, asevera Galina.

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La dieta cetogénica facilita la reparación de las células musculares, según científicos de EE.UU

Un estudio de la Universidad de Stanford detectó que seguir una dieta rica en grasas y baja en carbohidratos y azúcares proporciona a las células una mejor protección contra el estrés, similar al ayuno.   La dieta cetogénica implica consumir alimentos ricos en grasas y restringir drásticamente los carbohidratos y azúcares. Para cumplirla entre el 60% y el 80% de las calorías deben provenir de la grasa, según Jason Ewoldt, dietista de bienestar del Programa para Vida Sana de Mayo Clinic de Estados Unidos. Además, incluye cantidades moderadas de proteínas y menos de 50 gramos de carbohidratos al día.   Si bien es una dieta que se ha hecho famosa en los últimos tiempos, existe desde hace mucho. Ewoldt comentó que los médicos comenzaron a indicarla en la década de 1920 para tratar a los niños con epilepsia, y todavía se usa a veces para eso. Sin embargo, en la actualidad, está adquiriendo relevancia para la pérdida de peso o porque logra resistencia en deportistas. Un estudio reciente de la Universidad de Stanford reveló que una dieta rica en grasas y baja en carbohidratos y azúcares desubrió que la dieta cetogénica, a menudo denominada keto, puede ayudar a las células madre musculares a sobrevivir al estrés y permitir que una persona viva más tiempo. “Descubrimos que el ayuno induce la resiliencia en las células madre musculares”. Las dietas cetogénicas son extremadamente bajas en carbohidratos y azúcares, pero muy altas en grasas. Esto entrena al cuerpo para volverse eficiente en la quema de grasa y para convertir la grasa en energía.   Con el auge de la dieta en algunas comunidades se ha generado cierta controversia por algunas advertencias de que podría causar deficiencias de nutrientes y otros problemas a largo plazo.   Los investigadores, que publicaron sus hallazgos en Cell Metabolism,descubrieron que proporciona muchos de los mismos efectos positivos a las células de una persona que el ayuno. La dieta cetogénica es un plan de alimentación bajo en hidratos de carbono y rico en grasas que comparte muchas similitudes con las dietas Atkins y aquellas bajas en carbohidratos (Getty Images) En una prueba con ratones, los investigadores encontraron que aquellos que ayunaron de uno a dos días y medio tenían células musculares más resistentes. Si bien tardaron más en repararse cuando se dañaron, las células en ratones que estaban en ayunas tenían muchas menos probabilidades de sufrir daños.   “Descubrimos que el ayuno induce la resiliencia en las células madre musculares para que sobrevivan durante la privación y estén disponibles para reparar los músculos cuando los nutrientes estén nuevamente disponibles”, aseveró el doctor Thomas Rando, profesor de neurología en Stanford en un comunicado de la Universidad.   Sin embargo, el ayuno a largo plazo no es sostenible y puede ser muy incómodo para una persona hacerlo a diario. Comer una dieta cetogénica, que es mucho más realista, pareció tener el mismo efecto que el ayuno en las células de ratón en las que se probó la cetona.   Las células inducidas por cetonas eran más resistentes, sobrevivían más tiempo cuando se les privaba de nutrientes, se exponían a sustancias químicas dañinas o radiación. Además, pudieron transportarse a otros animales que no estaban en ayunas o con una dieta cetogénica. “Por lo general, la mayoría de las células madre musculares cultivadas en laboratorio mueren cuando se trasplantan. Pero estas células se encuentran en un estado de reposo profundo que llamamos quiescencia profunda inducida por cetonas que les permite resistir muchos tipos de estrés”, dijo Rando. Los hallazgos son prometedores para los defensores de la dieta cetogénica, muchos de los cuales han aparecido en las redes sociales, con diferentes conocimientos como nutricionistas (Getty Images) Los ratones que fueron alimentados directamente con una dieta cetogénica también mostraron efectos similares, según el equipo de investigación. “Las células evolucionaron para existir en tiempos de abundancia y en tiempos de privación. Tenían que ser capaces de sobrevivir cuando la comida no estaba disponible. Los cuerpos cetónicos surgen cuando el cuerpo usa la grasa para obtener energía, pero también empujan a las células madre a un estado de reposo que las protege durante la privación. En este estado, están protegidos del estrés ambiental, pero también son menos capaces de regenerar el tejido dañado”, añadió el experto.   Las dietas cetogénicas se han anunciado como formas de perder peso y reducir la grasa sin seguir una dieta restrictiva en calorías. Los riesgos de desarrollar obesidad, diabetes y prediabetes, todos los cuales están aumentando en los Estados Unidos, también son bajos. Sin embargo, hay algunas desventajas importantes, algunas de las cuales son lo suficientemente grandes como para que los dietistas las recomienden.   Primero, una persona que recién comienza la dieta podría sufrir una experiencia llamada ‘gripe cetogénica’, según Healthline, donde el cuerpo experimenta fatiga severa y otros síntomas como resultado de que su cuerpo cambia las fuentes de energía. También deja a una persona con deficiencia de muchos nutrientes si no se maneja bien, y podría conducir a una variedad de problemas de huesos y órganos más adelante en la vida. Incluso puede conducir al desarrollo de enfermedades crónicas. Fuente: Infobae

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Hallan microplásticos utilizados en los envases de alimentos y pintura en venas humanas

Encontraron 15 partículas microplásticas por gramo de tejido venoso y cinco tipos diferentes de polímeros en el tejido.   En una noticia alarmante para la humanidad, un grupo de científicos anunció que ha encontrado microplásticos utilizados en envases de alimentos y pintura en venas humanas. Un nuevo estudio sugiere que los microplásticos pueden pasar a través de los vasos sanguíneos al tejido vascular, pero los científicos dijeron que aún no estaba claro cuáles son las implicaciones para la salud humana. Un equipo de la británica Universidad de Hull y la Facultad de Medicina de Hull York, con investigadores del NHS Trust de los Hospitales Universitarios de Hull, analizó el tejido de la vena safena humana extraído de pacientes que se sometieron a una cirugía de derivación cardíaca en un pequeño estudio piloto.   Encontraron 15 partículas microplásticas por gramo de tejido venoso y cinco tipos diferentes de polímeros en el tejido.   Los más destacados incluían resina alquídica, que se encuentra en pinturas, barnices y esmaltes sintéticos; acetato de polivinilo (PVAC): un adhesivo que se encuentra en los envases de alimentos y el nailon; y EVOH y EVA, utilizados en materiales de embalaje flexibles.   La profesora Jeanette Rotchell, toxicóloga ambiental de la Universidad de Hull, dijo: “Nos sorprendió encontrarlos. Ya sabemos que los microplásticos están en la sangre, a partir de un estudio realizado por colegas holandeses el año pasado. Si bien aún no conocemos las implicaciones de esto en la salud humana, lo que podemos decir es que, según los estudios que utilizan células cultivadas en platos, causan inflamación y respuestas al estrés”. El estudio, publicado en la revista Plos One, mostró que los niveles de microplásticos observados eran similares o superiores a los informados para los tejidos del colon y los pulmones. Las venas safenas son vasos sanguíneos en las piernas que ayudan a enviar sangre desde las piernas y los pies hasta el corazón. Las venas constan de tres capas de tejido y se utilizan ampliamente en los procedimientos de injerto de derivación de la arteria coronaria (CABG).   Alrededor del 40 y 50 por ciento de los procedimientos CABG finalmente fallan después de 10 años debido a una variedad de factores, que no siempre están claros.   Hasta ahora, ningún estudio ha examinado si los microplásticos pueden infiltrarse o cruzar alguna barrera biológica, incluidos los vasos sanguíneos, ni ha examinado ningún vínculo potencial entre la exposición a microplásticos ambientales y los resultados de la CABG.   El profesor Rotchell dijo: “La caracterización de los tipos y niveles de microplásticos ahora puede informar experimentos para determinar los impactos en la salud vascular, incluído cualquier vínculo potencial entre la exposición ambiental a microplásticos y los resultados de CABG”.   El profesor Mahmoud Loubani, coautor y profesor honorario de cirugía cardiotorácica, dijo: “El fracaso de los injertos de vena safena ha sido un problema de larga data después de la cirugía de derivación de la arteria coronaria. La presencia de estos microplásticos en las venas bien puede desempeñar un papel en el daño del interior de la vena y provocar que se bloquee con el paso del tiempo. Necesitamos identificar si existe alguna correlación y encontrar formas de eliminar los microplásticos”. Fuente: El Universo

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El café es beneficioso para casi todo el mundo (pero mejor solo y sin azúcar)

Diversos estudios apuntan a que un consumo moderado de café se asocia a una menor mortalidad, pero puede tener efectos indeseados en algunos grupos de población, por ejemplo en embarazadas. Para la capitana de la Flota Estelar Kathryn Janeway, interpretada por Kate Mulgrew en la serie Star Trek: Voyager, el café es “la mejor suspensión orgánica jamás ideada”, una afirmación con la que muchos otros humanos parecen estar de acuerdo. Según la Asociación Española del Café (AECafé), cada día bebemos 65,5 millones de tazas en España, el 80% con cafeína: 46,5 millones en nuestros hogares y 19 más en hoteles, restaurantes y cafeterías. Si incluyésemos a la población infantil, nos sale a 1,4 cafés diarios por habitante y eso que no somos los más cafeteros: nuestro consumo per capita (3,81 kilos al año) se sitúa en la mitad del de Italia, Países Bajos y Finlandia. De hecho, la relación de nuestra especie con este estimulante, originario del actual norte de Etiopía y cuyo consumo se remonta por lo menos al siglo XIII, linda con el delirio. “En mi opinión, es inhumano obligar a personas que tienen una auténtica necesidad médica de tomar café a hacer cola detrás de gente que aparentemente lo considera una especie de actividad recreativa”, afirmaba el humorista estadounidense y ganador del Pulitzer Dave Barry.   Por suerte, y aunque esa necesidad médica aún no se ha descrito, una recopilación de más de 200 metaanálisis publicada en 2017 en The BMJ constató que el consumo de café parece seguro dentro de los niveles habituales de ingesta, con una mayor reducción del riesgo para diversas patologías con tres o cuatro tazas al día.   Esos beneficios incluyen una reducción en la mortalidad por todas las causas y un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, varios tipos de cáncer, afecciones neurológicas, metabólicas —como la diabetes tipo 2— y hepáticas, como la cirrosis. Felizmente para las personas cuyo sueño es susceptible a la cafeína, a quienes no se les recomienda beberlo después de media tarde, el descafeinado también tiene esas ventajas. Pero, eso sí, las virtudes del brebaje se obtendrían siempre y cuando se tome al gusto de la capitana Janeway: solo —excluyendo los efectos perniciosos de la grasa de la leche o la nata— y sin azúcar.   Si bien esa investigación concluía que el consumo moderado de café es “más probable que beneficie la salud, que que la perjudique”, sus autores también recordaban que la mayor parte de los trabajos evaluados son observacionales y que se necesitan ensayos clínicos sólidos para comprender si estas asociaciones son causales. Advertían, asimismo, de posibles efectos indeseados. Por ejemplo, su consumo durante el embarazo podría estar asociado a bajo peso al nacer, partos prematuros o abortos y podría aumentar el riesgo de fractura en mujeres, aunque no en hombres.   Un grupo de especialistas adscritos, entre otros, al Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) constató una mayor longevidad asociada al consumo de café tras estudiar a 20.000 voluntarios durante unos 10 años, con una asociación incluso más clara entre los mayores de 54 años. “El grueso de las enfermedades crónicas se produce en edades más avanzadas y es ahí donde el café puede tener un efecto más beneficioso”, señala a EL PAÍS Estefanía Toledo, una de las firmantes del estudio y catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra e investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA).   Otro grupo de expertos españoles del Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) analizó su consumo en más de 3.000 mayores de 60 años y constató que dos o más tazas al día podrían ser beneficiosas en mujeres y en personas con hipertensión, obesidad o diabetes. “Mucha evidencia científica en el ámbito de la dieta viene de estudios poblacionales, pero con esto es suficiente para dar consejos nutricionales a la población, a veces no necesitamos más”, explica por teléfono Esther López-García, coautora de ambos trabajos y catedrática de medicina preventiva y salud pública de la Universidad Autónoma de Madrid. “Para el café, la evidencia poblacional es ya tan fuerte que ahora mismo no hace falta ningún ensayo clínico que demuestre que disminuye el riesgo de infarto. De hecho, muchas guías alimentarias ya lo incluyen como bebida saludable”, añade.   Obtenida de los granos tostados y molidos de la planta del café o cafeto, su consumo también se ha correlacionado con menor riesgo de alzhéimer y párkinson, pero su mecanismo de neuroprotección no está claro. En 2018, investigadores canadienses describieron que algunos de sus componentes inhiben la formación de proteínas cuyo acúmulo se asocia a estas enfermedades, como el β-amiloide, si bien señalaban que “es probable que el efecto neuroprotector se deba a una combinación de factores”.   Aunque sus efectos sobre el organismo se han achacado con frecuencia a la cafeína —el agente psicoactivo más consumido del mundo—, el café tostado es una mezcla compleja de más de 1.000 fitoquímicos bioactivos, algunos con efectos potencialmente terapéuticos. Contiene, entre otros, polifenoles como el ácido clorogénico y los lignanos, el alcaloide trigonelina, melanoidinas formadas durante el tueste y cantidades modestas de magnesio, potasio y vitamina B3 (niacina).   Algunos de esos compuestos tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, anticancerígenas, mejoran el microbioma intestinal y modulan el metabolismo de la glucosa y las grasas. Pero la composición bioquímica y efectos de cada taza varían en función de las variedades de café (arábica frente a robusta) o de cómo se elabora a partir del grano verde sin tostar, del grado de tueste y del método de preparación. Por ejemplo, el tomado sin filtrar, como el que se sirve hervido (café turco) o el prensado en una cafetera de émbolo francesa, presenta diterpeno cafestol, un compuesto que aumenta el colesterol, mientras que el café sometido a un filtro de papel lo depura de esta sustancia.   Como explican Toledo y López-García, el habitual consumo simultáneo de café con productos que causan cáncer de forma inequívoca, como el tabaco o el alcohol, también ha distorsionado durante décadas el conocimiento de sus beneficios sobre la

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Por qué hay que evitar comer en exceso durante las fiestas, según un experto de Harvard

En esta época, muchas personas se permiten grandes atracones con indulgencia. ¿Cuánta comida es realmente demasiada? Y ¿son todas las calorías iguales? La palabra de un especialista Comer en exceso durante las fiestas de diciembre puede provocar un aumento de peso considerable, pero no solo eso, también podría desencadenar o potencializar el desarrollo de enfermedades como la diabetes y la hipertensión. Es por ello que los expertos recomiendan cuidar la alimentación durante esta época del año, lo que no significa privarse de alimentos sino comerlos con moderación. La variedad y abundancia de comida y bebidas en las mesa de Navidad y Año Nuevo amenazan la voluntad de aquellos que mantienen una rutina saludable todo el año. Una forma de resistir los alimentos poco saludables es incorporar más proteínas en cada comida y reducir los carbohidratos refinados y las grasas. “Las calorías de más, aunque se produzcan en un periodo de tiempo relativamente corto, parecen quedarse atrapadas en nuestro cuerpo, lo que incrementa el aumento de peso para todo el año. Por eso hay que tenerlo en cuenta durante las Fiestas”, aseguró en diálogo con The Harvard Gazette el doctor David Ludwig, experto del Hospital Infantil de Boston. Existe una correlación directa entre la cantidad de carbohidratos que comemos y el impacto en nuestro nivel de glucosa en sangre (Getty Images) Las estadísticas muestran una emergencia que debe tomarse en serio en Estados Unidos, con decenas de millones de adultos obesos o con sobrepeso. Los expertos están divididos en cuanto a las causas y las soluciones, y la opinión predominante se centra en el “equilibrio energético”: comemos demasiado y nos movemos poco. El experto, fundador del programa del hospital para jóvenes con sobrepeso y profesor de pediatría en la Facultad de Medicina de Harvard, afirma que nuestras células adiposas más gordas son la causa, y no el resultado, de comer en exceso, y que los carbohidratos integrales y más grasas saludables son la solución saciante. “La mayoría de la gente comprende intuitivamente que no todos los alimentos son iguales para el organismo. Sin embargo, los fundamentos de la prevención y el tratamiento de la obesidad siguen anclados en el paradigma de la ingesta y la eliminación de calorías, de que todas las calorías son iguales”, detalló el especialista. En el debate sobre las causas de la obesidad, David Ludwig aboga por pasar del paradigma conductual al biológico (REUTERS) Según pudo explicar, “si una persona va a su médico para que le recomiende una dieta de adelgazamiento, las sociedades médicas le aconsejan que le imponga una restricción calórica, normalmente 500 calorías menos de las necesidades previstas. Pero si todas las calorías no son metabólicamente iguales, si quemamos más calorías con una dieta que con otra, entonces la propia noción de un requerimiento calórico objetivo tiene poco sentido.” Esto significaría que las necesidades calóricas variarán, no sólo en función de la actividad física, sino también de los alimentos que elijamos. “En otras palabras -continuó-, 100 calorías de galletitas afectarían de forma diferente al almacenamiento de grasa corporal que 100 calorías de aceitunas”. El paradigma del equilibrio energético Es que para el experto, “el principal problema, según este punto de vista, son estos carbohidratos de digestión rápida que inundaron nuestra dieta durante la era baja en grasas de finales del siglo XX: pan blanco, arroz blanco, cereales preparados para el desayuno, palomitas de maíz, patatas fritas, aperitivos envasados sin grasa y bebidas azucaradas”. Si nos prohibimos la ingesta de ciertos alimentos es probable que terminemos descontrolándonos y con sentimiento de culpa (Freepik) “Estos productos industriales modernos se digieren en glucosa a los pocos minutos de su consumo, lo que eleva la insulina más que cualquier otro alimento. La insulina elevada impulsa a las células adiposas a ingerir calorías extra y los efectos persistentes de la insulina inhiben la liberación de esas calorías reprimidas unas horas después de la comida, cuando el cuerpo necesita acceder a la energía almacenada”, indicó. Basta un pequeño cambio en el destino de las calorías -que se quemen en los músculos o se almacenen en la grasa- para explicar las formas más comunes de obesidad, que se producen a lo largo de años y décadas. Podría tratarse de tan sólo 10 calorías al día, menos de la energía que contiene una cucharadita de azúcar, demasiado pequeña para medirla en ensayos clínicos breves. “Cuando el 95% de la población no puede seguir una dieta hipocalórica a largo plazo, quizá el problema no sea la fuerza de voluntad, la disciplina o el cumplimiento. Quizá el problema esté en el paradigma imperante del equilibrio energético”, sostuvo. Las celebraciones de fin de año pueden ser una buena ocasión para incorporar el hábito de consumir maní, frutos secos (nueces, almendras, avellanas, pistachos) y frutas desecadas (pasas de uva, arándanos) (Getty Images) Este punto de vista alternativo está bien establecido en modelos animales de obesidad. Si se administra demasiada insulina a un ratón, tendrá hambre, comerá más y aumentará de peso. Pero si se impide al ratón comer en exceso restringiéndole las calorías, engordará a expensas del tejido magro; canibalizará su músculo para compensar las calorías atrapadas en la grasa. Este es el sello distintivo de la “inanición interna” que describimos en el modelo carbohidrato-insulina, y creo que ofrece una explicación convincente de por qué es tan difícil seguir una dieta baja en calorías. Del mismo modo, los roedores que consumen hidratos de carbono de digestión rápida desarrollan sorprendentemente más grasa corporal a pesar de consumir menos calorías que los que consumen hidratos de carbono de digestión lenta. “Por supuesto, estos estudios de alimentación altamente controlada son mucho más difíciles de realizar en humanos. Sin embargo, muchas líneas de evidencia sugieren que estos efectos en los animales también se producen en las personas, como resumimos mis colaboradores y yo en revisiones recientes publicadas en el American Journal of Clinical Nutrition y el European Journal of Clinical Nutrition”, dijo. Muchas personas se restringen los días previos y en el día de las fiestas tienden a comer en exceso y hasta más de lo que el estómago puede soportar (Getty Images) – ¿Hasta qué punto debe ser estricta una dieta baja en carbohidratos para ser eficaz? Hay dos formas de reducir

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Por qué el ayuno intermitente puede aumentar el riesgo de una muerte prematura

Investigadores de la Universidad de Tennessee, EEUU, descubrieron que saltarse el desayuno se asocia con un mayor riesgo de morir por enfermedad cardíaca, mientras que pasar por alto el almuerzo o el desayuno aumenta el riesgo de mortalidad por todas las causas en un 30% de las personas El ayuno intermitente -una de las técnicas de dieta más populares y promocionadas- puede aumentar el riesgo de una muerte prematura. Un estudio realizado con 24.000 estadounidenses mayores de 40 años reveló que los que hacían una sola comida al día tenían un 30% más de probabilidades de morir por cualquier causa en 15 años que los que hacían tres ingestas. El ayuno intermitente -que consiste en comer dentro de una ventana de tiempo estricta o saltarse las comidas por completo- se convirtió en una de las herramientas de dieta más populares a principios de la década de 2010. Famosos de primera línea como Kourtney Kardashian, Mark Wahlberg, Hugh Jackman y Jennifer Aniston dicen que les ayuda a perder peso o a desintoxicar su cuerpo. Irónicamente, uno de los principales beneficios citados por los seguidores de la dieta es la longevidad. Anteriormente se había relacionado con un menor riesgo de padecer múltiples enfermedades. En el último estudio, saltarse el desayuno se relacionó con un mayor riesgo de morir por enfermedad cardíaca, mientras que pasar por alto el almuerzo o el desayuno parecía aumentar la probabilidad de mortalidad por todas las causas. Los investigadores afirman que los resultados se mantuvieron incluso si las personas hacían ejercicio, comían de forma saludable y rara vez fumaban o bebían alcohol. Además, sostienen que los ayunantes suelen acabar consumiendo una cantidad relativamente grande de alimentos de una sola vez, lo que con el tiempo puede dañar las células del organismo. Quienes defienden el ayuno intermitente aseguran que, si alineáramos mejor las ventanas de alimentación con la programación circadiana, mejoraría nuestra salud (Getty Images) El equipo advierte que aún es demasiado pronto para afirmar que el ayuno desempeñó un papel en las muertes prematuras, ya que no pueden descartar otros factores genéticos y de estilo de vida. El último estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Tennessee, EEUU, descubrió que tres comidas al día es el punto ideal para una vida más larga. Pero el estudio reveló que comerlas demasiado juntas también estaba relacionado con un mayor riesgo de una muerte prematura. Al igual que su teoría sobre el ayuno, el equipo cree que comer demasiado rápido supone una carga metabólica para el organismo. Según los especialistas, saltarse las comidas por lo general significa consumir más energía de una vez, lo que puede exacerbar la carga de regular el metabolismo de la glucosa y provocar un deterioro metabólico posterior (Getty Images) El autor principal del nuevo estudio, el profesor Yangbo Sun, de la Universidad de Tennessee, dijo: “En un momento en que el ayuno intermitente se promociona ampliamente como una solución para la pérdida de peso, la salud metabólica y la prevención de enfermedades, nuestro estudio es importante para el gran segmento de adultos estadounidenses que comen menos de tres comidas al día”. Según el experto, su investigación reveló que los individuos que sólo hacen una comida al día tienen más probabilidades de morir que los que hacen más comidas diarias. “Entre ellos, los participantes que se saltan el desayuno tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares mortales, mientras que los que se saltan el almuerzo o la cena aumentan su riesgo de muerte por todas las causas”, sostuvo. Y añadió: “Basándonos en estos resultados, recomendamos hacer al menos dos o tres comidas repartidas a lo largo del día”. Los investigadores analizaron datos de una cohorte de más de 24.000 adultos estadounidenses de 40 años o más que participaron en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) entre 1999 y 2014 (Getty Images) En el estudio, publicado en la revista Journal of Academy of Nutrition and Diabetics, su equipo analizó los datos de 24.011 personas mayores de 40 años de todo Estados Unidos. Ya participaban en una encuesta representativa a nivel nacional que se llevó a cabo entre 1999 y 2014 y en la que se les preguntaba sobre la dieta, la salud general, las enfermedades y los comportamientos cada dos años. El 40% de los participantes comía menos de tres veces al día, de media. Las respuestas a la encuesta se vincularon a sus historiales médicos. Al final del estudio se produjeron 4.175 muertes, de las cuales 878 fueron causadas por problemas cardíacos. Saltarse el desayuno se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y evitar el almuerzo o la cena se lo vincula con mortalidad por todas las causas (Getty Images) En comparación con los participantes que hacían tres comidas al día, el consumo de una sola comida se relacionó con un aumento del 30% del riesgo de mortalidad por todas las causas y del 83% del riesgo de muerte por enfermedad cardíaca. Las personas que se saltaban el desayuno tenían un 40% más de riesgo de muerte por cardiopatía en comparación con las que no lo hacían, pero no había diferencias en la mortalidad por todas las causas. Sin embargo, las personas que se saltaron la comida o la cena tenían entre un 12 y un 16% más de probabilidades de morir por cualquier motivo. Por su parte, las personas que hacían tres comidas al día pero con un intervalo medio de menos de cuatro horas y media entre al menos dos de ellas tenían un riesgo 17% mayor de mortalidad por todas las causas, en comparación con las personas que espaciaban sus comidas cinco horas o más. Cada año mueren casi 8 millones de personas en el mundo como consecuencia del tabaquismo (Getty Images) El autor principal del estudio, el doctor Wei Bao, epidemiólogo de la Universidad de Iowa, afirmó: “Nuestros resultados son significativos incluso después de ajustar los factores dietéticos y de estilo de vida (tabaquismo, consumo de alcohol, niveles de actividad física, ingesta de energía y calidad de la dieta) y la inseguridad alimentaria. Se basan en observaciones extraídas de datos públicos y no implican causalidad. No obstante, lo que observamos tiene sentido metabólico”. El experto explicó que saltarse las comidas suele significar ingerir una mayor carga energética de una sola vez, lo que puede agravar

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