El infarto de un periodista que cambió muchas vidas para bien
Hay historias que comienzan bien y terminan mal. Y hay otras que comienzan terriblemente mal, pero por alguna razón misteriosa –algunos lo llaman “el destino”- terminan muy bien. Tal como en los cuentos de hadas, todos vivieron felices para (casi) siempre. Es lo que pasó con Hernán Casciari (@casciari), un argentino de 51 años, periodista, escritor y creador de contenidos. Podría decirse que estaba en el lugar justo, en el momento justo y con las personas adecuadas, para enfrentar el peor episodio de su vida, y después transformarlo en el mejor. La historia se remonta a diciembre del 2015. Casciari y su novia, Julieta, deciden pasar unas vacaciones en Montevideo. En la capital uruguaya alquilan, mediante el sistema “bnb”, la casa de huéspedes de una pareja, que vivía difíciles momentos: el hombre debía recibir diálisis 4 veces a la semana, carecía de trabajo debido a la enfermedad, y a duras penas podían mantener su residencia, muy grande y hermosa, pero que demandaba fuertes gastos. Cierto día, mientras Hernán veía la televisión, sufre un infarto. Con esfuerzo le avisa a Julieta, quien a su vez pide ayuda a los dueños de casa, Javier y Alejandra. En su auto lo trasladan a un hospital, donde le salvan la vida milagrosamente. Mientras convalecía, Hernán recibe un correo electrónico de bnb, pidiendo su reseña de la vivienda a donde había llegado. Con su habilidad innata, el periodista detalla que sus anfitriones lo salvaron de morir, y ofrece muchos otros detalles, pero de forma cómica y con mucha sal. Esta reseña fue leída por Joe Gebbia, cofundador de bnb, quien la mencionó en varias conferencias, con el mismo sentido ligero que había puesto Hernán. A los pocos días, y con el deseo de conocer más a fondo la historia, viaja a Montevideo y visita a Javier y Alejandra, conoce sus problemas económicos y de salud, y financia la idea del dueño de casa: crear una aplicación, que permita a personas necesitadas de diálisis en todo el mundo apoyarse mutuamente, a fin de poder viajar y hacer turismo. El financiamiento no fue poca cosa: 3 millones de dólares. Poco después, Javier recibió, en un golpe de suerte, la donación de un riñón, con lo cual se sometió a trasplante y prácticamente quedó sano. En resumen, el infarto de Hernán, que estuvo a punto de costarle la vida –como él mismo relata- fue el inicio de buenas noticias para todos. El afectado bajó 25 kilos y mejoró su salud, y sus anfitriones, que estaban al borde de la quiebra, ahora viven en excelentes condiciones. Esta extraordinaria historia fue difundida en un popular programa. Su enlace es el siguiente:
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