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Ecuador: julio 26, 2024

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Ecuador, julio 26, 2024
Ecuador Continental: 22:30
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El 2023 fue el año más caluroso de la historia, según estudios científicos

Las sospechas fueron confirmadas. Un análisis de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA), confirmó que el 2023 fue el año más cálido jamás registrado. Un rastreo térmico del mapa mundial, reveló muchas zonas con colores naranja y rojo, especialmente en la región ártica, Europa, Asia, América del Norte, el centro de América del Sur y la península Antártica. Esas regiones, justamente, son las que sufrieron las anomalías de temperatura más altas y marcadas. En el año 2023, la temperatura promedio de la superficie de la Tierra fue la más cálida que se haya registrado. Las temperaturas globales estuvieron alrededor de 1,2 grados Celsius por encima del promedio, fijado entre 1951 y 1980. Los científicos de la NASA lo reconocen: estamos frente a una crisis climática. Desde calor extremo con incendios forestales, hasta el aumento del nivel del mar. Estados Unidos y otros países prometen más medidas que nunca para reducir los riesgos climáticos, y ayudar a las comunidades a ser más resistentes. Una opción es que la NASA utilice su posición estratégica en el espacio, para conocer datos críticos que sean comprensibles y accesibles para todas las personas. En el 2023, cientos de millones de personas en todo el planeta experimentaron calor extremo, y cada mes, de junio a diciembre, establecieron un récord mundial para el mes respectivo. Julio fue el más caluroso jamás registrado. Según los expertos, el calentamiento excepcional que estamos experimentando no es algo que hayamos visto en la historia de la humanidad. Se debe principalmente a nuestras emisiones de combustibles fósiles, con efectos en las olas de calor, las lluvias intensas y las inundaciones costeras. Si bien los científicos tienen pruebas concluyentes, de que la tendencia del planeta al calentamiento a largo plazo está impulsada por la actividad humana, siguen examinando otros fenómenos que pueden afectar los cambios anuales o plurianuales del clima, como El Niño, los aerosoles y la contaminación, y las erupciones volcánicas. Normalmente, la mayor fuente de variabilidad interanual es el patrón climático oceánico El Niño-Oscilación del Sur, en el océano Pacífico. El patrón tiene dos fases, El Niño y La Niña, cuando las temperaturas de la superficie del mar a lo largo del ecuador cambian entre temperaturas más cálidas, promedio y más frías. En el período de 2020 a 2022, el océano Pacífico experimentó tres fenómenos consecutivos de La Niña, los cuales tienden a enfriar las temperaturas globales. En mayo de 2023, el océano pasó de La Niña a El Niño, lo que a menudo coincide con los años más calurosos en los registros. Sin embargo, las temperaturas récord en la segunda mitad de 2023, ocurrieron antes del pico del actual fenómeno de El Niño. Los científicos también han investigado los posibles impactos de la erupción de enero de 2022, del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, el cual arrojó vapor de agua y partículas finas, o aerosoles, a la estratosfera. Un estudio reciente descubrió que los aerosoles volcánicos, al reflejar la luz solar lejos de la superficie de la Tierra, provocaron un ligero enfriamiento general de unos 0,1 grados Celsius. Sin embargo, incluso con factores de enfriamiento ocasionales, como este, seguiremos batiendo récords mientras las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando. El año récord de 2023 subraya la importancia de tomar urgentes y continuadas para hacer frente al cambio climático. Los análisis independientes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), y el Centro Hadley (parte de la Oficina Meteorológica del Reino Unido), concluyeron que las temperaturas globales de la superficie para el 2023, fueron las más altas desde que comenzaron los registros modernos.

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Es oficial: el 2023 fue el año más caluroso de la historia

Investigaciones científicas corroboraron lo que tanto se especulaba: el año 2023 fue el más caluroso, desde que existen registros climáticos. Los reportes comenzaron en 1850, y tuvieron que pasar 173 años para llegar al momento de mayor temperatura promedio. De acuerdo a las investigaciones, la temperatura media del aire en superficie alcanzó el año pasado los 14,98 grados centígrados. Es decir, superando en 0,17 grados los registros del 2016, que ostentaba hasta ahora el récord de año más cálido. Los científicos confirmaron estas temperaturas anómalas sin precedentes, que se acentuaron en la segunda mitad del año. El calor superó en 0,6 grados los niveles promedio de las últimas tres décadas, y en 1,48 grados los niveles de referencia preindustriales, de entre 1850 y 1900. El balance final establece que el año 2023, fue muy probablemente el más cálido de la historia, y posiblemente uno de los más cálidos de los últimos 100.000 años. Además, fue el primero en el cual, cada día, por separado, la temperatura media excedió en un grado centígrado los niveles preindustriales, mientras que casi la mitad de los días superó el “límite crítico” de 1,5 grados, frente al 20% que lo hicieron en 2016.

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De la bufanda al pantalón corto: Sudamérica experimenta récords de altas temperaturas en pleno invierno

El País .– La crisis climática y el fenómeno del Niño desdibujan las estaciones del año en los países del cono sur   La desaparición en cámara lenta del invierno tal como lo conoce Sudamérica ha cogido ritmo. En una estación que la región asocia al frío, la lluvia y la Cordillera de Los Andes cubierta de nieve, varias ciudades desde el centro de Chile hasta el sur de Brasil han roto récords de altas temperaturas. Más que abordar el escenario como una ola de calor invernal concentrada la semana pasada, los expertos analizan las cifras como una alteración que, de no adoptar medidas, se irá acrecentando con los años producto de la crisis climática. A ese calentamiento global se suma que el fenómeno del Niño, asociado a cambios en la atmósfera y la fluctuación de la temperatura del Pacífico oriental y ecuatorial, afecta particularmente al sur del mundo.   Son varias las anomalías registradas en distintos rincones de la región. Buenos Aires, capital de Argentina, experimentó el comienzo de agosto más caluroso de los 117 años que existen datos, con temperaturas superiores a los 30°. Algunas zonas del sur de Brasil rozaron los 39° y en la región paraguaya del Chaco los termómetros tocaron los 37°, una máxima diaria no vista desde 1981. Localidades de Perú y Ecuador también han roto sus propias marcas.   Chile, en tanto, padece las temperaturas más altas de los últimos 72 años. En Vicuña, en la nortina región de Coquimbo, la semana pasada se llegó a los 37°, la segunda mayor temperatura a nivel nacional que se haya registrado entre junio y septiembre desde 1951. Las altas temperaturas han tenido efectos en el derretimiento de nieve en la zona cordillerana. La ministra del Medio Ambiente del Gobierno de Gabriel Boric, Maisa Rojas, hizo un repaso por lo que ha sido el año en el país sudamericano: feroces incendios en febrero, inundaciones producto de torrenciales lluvias en junio y un invierno con temperaturas nunca vistas en ciertas localidades. “¿Qué hacer? Sabemos la solución: dejar de quemar combustibles fósiles urgentemente″, escribió la ministra en sus redes.   El climatólogo Raúl Cordero explica que la situación responde a que la temperatura del Océano Pacifico tropical, frente a las costas de Ecuador y Perú, presenta las temperaturas más cálidas en los últimos 25 años. “Todavía nos queda ver más calor en el norte de Chile, en el norte de Paraguay y en el sur de Brasil”, advierte por teléfono desde Países Bajos. El académico de la Universidad de Santiago plantea que, si bien los récord históricos son preocupantes, no es lo único en lo que hay que fijar la atención. Pone como ejemplo a Iquique, a 1.700 kilómetros al norte de Santiago, que encadena casi 60 días consecutivos con temperaturas consideradas muy altas producto de la calidez de las aguas del Pacífico tropical.   “El cambio climático hace que todos los años las temperaturas vayan al alza, pero el fenómeno del Niño provoca que se rompan los récords”, apunta Cordero. El Niño, producto de una relación entre la temperatura atmosférica y las corrientes marinas, eleva los termómetros, pero también genera más vapores de agua y más lluvias. “Este es un Niño raro porque no ha habido muchas precipitaciones. Ha influido poco en las altas temperaturas”, afirma Alex Godoy, director del centro de sustentabilidad de la Universidad del Desarrollo. “Lo que aquí estamos viendo es un cambio en el patrón de frecuencias e intensidad de temperaturas. No es un fenómeno aislado”, agrega el miembro del Centro Weatherhead para Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard.   El Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad informó a mediados de julio que el Niño pasó de una intensidad débil (temperaturas de entre 0,5 y 1° en las aguas) a moderado (entre 1 y 1.5 °C). También proyectan que se debilitará en la primavera de 2024. La académica en salud pública y cambio climático Yasna Palmeiro-Silva, del University College London, proyecta que Sudamérica no solo tendrá un invierno muy corto con temperaturas anómalas, sino también una primavera muy breve. “Deberíamos tener días bastante veraniegos a partir de septiembre. Desde 2010, la región, en particular Chile, ya no tiene cuatro estaciones marcadas, sino un invierno y un verano largo, con otoños y primaveras muy cortitos”, apunta la investigadora chilena desde Londres.   La esperanza de los climatólogos es que llueva la segunda quincena de agosto y la primera de septiembre. “Nos estamos despidiendo paulatinamente del invierno”, lamenta Cordero. “No es ni remotamente tan lluvioso como antes. En la última década, ha llovido un 30 % menos que en las décadas anteriores en Chile”, añade. Las bajas temperaturas y la falta de lluvia disminuyen los reservorios en la cordillera de los Andes y puede convertirse de cara al verano sudamericano (enero-febrero), impactando directamente en la agricultura y generando escasez hídrica en la población. En junio, Chile registró unas intensas lluvias que dieron un respiro a la “megasequía” que azota a la región central del país sudamericano, considerada como la más larga —13 años— y grave en mil años, según el informe Estado del Clima en América Latina y el Caribe de la Organización Meteorológica Mundial.

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Cambio climático subterráneo, ¿un peligro silencioso en las grandes ciudades?

Infobae .- La temperatura debajo de la tierra de las principales urbes del planeta está en aumento, dañando edificios, puentes y sistemas de transporte, de acuerdo a una nueva investigación. Cuál es la proyección de los expertos.     A medida que se calienta la Tierra debido a los efectos del calentamiento global, producido por la emisión de gases contaminantes generados por la actividad humana, hay un “peligro silencioso” que crece y acecha debajo de nuestras principales ciudades globales. Y los grandes edificios, puentes y sistemas de transporte no fueron diseñados para manejarlo. Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Northwestern vinculó, por primera vez, el cambio climático subterráneo con el suelo cambiante debajo de las áreas urbanas. A medida que el suelo se calienta, también se deforma. Este fenómeno hace que los cimientos de los edificios y el suelo circundante se muevan excesivamente (debido a expansiones y contracciones) e incluso se agrieten, lo que en última instancia afecta el rendimiento operativo y la durabilidad a largo plazo de las estructuras. Los investigadores también informan que los daños a edificios en el pasado pueden haber sido causados por las temperaturas tan altas registradas y esperan que estos problemas continúen en los años venideros, con las temperaturas en crecimiento. Distintos estudios científicos alertan por las olas de calor debido al calentamiento global. (Getty Images) El estudio se publicó en Communications Engineering, una revista de Nature Portfolio y marca el primer paper para cuantificar las deformaciones del suelo causadas por las islas de calor del subsuelo y su efecto en la infraestructura civil. “El cambio climático subterráneo es un peligro silencioso”, afirmó el doctor Alessandro Rotta Loria de Northwestern, quien dirigió el estudio. “El suelo se está deformando como resultado de las variaciones de temperatura, y ninguna estructura o infraestructura civil existente está diseñada para soportar estas variaciones. Aunque este fenómeno no es necesariamente peligroso para la seguridad de las personas, afectará las operaciones normales del día a día de los sistemas de cimentación y la infraestructura civil en general”, precisó el experto que es profesor asistente de ingeniería civil y ambiental en la Escuela de Ingeniería McCormick de Northwestern. Y agregó: “Por ejemplo, la arcilla de Chicago puede contraerse cuando se calienta, como muchos otros suelos de grano fino. Como resultado del aumento de la temperatura bajo tierra, muchos cimientos del centro de la ciudad están experimentando asentamientos no deseados, de forma lenta pero continua. En otras palabras, no es necesario vivir en Venecia para vivir en una ciudad que se hunde, incluso si las causas de tales fenómenos son completamente diferentes”. La refinería Shell Norco, en Norco, Luisiana, y los gases que emite a la atmósfera. (AP Foto/Gerald Herbert, archivo) ¿Qué es el cambio climático subterráneo? En muchas áreas urbanas del mundo, el calor se difunde continuamente desde los edificios y el transporte subterráneo, lo que hace que el suelo se caliente a un ritmo alarmante. Investigaciones anteriores han encontrado que el subsuelo poco profundo debajo de las ciudades se calienta entre 0,1 y 2,5 grados centígrados por década. Conocido como “cambio climático subterráneo” o “islas de calor bajo la superficie”, se sabe que este fenómeno causa problemas ecológicos (como agua subterránea contaminada) y problemas de salud (incluidos el asma y el golpe de calor). Pero, hasta ahora, el efecto del cambio climático subterráneo en la infraestructura civil ha permanecido sin estudiar y comprenderse poco. “Si piensa en sótanos, estacionamientos, túneles y trenes, todas estas instalaciones emiten calor continuamente. En general, las ciudades son más cálidas que las áreas rurales porque los materiales de construcción atrapan periódicamente el calor derivado de la actividad humana y la radiación solar y luego lo liberan a la atmósfera. Ese proceso ha sido estudiado durante décadas. Ahora, estamos viendo su contraparte del subsuelo, que es impulsada principalmente por la actividad antropogénica”, sostuvo Rotta Loria. Chicago como un laboratorio viviente La ciudad de Chicago formó parte de un experimento para medir la temperatura subterránea (USA TODAY) En los últimos años, Rotta Loria y su equipo instalaron una red inalámbrica de más de 150 sensores de temperatura en el Chicago Loop, tanto por encima como por debajo del suelo. Esto incluyó la colocación de sensores en los sótanos de edificios, túneles subterráneos, estacionamientos subterráneos y calles subterráneas como Lower Wacker Drive. A modo de comparación, el equipo también enterró sensores en Grant Park, un espacio verde ubicado a lo largo del lago Michigan, lejos de edificios y sistemas de transporte subterráneo. Los datos de la red de detección inalámbrica indicaron que las temperaturas subterráneas debajo del Loop son a menudo 10 grados más cálidas que las temperaturas debajo de Grant Park. Las temperaturas del aire en las estructuras subterráneas pueden ser hasta 25 grados más altas en comparación con la temperatura del suelo no perturbado. Cuando el calor se difunde hacia el suelo, ejerce una presión significativa sobre los materiales que se expanden y contraen con los cambios de temperatura. “Utilizamos Chicago como un laboratorio viviente, pero el cambio climático subterráneo es común en casi todas las áreas urbanas densas del mundo. Y todas las áreas urbanas que sufren el cambio climático subterráneo son propensas a tener problemas con la infraestructura”, indicó el investigador. Sin el compromiso de los países en desarrollo en la baja de emisiones es muy dificil combatir el cambio climático (AFP) Hundiéndose lentamente Después de recopilar datos de temperatura durante tres años, Rotta Loria construyó un modelo de computadora en 3D para simular cómo evolucionaron las temperaturas del suelo desde 1951 (el año en que Chicago completó sus túneles subterráneos) hasta la actualidad. Encontró valores consistentes con los medidos en el campo y usó la simulación para predecir cómo evolucionarán las temperaturas hasta el año 2051. Loria también modeló cómo se deforma el suelo en respuesta al aumento de las temperaturas. Mientras que algunos materiales (arcilla blanda y rígida) se contraen cuando se calientan, otros materiales (arcilla dura, arena y piedra caliza) se expanden. Según las simulaciones, las temperaturas más cálidas pueden hacer que el suelo se hinche y se expanda hacia arriba hasta 12 milímetros. También pueden hacer que el suelo se contraiga y se hunda hacia abajo, bajo el peso

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El calor extremo en Phoenix llena las urgencias de heridos por quemaduras

El País .- Los expertos advierten de que el asfalto puede estar a entre 5 y 15 grados centígrados más que el aire, provocando heridas graves en apenas segundos. En 2022, en Arizona murieron 257 personas por las temperaturas extremas.   El calor en Arizona sigue sin dar tregua. La capital, Phoenix, es un infierno en el que la canícula sigue superando récords: desde hace ya 21 días, en todas y cada una de sus jornadas el termómetro alcanza los 110 grados Fahrenheit, es decir, los 43,3 grados Celsius. Eso, por lo menos. Este lunes, de nuevo, se han llegado a superar los 47º. Las cifras, con noches tropicales que no bajan de 30º o 31º, convierten a la ciudad en un auténtico e invivible horno que seguirá así, al menos, una semana más. Y esas temperaturas son insufribles para el cuerpo humano, tanto de forma interna como evidente. Porque el calor quema, también la piel, y eso ha hecho que las salas de urgencias de los hospitales de Phoenix estén repletas de heridos por quemaduras.   En la ciudad que crece a mayor velocidad de todo Estados Unidos, la que es su quinta economía, el calor pasa factura. Lo demuestran los datos del hospital Valleywise, que explica cómo el calor extremo está presente con cada vez más frecuencia en sus instalaciones. En concreto, en el llamado Arizona Burn Center, el centro de quemados de Arizona, al que llegan pacientes con heridas cada vez más complejas que tienen que atender dermatólogos y cirujanos por culpa del calor. Según datos del centro, entre junio, julio y agosto de 2022 hasta 85 personas fueron admitidas en dicho centro por quemaduras (26 de ellas personas sin hogar), y siete de ellos murieron a causa de esas heridas. Y este año tienen sus 45 camas completamente llenas.   Entre los síntomas que presentaban el año pasado el casi centenar de pacientes había quemaduras que llegaban a cubrir del 5% al 23% de sus cuerpos, así como hipertermia, calor corporal extremo, el que presenta en cuerpo cuando supera los 42 grados centígrados. Los datos son reveladores de la magnitud de las heridas que puede llegar a provocar el calor. La estancia media de quienes pasaron por el centro de quemados de este hospital de Arizona fue de 16 días; uno de cada tres enfermos requirió pasar por cuidados intensivos, y de ellos, el 70% de ventilación asistida. Quienes acudieron se sometieron a unas dos cirugías de media, pero hubo un paciente que llegó a requerir hasta 18. Siete de cada 10 pacientes requirieron cuidados posteriores, y ser vistos por otros especialistas. Uno de cada cuatro, además, requirió volver a ser ingresado en el hospital.   No es de extrañar, por tanto, que su director, Kevin Foster, haya hecho un llamamiento, a través de la propia web del centro, así como de los medios de comunicación, para extremar las precauciones. Avisa Foster, por ejemplo, de los peligros que suponen las superficies calientes, como el cemento y el asfalto: “Se pueden producir heridas muy profundas con apenas un breve contacto con ellas”, afirma, lo que puede causar dolorosas heridas, especialmente en paciente vulnerables como ancianos, bebés y niños. En el estado de Arizona fallecieron el año pasado un total de 257 personas a causa del calor, al menos hasta donde pudieron identificar los forenses, según un artículo sobre cambio climático del diario Financial Times, que dejaba ver que esos fallecimientos suponían un salto exponencial en las últimas décadas; la media de personas que morían por el calor entre 1990 y 2015 era de unas 38 al año.   Elvis, una tortuga gigante, recibe una ducha para mitigar la ola de calor por parte de su cuidador en el zoo de Phoenix, en Arizona, el 21 de julio de 2023.STAFF (REUTERS) En declaraciones a la cadena CNN, Foster ha afirmado que, lógicamente, el verano es su “estación más intensa” en cuanto a trabajo y que suelen anticiparse a las necesidades que saben que van a tener. “Pero esto, el número de pacientes que estamos viendo y la gravedad de sus heridas, es realmente poco común; son heridas muy, muy graves”, ha asegurado. “Las cifras son cada vez mayores y también la gravedad de las lesiones, y no podemos explicarlo”. Según el médico, la mitad de los pacientes que tienen ingresados en la UCI tienen heridas de gravedad a causa de caídas. El asfalto está muy caliente, entre 5ºC y 15ºC más que el aire, que es de dónde se hace el cálculo para obtener la temperatura, por lo que el suelo es lava. Cuenta Foster que solo se necesita “una fracción de segundo” para hacerse “una quemadura profunda”, y que quienes pasan sobre el asfalto entre 10 y 20 minutos acaban con “la piel completamente destrozada” y quemaduras de tercer grado. Algo que confirmaba en CNN el doctor Frank LoVecchio, también del centro de quemados de Valleywise, que ponía como ejemplo que plantar una rodilla en el suelo durante unos pocos minutos era una quemadura directa y grave. Algo que les puede pasar a pacientes con movilidad reducida, que trabajan al sol y se desmayan o que salen a hacer deporte poco preparados. En declaraciones a este diario, el meteorólogo de la estación local de Phoenix Jeral Estupiñán explica a EL PAÍS que “cuando el cuerpo sube de 37°, se recalienta, y puede haber daños permanentes en hígado, cerebro… hay que evitar estar expuesto a ese calor, y beber y beber”. “La gente que vive aquí cree que está acostumbrada a este calor, pero que uno esté acostumbrado no quiere decir que el cuerpo no esté afectado por estas temperaturas”, asegura Estupiñán, advirtiendo de que efectivamente “el suelo se caliente más que el aire, especialmente en zonas tan urbanizadas”.     También hay que extremar la precaución con los animales, y sacar a pasear a las mascotas, sobre todo a los perros, solo cuando sea seguro. Como explicaba a este diario la vocal de clínicas veterinarias en el Colegio de Veterinarios de Córdoba, María José

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Estados Unidos espera una ola de calor ‘extremadamente peligrosa’

Primicias .- El oeste y gran parte del sur de Estados Unidos se ven asfixiados este fin de semana por una ola de calor “extremadamente peligrosa”, según el servicio meteorológico nacional. El termómetro llega hasta 47 °C en algunas ciudades. “Se espera que una ola de calor abrumadora y extremadamente peligrosa azote el oeste este fin de semana, así como partes del sur”, advirtió el Servicio Meteorológico Nacional estadounidense (NWS) en un boletín divulgado este 15 de julio por la mañana. “Es probable que se registren varios récords de temperatura, y los problemas de calidad del aire serán habituales en varias regiones de Estados Unidos”, añadió el NWS. Y no es probable que el alivio llegue pronto para los más de 90 millones de estadounidenses bajo alerta de altas temperaturas, ya que se espera que el domo de calor “permanezca estacionario sobre (estas regiones) durante los próximos días”, pronosticó el NWS. En Phoenix, capital de Arizona, uno de los estados más afectados, en el suroeste de Estados Unidos, se esperaban 47 °C a última hora de la tarde, en lo que iba a ser el 16º día consecutivo de máximas por encima de 43 °C. Parte del estado se encuentra bajo nivel de alerta “magenta”, un “nivel de calor extremo raro y/o de larga duración”. Representa el nivel de alerta más alto del NWS. En el sur de California (oeste), los bomberos luchan desde el viernes contra varios incendios muy violentos que han arrasado más de 1.214 hectáreas y provocado la evacuación de la población. Según el climatólogo Daniel Swain, de la Universidad de California en Los Ángeles, el nivel del mercurio en el Valle de la Muerte podría igualar o incluso superar la temperatura del aire más alta jamás registrada de forma fiable en la Tierra. Es decir, los 54,4 °C registrados en el mismo lugar en 2020 y 2021, según varios expertos. Otras regiones de Estados Unidos también corren riesgo de sufrir inclemencias meteorológicas. “Tormentas eléctricas de fuertes a violentas, lluvias torrenciales e inundaciones son posibles en varios lugares, en particular y desgraciadamente en Nueva Inglaterra, que ya está saturada” por las recientes precipitaciones, según el NWS. Esta región del noreste del país, y en particular el estado de Vermont, sufrió esta semana inundaciones “históricas y catastróficas” como consecuencia de las lluvias torrenciales. En la vecina Canadá, el número de incendios forestales sigue aumentando, sobre todo en el oeste del país, donde en pocos días se registraron varios centenares de focos ígneos, la mayoría provocados por tormentas eléctricas.

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El dengue desangra Perú: la enfermedad, alimentada por el cambio climático, deja casi 300 muertos

El País .- El crecimiento exponencial de casos, más de 161.000 este año, está relacionado en parte con el aumento inusual de temperaturas en el país. Una mañana de finales de mayo, tras regresar de su chacra (terreno de cultivo) en Villa La Legua, en el departamento peruano de Piura, Carlos Arturo Zapata, de 93 años, se sintió mal. Era un hombre fuerte y vital, pero, de pronto, la fiebre, el dolor de cabeza y una suerte de sensación extraña en los ojos, como quemante, comenzaron a golpearlo. No quiso ir al médico. Sus familiares le dieron paracetamol y le hidrataron para tratar de aliviar sus síntomas y comenzó a mejorar. Hasta que, inesperadamente, cuatro días después, volvió a ponerse mal. Le volvieron los dolores, ya no quería comer y no le bajaba la fiebre. Lo llevaron de emergencia en un auto al hospital Jorge Reátegui, en la capital de ese departamento de la costa norte del Perú, pero en el camino falleció. Fumigación de viviendas en el distrito de Comas.SEBASTIÁN CASTAÑEDA Lo mató el dengue, una enfermedad común en esta región desde hace años, pero que hoy se ha expandido de manera casi incontrolable. Ralph Zapata, su nieto, cuenta aún dolido que en las últimas semanas en La Legua, una población de unos 5.000 habitantes, se han reportado 30 casos diarios de afectados por este patógeno de la familia de los flavivirus. La enfermedad, que suele provocar fiebre repentina, dolores musculares en las articulaciones y manchas por el cuerpo, no tiene tratamiento y, en sus vertientes más graves, como el dengue hemorrágico, puede provocar la muerte. Se trata de algo nunca antes visto ni allí ni en todo el distrito de Catacaos, al que pertenece La Legua, donde hasta mediados de junio se registraron 2.086 casos sobre una población de 75.000 habitantes, según el Ministerio de Salud (Minsa). En todo el departamento de Piura, el más afectado del país, hay 46.650 casos, entre confirmados y probables, y los muertos llegan a 96. A escala nacional, superan los 161.000 y los fallecidos son al menos 287. Frente al efecto letal de la pandemia de covid, que en este país provocó casi 200.000 muertos, esto parece poco. Pero el crecimiento ha sido exponencial: el año pasado se registraron 43.899 casos de dengue, y en 2021, 24.642. Reparto de agua por camión cisterna en el asentamiento humano Nadine Heredia en el distrito de San Juan de Miraflores en Lima.SEBASTIÁN CASTAÑEDA El alza de casos se produce, además, luego de que, en marzo, el ciclón ‘Yaku’, un sistema de baja presión tropical inusual en esta latitudes, provocara copiosas inundaciones y devastación en varias regiones de la costa peruana. Para el doctor Rául Urquizo, decano del Colegio Médico de Perú, en ese contexto era esperable que la epidemia sobreviniera por la acumulación de agua estancada, mezclada con el calor que hace que el Aedes aegypti, el insecto transmisor, prolifere raudamente. De acuerdo con el doctor César Cabezas, del Instituto Nacional de Salud, en condiciones habituales, el tiempo que el mosquito demora en pasar de huevo a insecto adulto es de unos nueve días. Pero cuando el calor aumenta, ese ciclo se hace más corto. El cambio climático El doctor Cabezas apunta, además, otro factor de alarma: se ha detectado la presencia del virus “en el aparato reproductor del insecto”, lo que se cree que anula una fase del proceso normal de contagio. Para que este se dé, es necesario que la hembra del Aedes aegypti pique a una persona ya infectada, ya que necesita sangre para asegurar su reproducción, y luego a una tercera. Pero este hallazgo hace todo más rápido: desde el desarrollo del mosquito en el ciclo huevo-larva-pupa-insecto, hasta el contagio y el aumento de casos. Una mujer es atendida en la Unidad de vigilancia Clínica, Uviclin en el distrito de Puente Piedra.SEBASTIÁN CASTAÑEDA A todos esos factores hay que añadirle la falta de reacción en conjunto del Estado y la pobreza. Es común que las comunidades con menos recursos, como los asentamientos humanos, donde no tienen acceso al agua potable, la almacenen en recipientes abiertos que sirven de criaderos para los mosquitos. Para la doctora Nancy Serpa, ex viceministra de Salud, “se trata de un problema no sólo sanitario, sino social”. Y hoy por hoy, fundamentalmente climático. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el dengue se está extendiendo a países donde antes era prácticamente desconocido, como Croacia. Un documento de la organización publicado este año señala que cada año se reportan 390 millones de infecciones. Estima, además, que hay 3.900 millones de personas que corren el riesgo de contraer la enfermedad. Para Raman Velayudhan, coordinador de la iniciativa de la OMS para el dengue y el arbovirus, “el cambio climático ha tenido un papel clave al facilitar la propagación del mosquito”. La advertencia no es nueva. El investigador peruano Paul Maquet ha recordado que ya en el 2007, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático sostuvo que el fenómeno provocaría “una alteración de los vectores de enfermedades infecciosas en ciertas áreas”. Llamando al mosquito El propio Ministerio del Ambiente (Minam) señalaba en su Plan de Adaptación al Cambio Climático presentado en julio de 2021 que uno de los peligros relacionados al calentamiento global es el aumento de las enfermedades metaxénicas (aquellas cuyos vectores son sensibles a las modificaciones del ambiente) como el dengue. Especialmente para quienes carecen de agua potable y desagüe. Laboratorio de investigación del dengue en el INS Instituto Nacional de Salud.SEBASTIÁN CASTAÑEDA En Puente Piedra, un distrito periférico de Lima Metropolitana, se puede comprobar que algo ha cambiado. Ya es invierno y la temperatura supera los 25 grados, hace calor y no hace falta ponerse abrigo. No es usual en Lima, donde a estas alturas del año suele estar nublado y con temperaturas en torno a los 20 grados o menos. Pero este año el calor no quiere irse. Milagros Sánchez tiene 33 años. Está internada en una cama de la Unidad de Vigilancia Clínica (Uviclin) instalada en esta zona por el Ministerio de Salud (Minsa) por un cuadro agudo de dengue. “Un día,

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Por tercer día consecutivo, la temperatura media de la Tierra marcó un récord histórico

Infobae .- Científicos de la Universidad de Maine en el proyecto Climate Reanalyzer, anunciaron que “el planeta entero se sofocó durante los dos días más calurosos no oficiales en el registro humano el lunes y el martes”   La temperatura promedio de la Tierra se mantuvo en un máximo histórico el miércoles, después de dos días en los que el planeta alcanzó récords no oficiales. Es el marcador más reciente de una serie de extremos impulsados por el cambio climático. La temperatura global promedio fue de 17,18 grados centígrados (62,9 grados Fahrenheit), según el Climate Reanalyzer de la Universidad de Maine, una herramienta que utiliza datos satelitales y simulaciones por computadora para medir las condiciones del mundo. Eso igualó un récord establecido el martes de 17,18 Celsius (62,9 Fahrenheit), y se produjo después de que se estableciera un récord anterior de 17,01 Celsius (62,6 grados Fahrenheit) el lunes. Los científicos han advertido durante meses que 2023 podría ver un calor récord a medida que el cambio climático causado por el hombre, impulsado en gran parte por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas natural y el petróleo, calienta la atmósfera. También señalaron que La Niña, el enfriamiento natural del océano que había actuado como contrapeso a ese calentamiento, estaba dando paso a El Niño, el fenómeno inverso marcado por el calentamiento de los océanos. El Atlántico Norte ha visto un calor récord este año. “Un récord como este es otra prueba de la proposición ahora ampliamente apoyada de que el calentamiento global nos está empujando hacia un futuro más cálido”, dijo Chris Field, climatólogo de la Universidad de Stanford, que no formó parte de los cálculos. Una mujer usa un ventilador para refrescar a un niño mientras se sientan en un banco en la calle comercial peatonal Qianmen en un día caluroso en Beijing, el jueves 29 de junio de 2023. (Foto AP/Andy Wong) El climatólogo de la Universidad de Maine, Sean Birkle, creador de Climate Reanalyzer, dijo que las cifras diarias no son oficiales, pero son una instantánea útil de lo que está sucediendo en un mundo que se calienta. Si bien las cifras no son un registro oficial del gobierno, “esto nos muestra una indicación de dónde estamos ahora”, dijo la científica en jefe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, Sarah Kapnick. Y la NOAA indicó que tendrá en cuenta las cifras para sus cálculos de registros oficiales. Aunque el conjunto de datos utilizado para el registro no oficial se remonta solo a 1979, Kapnick dijo que, dados otros datos, es probable que el mundo vea el día más caluroso en “varios cientos de años que hemos experimentado”. Los científicos generalmente usan mediciones mucho más largas (meses, años, décadas) para rastrear el calentamiento de la Tierra. Pero los máximos diarios son una indicación de que el cambio climático está llegando a un territorio desconocido. Los tubérculos flotan en el fresco río Comal en New Braunfels, Texas, el jueves 29 de junio de 2023. (Foto AP/Eric Gay) Algunas partes del mundo vieron olas de calor extraordinarias. Los récords de alta temperatura se superaron esta semana en Quebec y Perú. Beijing informó nueve días seguidos la semana pasada cuando la temperatura superó los 35 grados Celsius (95 grados Fahrenheit), y ordenó detener todo el trabajo al aire libre el miércoles, ya que se pronosticaba que las temperaturas superarían los 40 grados Celsius (104 grados Fahrenheit). Eso incluyó comunidades que no están acostumbradas a sentir tanto calor. En North Grenville, Ontario, la ciudad convirtió las pistas de hockey sobre hielo en centros de enfriamiento cuando las temperaturas alcanzaron los 32 grados Celsius (90 grados Fahrenheit) el miércoles, y la humedad hizo que se sintiera como de 38 grados (100 grados Fahrenheit). “Siento que vivimos en un país tropical en este momento”, dijo la portavoz de la ciudad, Jill Sturdy. “Simplemente te golpea. El aire es tan denso”. El miércoles, 38 millones de estadounidenses estaban bajo algún tipo de alerta de calor, dijo Kapnick. El incendio de San Antonio se propaga cuesta arriba al oeste de Petaluma, California, el viernes 30 de junio de 2023. (Kent Porter/The Press Democrat vía AP) Las ciudades de los EE. UU., desde Medford, Oregón hasta Tampa, Florida, han estado oscilando en máximos históricos, dijo Zack Taylor, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional. Pero según los datos del Climate Reanalyzer, muchas de las anomalías de temperatura más grandes de esta semana se observaron en los océanos del mundo, especialmente en el Océano Antártico. “Las temperaturas han sido inusuales sobre el océano y especialmente alrededor de la Antártida esta semana, porque los frentes de viento sobre el Océano Antártico son fuertes y empujan el aire cálido hacia el sur”, dijo Raghu Murtugudde, profesor de ciencias atmosféricas, oceánicas y del sistema terrestre en la Universidad de Maryland. y profesor visitante en el Instituto Indio de Tecnología, Bombay. Murtugudde dijo que el calor del océano también se está profundizando. Dijo: “Los océanos absorben el 93% del calor adicional que estamos generando debido al aumento de los gases de efecto invernadero y ahora son una gran reserva de calor”. Una peatona se protege con un paraguas en La Habana, Cuba, el miércoles 5 de julio de 2023. El planeta entero se sofocó durante los dos días no oficiales más calurosos registrados por humanos el lunes y el martes, según científicos de la Universidad de Maine en el proyecto Climate Reanalyzer. (Foto AP/Ramón Espinosa) Algunos lugares experimentaron un clima inusualmente frío para la época del año, incluido el sureste de Australia y gran parte de la India. Con muchos lugares con temperaturas cercanas a los 38 grados Celsius (100,40 grados Fahrenheit), un récord de temperatura promedio de 17,18 Celsius (62,9 grados Fahrenheit) podría no parecer muy caluroso. Pero el máximo mundial del martes fue casi un grado Celsius completo (1,8 grados Fahrenheit) más alto que el promedio de 1979-2000, que ya superó los promedios de los siglos XX y XIX. Alan Harris, director de manejo de emergencias del condado de Seminole, Florida,

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Las muertes por calor en Sudamérica subieron un 160% en los últimos 20 años

INFOBAE .- Así lo asegura un informe mundial elaborado por la revista The Lancet que publica por primera vez un reporte sobre la relación entre la salud y el cambio climático en la región. Olas de incendios, malnutrición, enfermedades endémicas y exposición peligrosa al calor son algunas causas Varias veces se ha dicho y publicado la relación directa entre el cambio climático, provocado por el incremento de gases de efecto invernadero (GEI), producidos por el ser humano, y su impacto negativo en la salud. Pero un nuevo estudio evidencia en forma directa los problemas que genera particularmente en Sudamérica. “En los países de Sudamérica el aumento del número de muertes relacionadas al calor ha incrementado en 160% solamente entre los periodos de 2017-2021, comparado con 2000-2004. Los efectos adversos se están acelerando y afectando de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables, tendencia que no hará más que continuar si no tomamos medidas inmediatas”, explicó la doctora peruana Stella M. Hartinger, durante la presentación para medios del Informe de 2022 de Lancet Countdown Sudamérica sobre salud y cambio climático, que por primera vez en la historia, saca un reporte enfocado exclusivamente en la región. Crecimiento de la letalidad vinculada a eventos climáticos extremos en los últimos años en la región “Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela tuvieron anomalías climáticas de hasta 2°C. Las olas de calor se han vuelto más frecuentes e intensas, y ponen en peligro la salud y la supervivencia de varios grupos etarios. En los últimos 10 años se han visto más intensas y más frecuentes olas de calor que pusieron en riesgo la vida de niños de menos de un año y de los adultos de más de 65. Las personas de todo el mundo sienten cada vez más el impacto del cambio climático en su salud y bienestar, y estas crisis agravadas están amplificando esos daños. Sin embargo, los gobiernos y las empresas de países de ingresos altos y bajos siguen dando prioridad a los intereses de los combustibles fósiles”, amplió el informe firmado también por la coautora Yasna Palmeiro-Silva, investigadora de la Universidad Católica de Chile y del London College y autora del reporte. Y lanzó un ultimátum: “Nuestro Informe 2022 rastrea la relación entre la salud y el cambio climático en cinco dominios clave y 43 indicadores, lo que revela que el mundo se encuentra en un momento crítico. Una adicción persistente a los combustibles fósiles está amplificando los impactos en la salud del cambio climático y agravando las crisis simultáneas de energía, costo de vida, alimentos y COVID-19 que enfrentamos”. Para los expertos que elaboraron el crítico documento, el cambio climático está exacerbando la inseguridad alimentaria, los impactos en la salud del calor extremo, el riesgo de brotes de enfermedades infecciosas y los eventos climáticos extremos que amenazan la vida. Encuesta reciente sobre cambio climático en Argentina “El retraso en la adopción de energías limpias ha dejado a los hogares dependientes de combustibles sucios, vulnerables a la pobreza energética y expuestos a niveles peligrosos de contaminación del aire derivada de los combustibles. Estos impactos se están agravando con las múltiples crisis simultáneas de la actualidad”, añadieron durante el lanzamiento internacional del Informe de Sudamérica 2022 del Lancet Countdown sobre salud y cambio climático “The 2022 South America Report of The Lancet Countdown on health and climate change”. Este evento fue organizado por Lancet Countdown Sudamérica, el Centro Latinoamericano de Excelencia en Cambio Climático y Salud de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y la Organización Panamericana de la Salud. El lanzamiento del informe, que reúne información de 12 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, y Surinam), contó con la colaboración de 28 investigadores de 21 instituciones académicas y agencias de la ONU incluidas la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El mismo tiene un triple propósito: difundir evidencias científicas sobre cómo el cambio climático está afectando la salud de los sudamericanos, alentar el compromiso de los países y las personas de la región, y desafiar a los países a responder con acciones concretas basadas en la evidencia presentada. Cambios en las temperaturas y fenómenos climáticos están presentes en la región en forma permanente “Gobiernos y empresas continúan priorizando los combustibles fósiles por encima y en detrimento de la salud de las personas, poniendo en peligro un futuro habitable. Los gobiernos continúan subsidiando los combustibles fósiles por cientos de miles de millones de dólares anuales, sumas comparables a sus presupuestos totales de salud. Mientras tanto, una profunda falta de financiación socava una transición justa hacia una energía asequible, saludable y sin emisiones de carbono. Si bien una renovada dependencia excesiva de los combustibles fósiles podría asegurar un futuro fatalmente más cálido con impactos en la salud exacerbados, una respuesta baja en carbono centrada en la salud ofrece una oportunidad renovada para lograr un futuro en el que las poblaciones del mundo no solo puedan sobrevivir, sino prosperar”, agregaron. Los expertos precisaron que mientras la crisis climática escala, las compañías de combustibles fósiles siguen sus planes que conducirían a emisiones que superan ampliamente los objetivos del Acuerdo de París. “Si se cumplen, sus estrategias podrían encerrar al mundo en un futuro fatalmente más cálido. El mundo se enfrenta a una coyuntura crítica. Una respuesta alineada y centrada en la salud a las crisis agravadas aún puede brindar un futuro en el que las personas no solo puedan sobrevivir, sino prosperar”, sostuvieron. Mortalidad por calor Las olas de calor como la que sufrió Argentina, son cada vez más frecuentes en la región (Getty Images) El estudio presentado prueba el aumento de muertes relacionadas al calor desde el año 2000, que ha tenido una tendencia al alta en países como Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela, los lugares más afectados en términos de muertes atribuibles totales. Sin embargo, en los países donde más ha crecido este indicador en comparación con el año 2000 son Ecuador (1477%), Guyana (328%), y Chile (225%). “Las poblaciones vulnerables (ancianos y niños menores de 1 año) enfrentaron 3.700 millones de días de olas de calor más que amenazaron la vida en 2021 que el registro anual entre 1986-2005, lo que los puso en

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