En una carrera electoral caracterizada por la efervescencia de ideas, y a veces también por confrontaciones y denuncias, Marcelo Xavier Hervas Mora, de 50 años, contrasta. El candidato del movimiento RETO no señala, no acusa, no cuestiona. Prefiere debatir problemas y discutir posibles soluciones. Prefiere hablar y no refutar. La edad, como dice el refrán, da perspectiva. Después de Christian Zurita (53 años) es, de hecho, el aspirante de mayor edad en este proceso. En este camino a Carondelet que, lamentablemente, a veces parece más una contienda. Como parte de nuestro ciclo “Al Centro Presidencial”, dirigido por Carlos de Tomaso, profundizamos algunos aspectos de su plan de gobierno. Y su trato y su análisis nunca se apartaron del camino. Fiel a su estilo y esencia, desarrolló de forma pausada, razonada y meticulosa. Queriendo desmenuzar cada detalle. Queriendo dejar todo en claro. Pero primero algunos puntos de su vida. De los momentos que lo inclinaron a la política. De sus vivencias. Nació en Guayaquil. Y sí, tiene acento serrano –como lo reconoce él mismo- por su largo tiempo residiendo en Quito. Aunque también ha vivido en Lima, Nueva York y Bogotá, debido al trabajo diplomático de su padre, y a sus estudios universitarios. Tenía apenas 13 años, explica, cuando decidió realizar ciertos trabajos para ganar unos dólares, allá en Nueva York. Porque se considera un emprendedor. Porque ya es un exitoso empresario agrícola –exporta vegetales congelados- que da trabajo a 500 personas, aunque antes incursionó en varios negocios, con más o menos suerte. En Colombia estudió Ingeniería de Producción Agroindustrial, y en Ecuador estuvo en la Politécnica Nacional y en la Flacso. Y esa vida universitaria, de forma indirecta, lo llevó a la política. Ese trato diario con compañeros de diversa tendencia, le abrió un mundo de enorme interés. Un mundo de ideas que podían coexistir, amoldarse y coordinarse entre sí. Como resultado, se lo puede calificar de varias formas: candidato presidencial, exportador agrícola, emprendedor. Aunque él agrega “visionario”. Ideas, propuestas, sueños Xavier Hervas se define como un social demócrata. Y fue por ello que en el 2021 aceptó la candidatura presidencial por la Izquierda Democrática, en binomio con María Sara Jijón. Sorpresivamente remató en el cuarto puesto, por encima de otros movimientos y partidos de mayor trayectoria. Dos años después, busca nuevamente convertirse en el inquilino de Carondelet, en esta ocasión con Luz Marina Vega como compañera de fórmula. Entusiasmo hay, subraya, aunque aclara que quien sea electo el 20 de agosto encabezará, con toda seguridad, el gobierno más difícil en la historia del Ecuador. Pero remarca no tener miedo, y sentirse listo para el reto. Como el nombre de su organización. El primer paso de ganar la Presidencia, afirma, será aplicar 4 puntos de su agenda, destinados a devolverle al país la seguridad que tanto necesita. Y serán los primeros, en el evento que se ciña la banda: devolver la institucionalidad a la Policía Nacional, reforzar la vigilancia de puertos y aeropuertos, implementar planes sociales y aplicar estrictos controles en todas las cárceles. Hervas no se siente satisfecho con la instrucción que actualmente reciben los policías. Apenas 6 meses de entrenamiento, y ya están en las calles. Como resultado, los jóvenes gendarmes se convierten en carne de cañón frente a una delincuencia armada hasta los dientes. El desenlace es previsible: o los acribillan o los compran. Y que no diga el actual gobierno que no tiene culpa en la situación actual. Hervas mencionó que desde enero a junio, es decir, en la mitad del año 2023, el Ministerio del Interior apenas ha ejecutado el 8,8% de su presupuesto. Lo que significa que dinero hay, pero eficiencia no. El postulante de RETO está seguro que la ola de violencia puede revertirse. ¿Y por qué? Porque la inmensa mayoría de los ecuatorianos es gente trabajadora y capaz. Lo ha visto. Lo ha palpado en sus recorridos de campaña por todas las provincias. Lo constata a diario en calles, parques, plazas y oficinas. Lo que hace falta es esa eficiencia que pregona. Conseguir que el Estado sea tan pequeño como sea posible, y tan grande como sea necesario. Ni más, ni tampoco menos. ¿Yasuní? Mejor no Aunque se considera un ambientalista, es partidario del “NO” en la consulta popular, que se realizará paralelamente este domingo, para decidir si se suspende la explotación petrolera en el parque Yasuní. Hervas lo subraya. En el bloque 43 del ITT, materia de la consulta, hay 230 pozos. Si gana el “Sí” habrá que cerrarlos. ¿Y eso cuánto cuesta? Según sus investigaciones, al menos 460 millones de dólares. Sin mencionar otras fuertes sumas por concepto de demandas judiciales, indemnizaciones y arreglos con proveedores. El candidato sostiene que es demasiado dinero para un país que está en crisis. Y peor en el lapso de un año, como establece el fallo de la Corte Constitucional, si el electorado así lo resuelve. ¿Qué sucedería? Exacto: un remedio peor que la enfermedad. El siguiente gobierno podría verse abocado a suspender la explotación de crudo en Yasuní, pero no tendría cómo tapar los pozos. Lo que significaría dejarlos a la intemperie y abiertos, con el consiguiente riesgo ambiental. En el ámbito minero, opina que hay que obrar con energía. Del total de concesiones actuales, solo el 5% trabaja. ¿El resto? Especula. Por tanto, si llega al poder, exigirá que las propietarias de las concesiones operen, por supuesto dentro del marco de la ley, y acatando de forma estricta las normativas ambientales. Si no lo hacen en un plazo prudencial, el Estado revertirá los permisos. Así de simple. Esperanza Su mensaje para los ecuatorianos es de profunda esperanza. Hervas pide confiar. Pide creer. Pide soñar. Porque también es su sueño, agrega. El sueño de un país que salga de este bache. El sueño de un país que camine hacia mejores días. Esta es la entrevista completa: