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El papa Francisco volvió a descartar su renuncia y aseguró que su puesto es para toda la vida

Infobae .- El Sumo Pontífice remarcó que la decisión de su antecesor de dimitir del cargo no debe convertirse en una “moda”   El papa Francisco llevó tranquilidad a los fieles al declarar durante su reciente viaje por África que no está en sus planes renunciar a su cargo en la Iglesia Católica. “Por el momento no lo tengo en mi agenda”, aseguró a la revista jesuita Civita Cattolica y agregó con convicción que el puesto que ocupa es para toda la vida.   De todas formas, el Pontífice admitió haber escrito su carta de dimisión por precaución, a poco de asumir. “Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de las elecciones y entregué esa carta al cardenal Bertone. No sé dónde está la carta. Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio y no soy plenamente consciente para dimitir”, agregó. En ese sentido, comentó que la renuncia de su antecesor, Benedicto XVI, fue una excepción dado que él “no quería seguir adelante a causa de su salud” y valoró la decisión. Así, dijo que “eso no significa que deba convertirse en algo así como una moda. Creo que el ministerio del Papa es ad vitam. No veo ninguna razón para que no sea así”. Francisco comentó que la renuncia de Benedicto XVI no debe convertirse en “algo así como una moda” (AP) Continuando con su explicación, Francisco apuntó que “el ministerio de los grandes patriarcas es siempre vitalicio, la tradición histórica es importante” e ironizó que si se hiciera caso a todos los ‘chismes’ o rumores que surgen a cada rato, “deberíamos cambiar de Papa cada seis meses”.   A pesar de sus 86 años, el Pontífice goza de buena salud. En el último tiempo se ha sometido a una operación de intenstino y debió ser atendido por un dolor en la rodilla, que aún lo obliga a movilizarse en una silla de ruedas.   Al igual que Francisco, el papa Pío XII también había escrito con antelación su carta de renuncia “como prevención en el caso de que Hitler se lo llevara a Alemania” y “en ese caso dijo que capturarían a Eugenio Pacelli y no a él”. Francisco admitió haber escrito su carta de renuncia por precaución al igual que lo había hecho Pío XII (REUTERS) Por otro lado, el Sumo Pontífice fue consultado por los jesuitas de la República Democrática del Congo y Sudan del Sur por el cargo superior general de la Compañía de Jesús, el cual también es vitalicio. Al respecto, se mostró a favor de que continúe siendo así: “En esto soy conservador. Debe ser para toda la vida. Pero, obviamente, surge la misma pregunta que concierne al Papa. El Padre Kolvenbach y el Padre Nicolás, los últimos dos Superiores Generales, lo dejaron por motivos de salud”, comentó.   “Me parece importante recordar, además, que una de las razones por las que el generalato en la Compañía es de por vida es para evitar cálculos electorales, las facciones y los chismes”, concluyó.   Las declaraciones tienen lugar en medio de una ola de críticas que Francisco ha recibido tras la muerte de Benedicto el pasado 31 de diciembre, a casi 10 años de su renuncia. Desde entonces, se han publicado una serie de libros en los que el círculo del Papa emérito revelan los entretelones del Vaticano y dan cuenta de las tensiones reales existentes entre las dos figuras.

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“Sobrio pero solemne”, así fue el funeral del Papa Emérito Benedicto XVI

Ante un selecto grupo de 5.000 personas, se realizó el funeral del Papa Emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado sábado 31 de diciembre, a los 95 años de edad. El papa Francisco presidió la ceremonia, a la cual asistieron jefes de Estado de unos pocos países europeos, cardenales y autoridades. Entre ellos la reina emérita Sofía de España, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el presidente polaco, Andrzej Duda, entre otros. Francisco ofició primero una homilía en la Plaza de San Pedro. En la homilía, destacó la labor del alemán Benedicto XVI al frente de la Iglesia desde 2005, en reemplazo de Juan Pablo II, hasta 2013 cuando presentó su renuncia. “Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre su voz”, señaló el Papa. Tras ello, los restos fueron trasladados a la Basílica, donde reposarán en la misma cripta que acogió provisionalmente a Juan Pablo II, antecesor del fallecido. El papa Benedicto XVI fue el primer pontífice alemán en más de un milenio. Además, fue el primer sumo pontífice que renunció a su cargo en más de 600 años. Benedicto XVI, cuyo nombre secular antes de su elección era Joseph Ratzinger, fue también un destacado teólogo. Durante el papado de Juan Pablo II fue el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Los últimos actos se realizaron en la discreción, tras el interminable homenaje público. Ayer, después de tres días de peregrinación ininterrumpida que tributaron más de 200.000 personas en la basílica vaticana, los restos mortales de Benedicto XVI fueron colocados en un féretro de ciprés, en el que se depositaron el palio, las monedas y medallas del pontificado, así como el Rogito, un texto conservado en un cilindro metálico, que recuerda los rasgos más destacados de la vida y el ministerio del Papa emérito, desde su nacimiento hasta sus últimos días. El cuerpo del Papa Emérito Benedicto XVI fue colocado en su ataúd en una ceremonia privada dentro de la Basílica de San Pedro la noche anterior al funeral. 📸 Vatican Media pic.twitter.com/Kkztu6GHZU — ACI Prensa (@aciprensa) January 5, 2023 Tras el funeral presidido por el Papa Francisco, el féretro de ciprés fue colocado en un revestimiento de zinc, y después en un ataúd de madera para ser finalmente enterrado en las Grutas Vaticanas. Miles de personas se acercaron a la plaza de San Pedro para despedir al Papa Emérito, e incluso algunos llevaron pancartas en las que se pedía su inmediata canonización.

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El Vaticano no declara luto oficial el día del funeral de Benedicto XVI

El Vaticano no declaró día de luto oficial este jueves, 5 de enero de 2023, a pesar de ser el día en el que Francisco preside el funeral de su predecesor, Benedicto XVI, que falleció el sábado 31 de diciembre de 2022, a los 95 años, y cuyos restos mortales serán enterrados en las grutas vaticanas, concretamente, en la tumba que perteneció a san Juan Pablo II hasta 2011, cuando fue trasladado a la capilla de San Sebastián en la superficie de la basílica de San Pedro. En este sentido, las oficinas del Estado más pequeño del mundo están abiertas regularmente. Si bien se dio permiso a los empleados que así lo han querido a asistir a la misa funeral, que preside el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, han tenido que seguir garantizando el funcionamiento de todas las actividades de la Santa Sede, según ha informado el diario italiano Il Fatto Quotidiano. De la misma manera, los Museos del Vaticano también están operativos y no hay banderas a media asta en señal de luto, cosa que sí ha decretado el gobierno de Italia. Portugal, por su parte, sí ha decretado un día de luto. De hecho, al no ser considerado un funeral de Estado, ya que no ha fallecido un papa reinante, la Santa Sede solo ha invitado oficialmente a las delegaciones de Italia y Alemania, que estarán representadas respectivamente por el presidente de la República, Sergio Mattarella, y por su homólogo, Frank-Walter Steinmeier. La Secretaría de Estado ha precisado de este modo que todas las demás delegaciones presentes, como la española, encabezada por la Reina Sofía, lo están “a título personal”. El cuerpo de Benedicto XVI fue introducido en un féretro triple. El ataúd de ciprés, que fue trasladado a la plaza de San Pedro para el funeral, será introducido dentro de otro hecho de zinc, que a su vez será encajado en un tercero hecho en madera de roble, que se verá en el momento del entierro en las Grutas Vaticanas. Los restos mortales del Papa alemán reposarán en la capilla -situada en las grutas vaticanas, en el sótano de la basílica de San Pedro- donde primero fue enterrado san Juan XXIII, desde su muerte en 1963 hasta su beatificación y después San Juan Pablo II, desde su muerte en 2005 hasta su beatificación en 2011. Dentro del ataúd se ha colocado un pergamino escrito en latín con las fechas más significativas de su vida. Durante la misa funeral en 2005 de san Juan Pablo II – que duró tres horas- se leyó en alto este documento. Además, también se colocó el palio, la cinta de lana con cruces que se pone sobre los hombros y que simboliza la potestad de gobierno en una determinada jurisdicción, dentro del ataúd, al lado de su cuerpo y sin vestirlo, como se hace con los obispos eméritos. Benedicto XVI recibió tres veces el palio, en 1977 como arzobispo de Munich y Freising, en 2002 como decano del Colegio Cardenalicio y en 2005 como Papa, y que se ha colocado junto al cuerpo. Por último, también se han introducido en el féretro las medallas del pontificado, 7 de oro según el número de años, 10 de plata según el número de meses y 9 de bronce según el número de días. Benedicto XVI tampoco ha sido enterrado con el anillo del pescador que usó durante el pontificado, ya que fue destruido en 2013, cuando anunció su renuncia. No hay cambios en la agenda de Francisco Tras la muerte de Benedicto XVI, la agenda de Francisco no se ha modificado. Ese mismo día, el Papa rezó a las 17:00 las vísperas y el Te Deum en acción de gracias por el año que termina, tal y como estaba previsto. El miércoles, mientras los fieles daban el último adiós a Benedicto XVI en la basílica de San Pedro, donde su cuerpo estuvo expuesto durante tres días ante el baldaquino de Bernini, el pontífice celebró la audiencia general de los miércoles en el Aula Pablo VI. Justo al comienzo de la primera audiencia general de 2023, Francisco quiso recordar una vez más a su predecesor. “Antes de comenzar esta catequesis, quisiera que nos uniéramos a quienes, aquí a nuestro lado, rinden homenaje a Benedicto XVI y dirigirle mi pensamiento a él, que fue un gran maestro de catequesis”, señaló. A continuación, destacó que su “pensamiento agudo y cortés” no era “autorreferencial, sino eclesial”. “Siempre quiso acompañarnos al encuentro con Jesús. Jesús, el Crucificado Resucitado, el Viviente y el Señor, fue la meta a la que nos condujo el Papa Benedicto XVI”, subrayó. Fuente: El Comercio

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Este jueves será el sepelio del Papa Emérito Benedicto XVI

Todo está listo para el funeral del Papa Emérito Benedicto XVI, quien será sepultado este jueves. La tumba de Benedicto ya está lista. Los trabajos finales concluyeron, como reveló el Vaticano a través de las redes sociales. 📹VIDEO | La tumba del Papa Emérito Benedicto XVI está casi lista para su entierro. Su cuerpo reposará en la cripta de la Basílica de San Pedro, en el mismo lugar donde fue enterrado inicialmente San Juan Pablo II. pic.twitter.com/SjIfnLZTrP — EWTN Vaticano (@EWTNVaticano) January 4, 2023 Los restos del Papa Emérito reposarán en la cripta de la Basílica de San Pedro, en el mismo lugar donde fue enterrado inicialmente San Juan Pablo II. Decenas de miles de personas han visitado en las últimas horas la capilla ardiente, para despedir a Benedicto, quien falleció en la víspera de Año Nuevo a la edad de 95 años, casi una década después de su renuncia. Antes del sepelio, el Papa Francisco oficiará una misa. Será la primera vez que un pontífice participe en los funerales de su antecesor.

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El jueves será sepelio del Papa Emérito Benedicto XVI  

Miles de fieles visitan la plaza de San Pedro, para darle su último adiós al Papa Emérito Benedicto XVI, quien falleció el sábado 31 de diciembre, a los 95 años. Aunque no se han señalado las causas oficiales del deceso, hay versiones de varias enfermedades, producto de su avanzada edad. El cuerpo de Benedicto XVI está expuesto en la basílica de San Pedro, dentro del Vaticano. Para este jueves, 5 de enero, está previsto el sepelio. A las 09h00, hora local, el Papa Francisco presidirá la ceremonia. Siguiendo los deseos de Benedicto, el funeral se celebrará de forma sencilla. El Vaticano ha añadido posteriormente que será una ceremonia “solemne, pero sobria”, y solo asistirán delegaciones de Gobierno y Presidencia de Italia y Alemania. Tanto mañana como el miércoles, la Basílica estará abierta de 07h00 a 19h00 horas, para permitir que los fieles se acerquen a darle el último adiós. Al final de la Celebración Eucarística del jueves, Francisco presidirá la «ultima commendatio et valedictio», rito fúnebre celebrado al finalizar la misa de funeral. El féretro con los restos mortales de Benedicto XVI será trasladado a la Basílica de San Pedro y después a las Grutas Vaticanas, donde será enterrado. El cuerpo de Benedicto XVI se encontrará en la basílica de San Pedro a disposición de los fieles https://t.co/mZY6yp0R7l — CNN en Español (@CNNEE) January 2, 2023 Sus últimas horas La salud de Benedicto XVI se había deteriorado ostensiblemente, al punto que Francisco había pedido a los fieles de todo el mundo que oren por su recuperación. “Querría pediros a todos vosotros una oración especial para el papa emérito Benedicto XVI, que en silencio está sosteniendo la Iglesia. Recordadlo, está muy enfermo, pedimos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final”, señaló entonces, señaló el pasado miércoles el pontífice. El Papa emérito recibió el pasado miércoles la extrema unción de enfermos, después de participar en la misa de la tarde en el monasterio Mater Ecclesiae, donde vivía retirado del mundo desde su renuncia al pontificado, en el 2013. Las alarmas sobre el estado de salud saltaron a primera hora de ese día. Su propio secretario personal, Georg Gänswein, quien lo acompañó muchos años, explicó que, aunque Benedicto conservaba intacta la lucidez intelectual que caracterizó su pontificado, sus fuerzas se habían ido apagando poco a poco, producto de su edad. Pero la causa de su muerte aún no es revelada. La única enfermedad que se le conocía era una infección que le afectaba a la mitad derecha de su rostro. Se trataba de un herpes zóster, que además de ser muy doloroso, le provocaba fiebre. La última vez que un Papa renunció al pontificado fue en 1415, cuando Gregorio XII dio un paso al lado tras la huella de Celestino V, el primer obispo de Roma que abandonó la sede petrina en 1294. Casi 600 años después, Benedicto XVI hizo lo propio.

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La costumbre de los papas de cambiar su nombre real

  Ninguna norma impide a un nuevo papa, cambiar su nombre real cuando es electo en el cónclave. No existen normas que le impongan determinadas secuencias. Es más bien su libre albedrío el que lo establece. Según la Enciclopedia Británica, el primer sumo pontífice que decidió cambiar su nombre fue el papa Juan II, pues consideraba su nombre original, Mercurio, como pagano. En su lugar eligió el de Juan, en referencia al papa Juan I. Juan II ocupó el cargo del año 533 al 535, en el siglo VI. Desde entonces, la tradición de que los papas elijan otro nombre, diferente al original, fue tomando forma, pero se consolidó finalmente a mediados del siglo XI, de acuerdo con la iglesia católica St. Catherine of Siena (en Georgia, Estados Unidos). En resumidas cuentas, los papas eligen su nombre de forma libre, ya sea uno en referencia de algún pontífice del pasado con el que se sientan identificados, o uno nuevo jamás usado anteriormente (como en el caso del papa Francisco).   Ratzinger eligió Benedicto, según sus propias palabras, debido a lo siguiente: “He querido llamarme Benedicto XVI, para relacionarme idealmente al venerado pontífice Benedicto XV, que ha guiado a la Iglesia en un periodo atormentado por el primer conflicto mundial. Fue valiente y auténtico profeta de paz, y actuó con extrema valentía desde el inicio para evitar el drama de la guerra y después al limitar las nefastas consecuencias”. Benedicto XV fue el 258 papa de la Iglesia católica, entre el 3 de septiembre de 1914 hasta su muerte, en 1922. Su pontificado fue eclipsado en gran medida por la Primera Guerra Mundial y las consecuencias de esta, tanto políticas, sociales como humanitarias.

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Funeral de Benedicto XVI será igual al de otros pontífices

Para el 5 de enero quedó fijado el funeral del Papa emérito, Benedicto 16, fallecido este sábado 31 de diciembre. Según fuentes vaticanas, las exequias serán iguales a las de otros pontífices. La única diferencia estriba en que, al ser un Papa emérito y no uno en plenas funciones, no se realizará el tradicional cónclave, que reúne a cardenales de todo el mundo para la elección de un sucesor. A lo largo de los nueve días de luto oficial, habrá una serie de actividades para despedir a Benedicto.   Este lunes, 2 de enero, el cuerpo será trasladado a San Pedro, para que los feligreses puedan darle el último adiós. Además, se harán públicos su testamento y sus últimas voluntades, así como la forma en que pidió ser sepultado. La mayoría de papas piden ser enterrados en la cripta de San Pedro, por su cercanía a la tumba del apóstol, pero no se conoce si así lo pidió en su testamento Benedicto. Entre el cuarto y el quinto día tendrá lugar el funeral de Estado. Acudirán toda la curia y autoridades de alto nivel de todos los países. Será la primera vez en la que podríamos ver a un papa, Francisco, enterrando a otro papa, Benedicto XVI. Los pasos a seguir Cuando muere un Papa, ¿qué ocurre?, la certificación de la muerte del Papa la realizan los cuerpos médicos de la Santa Sede y una vez certificada la muerte, como se hace con cualquier mortal. Firmado el documento de la defunción, comienzan los rituales específicos. Los médicos dan aviso al prefecto de la casa pontificia, y él es quien dice oficialmente: “el Papa ha muerto”. En ese instante todos se arrodillan y comienzan los responsos. Inmediatamente arranca el turno de vela por parte de los canónigos penitenciarios. Se encienden cuatro velas a los pies de la cama y se coloca un acetre (un pequeño recipiente en forma de balde), con agua bendita y el hisopo junto al lecho mortuorio, para los responsos de los prelados visitantes. Estando el cuerpo del Papa todavía en su lecho, hace su llegada el cardenal camarlengo, que viste con estola violeta y que es, durante la sede vacante, la más alta autoridad de la Iglesia católica. Él entra en la habitación escoltado por un destacamento de la Guardia Suiza con alabardas, símbolo de la nueva autoridad, para asegurarse oficialmente de la muerte del Pontífice. El camarlengo se acerca al cuerpo del papa difunto, y con un pequeño martillo de plata golpea la frente del pontífice por tres veces y pronuncia su nombre de pila: “Iosephus, ¿dormis?” tras verificar su muerte dice: “vere papa mortuus est” (de verdad el Papa ha muerto). A continuación, retira del dedo el anillo comúnmente llamado “del pescador”, símbolo del poder pontificio. Esta es la señal de que el reinado ha concluido. El anillo será roto junto con el sello de plomo del Papa ante los cardenales. Se hace para evitar cualquier eventual falsificación de documentos papales. El #Vaticano anuncia detalles del funeral de #BenedictoXVI.https://t.co/I2KESjBMpX — EWTN Vaticano (@EWTNVaticano) December 31, 2022   Una vez concluidos estos primeros ritos, el cuerpo del pontífice es retirado para ser lavado y revestido con los atributos papales. Salvo que el Papa haya dicho lo contrario, el procedimiento exige que se le extraigan las vísceras, que son depositadas en urnas que se conservan en la cripta subterránea de la iglesia de san Vicente y san Anastasio, frente a la Fontana de Trevi, en Roma. Todas las habitaciones del palacio apostólico son lacradas y cerradas. Inmediatamente después, el camarlengo informa al cardenal vicario de Roma que el Obispo de Roma ha muerto. El cardenal vicario le hace saber a todos la muerte del pontífice. Cuando falleció el Papa Juan Pablo II, fue el cardenal argentino Leonardo Sandri quien tuvo la triste tarea de anunciar su muerte. Una vez que el anuncio se hace público, las campanas de Roma y de todas las iglesias del mundo “tocan a difuntos”. Se declaran 9 días de luto riguroso y se ofician en el mundo mil misas por el eterno descanso del Papa fallecido. El cuerpo se reviste con los atributos papales: sotana blanca, alba blanca, amito, estola, una casulla de color rojo (el color rojo es el color del luto papal) y mitra episcopal blanca. Es depositado en la capilla Sixtina, donde los miembros de la Santa Sede y los diplomáticos presentarán sus honores. Al día siguiente se lo traslada a la basílica de San Pedro, donde es colocado en un catafalco delante del altar de la confesión. Y ahí estará para que los fieles rindan su último homenaje. Luego de culminado el velorio se realiza la misa de exequias, presidida por el cardenal camarlengo y el decano del colegio cardenalicio; todos con ornamento de color rojo. Y por ser jefe de un estado, suelen concurrir presidentes y reyes o reinas de todos los países con los que la Santa Sede posee relaciones diplomáticas. Los ataúdes Una vez culminada la misa se llevará el féretro, muy simple y sencillo, de ciprés totalmente liso con una cruz negra pintada sobre su tapa, y forrado de terciopelo rojo, hasta el lugar de su sepultura mientras el coro entona en himno: “Libera me, Domine, de morte aeterna ” (líbrame Señor de la muerte eterna). En el caso del papa emérito, descansará en el lugar donde estaba el cuerpo de Juan Pablo II, en las grutas vaticanas, que fue subido a la basílica de San Pedro una vez que fue canonizado. El féretro de madera será depositado dentro de otro de plomo, y este dentro de otro ataúd de madera de roble u olmo. Antes que el triple ataúd sea cerrado, un miembro de la casa pontificia leerá los hechos de más relevancia de su pontificado y depositará dentro del segundo ataúd -es decir entre el de plomo y el de roble- un tubo de metal que contiene un pergamino con su acta de defunción, los hechos más notorios de su pontificado,

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La misteriosa y sorprendente renuncia de Benedicto 16

El reciente deceso del Papa emérito Benedicto 16, también alimenta muchas historias sobre su misteriosa renuncia. Benedicto, de nombre real Joseph Ratzinger, nacido en Alemania, fue elegido en el cónclave del 2005, tras la muerte del polaco Juan Pablo II, el “Papa Viajero”. Sin embargo, y en contra de la tradición de que los pontífices duren hasta su muerte, anunció que dejaba el cargo en el 2013. Fue el primer papa que renunciaba, en alrededor de 600 años. Su decisión fue tan sorpresiva, que dio pie a muchas especulaciones. Y más aún porque durante 24 años fue estrecho colaborador de su antecesor. Ratzinger, que con la elección del argentino Francisco quedó convertido en “Papa Emérito”, simplemente alegó como razones “el declive de sus capacidades físicas y mentales”. Escándalos Varias fuentes afirmaron que la decisión de Benedicto, tuvo como finalidad evitar un escándalo, debido a que su entonces mayordomo, el francés Paolo Gabriele, filtró ante el mundo documentos confidenciales, que exponían las luchas de poder dentro de la Iglesia. El caso fue conocido como “Vatileaks”. Gabriele, calificado desde entonces como “el cuervo ladrón”, fue duramente criticado por la prensa. La Policía lo arrestó, y encontró en su departamento muchos documentos secretos, que comprobaban el delito. El entonces mayordomo alegó en su defensa, que Benedicto desconocía los actos de corrupción que se hacían a sus espaldas, y que robó las evidencias para entregarlos a un periodista, que a su vez escribió un libro sobre el caso. Gabriele fue condenado a 18 meses de prisión, pero solo cumplió una parte de su pena. El propio Benedicto lo indultó en Navidad del 2012, pocos meses antes de renunciar. Al parecer el escándalo fue uno de los detonantes para que el papa dejara la silla de San Pedro. Gabriele, quien tenía esposa y 3 hijos, se dedicó después a trabajar en el hospital pediátrico de la Santa Sede. Murió en el 2020, a los 56 años de edad, por una enfermedad que no fue mencionada. Otra posible causa de la renuncia de Joseph Ratzinger, según expertos en el tema vaticano, pudo ser el excesivo poder del que gozaban altos funcionarios religiosos. Más de una vez se mencionó que ciertos prelados formaron “camarillas”, que desafiaban las órdenes del papa Benedicto 16. Y estas camarillas, al parecer, ocultaban otros escándalos. Por orden de Benedicto se formó una comisión investigadora, que trajo como resultado un informe de 300 páginas. El documento, que también fue filtrado, mencionaba incluso una red de sacerdotes homosexuales, que ejercían “una influencia inapropiada” dentro del Vaticano. El manejo de los cuantiosos recursos económicos de la Iglesia, también dio muchos dolores de cabeza al papa. Durante años, manejos económicos implicaban que el Vaticano terminara pagando tasas mucho más altas que las del mercado. Cuando un informante trató de reformar el sistema, funcionarios en la corte papal convencieron a Benedicto XVI de enviarlo lejos, a otras funciones. Absurdos similares ocurrieron en el Banco del Vaticano, por años una fuente de titulares de diarios poco beneficiosos para la Iglesia Católica. Fue creado para ayudar a las órdenes religiosas y agilizar la transferencia de dinero, más que necesitado en regiones lejanas del planeta. Pero cuando una cuantiosa proporción de transacciones se realizan en efectivo y terminan en zonas inestables del mundo, el escándalo está a la vista. Parece que funcionarios del banco tomaban decisiones clave, sin informar constantemente al Papa. Cuando el directorio expulsó a su presidente reformista, Ettore Gotti Tedeschi (convenientemente el mismo día que la historia del arresto de Gabriele saturaba la cobertura noticiosa), el Papa no lo supo hasta que fue muy tarde. Según las palabras de su secretario privado, Benedicto XVI estaba “muy sorprendido”. Gotti Tedeschi era un miembro del Opus Dei y se creía que era muy cercano al Papa, pero al final esto no lo ayudó. Los expertos consideran que, todos estos detalles, llevaron a que Benedicto tome la decisión de renunciar.

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Tres ataúdes y la extracción de sus vísceras: el rito funerario de los papas desde la muerte hasta el entierro

Es la segunda vez en la historia que muere un papa que presenta una renuncia. El anterior había sido San Celestino V quien había gobernado a la Iglesia durante cinco meses, del 5 de julio al 13 de diciembre de 1294, hace 797 años. Benedicto XVI no es más el Papa, es un obispo emérito de la ciudad de Roma. Y no hay recuerdo de cómo fueron las exequias de Celestino V, por lo que será una novedad Ha muerto Benedicto XVI. Joseph Aloisius Ratzinger ha sido el 265 papa de la Iglesia católica y séptimo soberano desde que el Vaticano, por medio de los tratados lateranenses, se convirtió en un estado independiente, mucho más pequeño que el anterior estado pontificio. Fue elegido el 19 de abril de 2005 tras la muerte de Juan Pablo II, y anunció su renuncia a la sede de Pedro el 11 de febrero de 2013 argumentando: “…He llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio del ministerio petrino. Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de obispo de Roma y sucesor de Pedro.” El último papa en renunciar había sido San Celestino V quien había gobernado a la Iglesia durante cinco meses, del 5 de julio al 13 de diciembre de 1294. Benedicto fue un papa sorprendente, que al tomar esta decisión abrió las puertas (que por cierto, nunca estuvieron cerradas: está previsto en el derecho canónico la renuncia de un papa) para que otros sigan su ejemplo, cosa muy sana por cierto, sobre todo para el manejo del estado de la Santa Sede y de toda la Iglesia católica. Su última aparición pública fue en Castelgandolfo el día que se hizo efectiva su renuncia, un 28 de febrero a las 20:00 horas, hora de Italia, a partir de la cual la sede papal quedó vacante, dando comienzo al proceso de celebración de un cónclave que eligió a un nuevo papa, Francisco. En su último discurso, dijo: “Gracias queridos amigos: estoy feliz de estar con vosotros, rodeado por la belleza del Creador y de vuestra simpatía que me hace mucho bien. ¡Gracias por vuestra amistad, vuestro afecto! Saben que este día es distinto a los anteriores: seré Sumo Pontífice de la Iglesia Católica hasta las ocho de la noche y no más. Seré simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en esta tierra. Pero quisiera aún, con mi corazón, con mi amor, con mi oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores, trabajar por el bien común de la Iglesia y de la humanidad. Y me siento muy apoyado por vuestra simpatía. Sigamos adelante con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo. Gracias. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Gracias. Buenas noches.” El símbolo del fin de su papado se dio al sonar la última campanada de las 20:00 hs. Las puertas del palacio de Castelgandolofo se cerraron. Ahí culmino su papado. Pero esta muerte acarrea una serie de nuevos detalles que jamás, desde 1296 a la muerte de Celestino V habían ocurrido. Bonifacio VII era papa cuando el papa emérito Celestino murió, aunque las circunstancias eran muy diferentes. Hace 797 años que un hecho similar no ocurre dentro de la Iglesia católica. Por tanto, los cambios en los rituales y en las ceremonias todavía no se han confirmado, pero es obvio que las habrá. No habrá misas, por ejemplo “Pro Elegendo Pontífice” a la que asiste el colegio cardenalicio y el cuerpo diplomático. No habrá cónclave. Nadie dirá la famosa frase, al cerrar las puertas de la capilla Sixtina para comenzar el cónclave: “Extra omnes”. De suyo, la palabra cónclave significa “bajo candado” es decir que los que están dentro no pueden tener contacto con los de fuera. Nada de esto ocurrirá. Los ritos funerarios ante la muerte de un pontífice son complicados y muy ritualizados. Pero Benedicto no es más el Papa, es un obispo emérito de la ciudad de Roma. Y no hay recuerdo de cómo fueron las exequias de Celestino V. Por tanto, todo lo que detallaremos a continuación es cuando un papa muere y queda la sede vacante. Los rituales que se utilizarán en el caso del papa emérito Benedicto serán diferentes. ¿Será como el fallecimiento de un obispo emérito más?, dado que el Papa es el obispo de Roma. Lo que sí, y dada la novedad, se deberá implementar un ritual para este caso: es la segunda vez que ocurre en los dos mil años de historia de la Iglesia. Cuando un obispo emérito fallece, se lo vela en su última sede episcopal (salvo que en vida ya haya estipulado algún otro lugar…), se realiza la misa exequial de cuerpo presente y casi siempre es sepultado en dicho templo. Acá se une también otro tema, no solo era el obispo emérito de Roma, sino que fue el soberano del estado de la Santa Sede, la única monarquía absoluta de Occidente. Es decir, que es la muerte de un ex monarca y un ex Papa. Cuando muere un Papa, ¿qué ocurre?, la certificación de la muerte del Papa la realizan los cuerpos médicos de la Santa Sede y una vez certificada la muerte, como se hace con cualquier mortal. Firmado el documento de la defunción, comienzan los rituales específicos. Los médicos dan aviso al prefecto de la casa pontificia y él es quien dice oficialmente: “el Papa ha muerto”. En ese instante todos se arrodillan y comienzan los responsos. Inmediatamente arranca el turno de vela por parte de los canónigos penitenciarios. Se encienden cuatro velas a los pies de la cama y se coloca un acetre (un pequeño recipiente en forma de balde) con agua bendita y el hisopo junto al lecho mortuorio para los responsos de los prelados visitantes. Estando el cuerpo del Papa todavía en su lecho, hace su llegada el cardenal camarlengo, que viste con estola violeta y que es, durante la sede vacante, la más alta autoridad de la Iglesia católica. Él entra en

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El papa Francisco pidió rezar por su predecesor, Benedicto XVI: “Está muy enfermo”

El máximo representante de la Iglesia Católica promovió oraciones por el papa emérito, para “que Dios lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final” El papa Francisco dijo el miércoles que el ex pontífice Benedicto XVI, de 95 años, cuya salud se ha ido deteriorando constantemente, está “muy enfermo” y reza por él.   “Me gustaría pedirles a todos que recen una oración especial por el papa Emérito Benedicto, que en silencio está apoyando a la Iglesia. Para recordarlo, porque está muy enfermo, pidiéndole al Señor que lo consuele y lo sostenga, en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final”, dijo Francisco en su audiencia general. El alemán Joseph Ratzinger, de 96 años, renunció al pontificado en febrero de 2013 y desde entonces vive en el convento Mater Ecclesiae en el interior de la Ciudad del Vaticano.   Su salud, debido a la edad, es muy frágil, pero su mente aún funciona muy bien como ha explicado en varias declaraciones su secretario personal Georg Gänswein.   Aunque las declaraciones de hoy del papa Francisco hacen pensar en un agravamiento de sus condiciones de salud. Benedicto XVI se convirtió en el primer papa en renunciar en seis siglos, y desde entonces ha vivido prácticamente retirado del foco público.   A tenor de las pocas fotografías que se han publicado de él, su salud se ha ido deteriorando.   En 2013 mencionó precisamente su declive físico como una de las razones por las que decidió renunciar a seguir siendo el jefe de la Iglesia católica.   En abril, el que fuera durante años su secretario, el arzobispo Georg Gaenswein, dijo a Vatican News que el papa emérito se encontraba “relativamente débil”, aunque “de buen ánimo”.   Gänswein, quien fue su histórico secretario y continúa siéndolo ahora y se ocupa de todas sus gestiones, concedió una entrevista a la revista italiana Oggi en la que explicaba que el papa alemán está “débil en lo físico, pero la cabeza siempre le funciona muy bien”.   Y que le ayuda ser “metódico” en su día a día, concelebrando la misa a la 7:30 para después escuchar música en su sofá y que incluso “ha retomado su habitual paseo por los Jardines Vaticanos”, aseguraba.   Joseph Ratzinger, en una de sus últimas fotos públicas En las últimas fotos de Joseph Ratzinger se solía ver en silla de ruedas paseando por los jardines vaticanos siempre de blanco y ataviado con una gorra para repararse del sol.   La última foto que se tiene del papa emérito es de marzo de este año se le entregó en su residencia el volumen VIII/1 de su Opera omnia, La Iglesia, signo entre los pueblos, editado por la Editorial Vaticana y aparecía sentado en un sillón rodeado de sus invitados.   El 13 de abril, el papa Francisco visitó a su antecesor, Benedicto XVI para saludarlo por su cumpleaños y mantuvieron una “breve y afectuosa” conversación y rezaron juntos, informó entonces la Santa Sede en un comunicado. Fuente: Infobae

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